POLITICA
vínculo roto

Una historia de desencuentros que comenzó antes de asumir el poder

Las diferencias comenzaron en plena campaña electoral, cuando desde el círculo íntimo de Milei, veían los movimientos en solitario de la compañera de fórmula. Transitaron varios momentos tensos, pero el jefe de Estado hasta acá había procurado apaciguar el malestar en público. Las divisiones que ya no se ocultan.

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Otros tiempos. La complicidad y risas juntos no van más. | cedoc

La relación entre el presidente Javier Milei y Victoria Villarruel ingresó definitivamente en un terreno de no retorno. Sin embargo, las tensiones entre el Presidente y la vicepresidenta comenzaron a alimentarse desde hace tiempo atrás, incluso en momentos de la campaña.

En el “triángulo de hierro”, señalan que Villarruel pidió lugares que no les correspondían en el armado de listas. Incluso, hay algunas versiones que señalan que la titular del Senado amagó con bajarse de la candidatura, como forma de presión. Se comenzaba a cimentar la ruptura.

Avanzada la campaña electoral, Villarruel realizó actos proselitistas con banderas y pancartas con su nombre, y con una estética distinta a La Libertad Avanza, haciendo alusión a la “V” y a su nombre y apellido.

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Comenzaban a asomar las primeras diferenciaciones, en momentos en lo que todo era incipiente y Milei estaba lejos de la fortaleza actual.

El primer desplante fuerte del Presidente para con la actual titular de la Cámara alta fue cuando antes de asumir, Milei incumplió su promesa de otorgarle el manejo de los Ministerios de Seguridad y de Defensa a Villarruel.

Durante la campaña Milei presentaba a su compañera de fórmula como “especialista” en Seguridad, pero ganó la necesidad de sumar los apoyos de Juntos por el Cambio, tras la general. Finalmente, Bullrich y Petri se quedarían con los Ministerios de Seguridad y Defensa respectivamente.

Durante la gestión, Villarruel no obstaculizó el aumento de la dieta de los senadores, lo que despertó el enojo de la Casa Rosada.

La vicepresidenta se despachó con críticas a Francia, país al que tildó de “colonialista”, por las quejas de la federación francesa de fútbol, tras los cánticos de la Selección argentina.

Ello motivó que Karina Milei pida una audiencia con el embajador francés en Argentina, para pedir disculpas. Fue justo unos días antes de que Milei y su hermana viajen a Francia, invitados por Emmanuel Macron, para presenciar la inauguración de los Juegos Olímpicos.   

En la única entrevista que brindó a lo largo del año, Villarruel dijo sin tapujos que Ariel Lijo, no era de su agrado como candidato a la Corte.

La vicepresidenta no viajó al Pacto de Mayo, firmado en Tucumán, en la madrugada del 9 de julio aduciendo problemas de salud. Ello no impidió que a la mañana siguiente, se subiese a un tanque con el Presidente, en lo que fue la última foto sonriente entre ambos.

Villarruel tampoco asistió a la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, aduciendo que Petri no la había invitado. El acto fue encabezado por Milei.   

Karina esperó la ocasión para tener su venganza, y creó la “regla anti-Villarruel”, que señala que en caso de llegar tarde a una reunión de Gabinete, cualquier funcionario queda fuera de la misma.

La compañera de fórmula de Milei, mantuvo un fluido contacto con el expresidente Mauricio Macri, lo que genera en Casa Rosada y en el entorno del Presidente recelos.

Otra rispidez, fue la que despertó la foto de Villarruel con María Estela Martínez de Perón, más conocida como “Isabelita”. La vicepresidenta viajó a España y se reunió con la expresidenta. Mantuvo el encuentro en secreto. Publicó las fotos de la reunión el 17 de octubre marcando una nueva diferenciación con Milei. La ruptura, ya no tuvo marcha atrás.