POLITICA
Naciones Unidas

¿Un argentino en la ONU? Rafael Grossi deslizó su posible candidatura a secretario general ante la amenaza nuclear

El director general de la Organización Internacional de Energía Atómica advirtió que el multilateralismo atraviesa una "crisis profunda" y realzó el valor de la no proliferación nuclear para encarar los desafíos del siglo XXI.

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El director de la OIEA, Rafael Grossi en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales | Cedoc

En medio de un escenario global marcado por tensiones geopolíticas y donde el rearme nuclear alcanzó una alarmante popularidad, el nombre de Rafael Grossi, actual director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), comienza a sonar con fuerza para un desafío mayor: la secretaría general de las Naciones Unidas (ONU).

"Debemos pensar el mundo a partir de las crisis que tenemos y qué tipo de gestión pueda darle la relevancia a las Naciones Unidas que necesita en este momento", explicó Grossi, titular de la agencia que vela por la no proliferación nuclear y que adquirió fama mundial por su papel en la supervisión del programa nuclear iraní y su mediación en la guerra entre Rusia y Ucrania.

De visita por Buenos Aires, el veterano diplomático argentino eligió el escenario del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) para dar un panorama global marcado por un nivel de conflictividad internacional inédito y la chance de que nuevos países accedan al botón nuclear. "La proliferación de las armas nucleares no nos lleva a un mundo más seguro sino todo lo contrario", consignó Grossi en una reunión con periodistas a la que asistió PERFIL.

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Acompañado por el director del CARI, Francisco de Santibañes, el diplomático argentino se presentó como un candidato con credenciales técnicas y políticas para liderar la organización supranacional en un período de redefinición del orden global. Pero los tiempos cambian, y los acuerdos se renuevan. En tanto, su carta de presentación será la no proliferación nuclear, un área que conoce y propone como nuevo consenso para el siglo XXI, considerando el riesgo de la escalada en función de la doctrina MAD (destrucción mutua asegurada) que de alguna forma continúa vigente.

En medio de la incertidumbre que rodea la política exterior estadounidense bajo el segundo mandato de Trump, un paraguas de seguridad global en una suerte de retirada que encendió las alarmas entre sus aliados tradicionales que buscan alternativas para robustecer su defensa, incluida la nuclear.

La posible candidatura de Rafael Grossi a la ONU

Si bien aún no ha comenzado el proceso para determinar al sucesor del portugués Antonio Guterres, Grossi admitió que su nombre "suena entre los candidatos", y se mostró optimista de que en 2026, cuando concluya el proceso de selección, haya un latinoamericano encarando la modernización de la organización global diagramada a finales de la Segunda Guerra Mundial para mantener la paz y seguridad internacionales.

Sin embargo, para esto deberá contar con el visto bueno del presidente Javier Milei, con quien asegura tener una "excelente relación". "Sería un honor que mi país me presente como candidato, pero eso es algo que es un resorte del señor presidente de la Nación", indicó Grossi respecto al libertario, con quien finalmente no se cruzará en el foro empresarial de Llao Llao en Bariloche, donde será uno de los principales oradores este miércoles.

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Rafael Grossi habló con la prensa previo a su disertación en el CARI.

Uno de los desafíos es el ataque del libertario a la ONU y al multilateralismo en general, emulando a Donald Trump, considerando que para hacerse del cargo necesitará consenso del Consejo de Seguridad. En caos de que prospere su candidatura, buscará imprimir su estilo de "lo posible" versus "lo ideal", en función de la disputa geopolítica entre potencias en retirada y otras emergentes .

Desde la perspectiva de la no proliferación nuclear, la base de su trabajo desde que conduce la OIEA en 2021, Grossi indicó que considera mejor apuntar a que la situación "no empeore más de lo que ya está", considerando la retirada de Rusia . Más en un contexto en el que más naciones, algunos de forma inédita como algunos europeos o asiáticos, comienzan a considerar la posibilidad de adquirir armas nucleares para defenderse en medio de un clima de desconfianza y de sacudón al paraguas de seguridad que garantizó históricamente Estados Unidos y que con Donald Trump se ve amenazado.

La sombra del rearme nuclear y el multilateralismo

La posibilidad de que Grossi aspire a la jefatura de la ONU surge en un contexto de fractura del consenso internacional que caracterizó la posguerra, donde el multilateralismo es cuestionado desde múltiples frentes en función de una vuelta al realismo puro y duro en relaciones internacionales, donde las potencias no solo no se ponen de acuerdo en temas clave -como la seguridad nuclear o la crisis climática- sino que amenazan con una escalada que podría encender la mecha a un conflicto de escala global.

"Lo que se observa es una especie de foco nuevamente y de debate casi público acerca de la posibilidad de el uso del arma nuclear en conflictos y también del desarrollo de armas nucleares por parte de países que hasta este momento no lo consideraban y que formaban parte de alianzas internacionales que en cierto modo los cobijaban dándoles una protección de lo que se llama el paraguas nuclear", explicó.

En esa línea, indicó que estos nuevos actores no son solo aquellos del eje considerado "del caos" (Siria, Irak), sino también otra "categoría de países" como miembros de la Unión Europea, la Alianza Atlántica o Asia. "De pronto las ciertas incertidumbres que empiezan a aparecer en el escenario internacional hacen que se comiencen a plantear lo que hasta hace poco era impensable", sostuvo.

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Además, la invasión de Rusia a Ucrania, las crecientes tensiones en el Indo-Pacífico y la ofensiva de Israel en Gaza han socavado la eficacia de las instituciones multilaterales. En ese contexto, Grossi enfatizó la necesidad de apuntar a lo posible y no tanto a lo ideal para apuntalar el rol de las instituciones multilaterales. "Un tema que se analiza es la parálisis del Consejo de Seguridad, que no puede avanzar. Yo creo que el decisor tiene que trabajar con la realidad que tiene y no con la que debería tener", dijo.

"La probabilidad de una solución de consenso en el corto, mediano plazo no es muy alta. ¿Significa esto que vamos a poner las Naciones Unidas en la heladera? Yo creo que no. Es decir, hubo un consenso en el año 45 de crear esta especie de directorio internacional donde los más poderosos podían decir sí o no con ciertas cosas. Tiene sus efectos, los tiene, evidentemente y sus limitaciones, pero yo sigo pensando y pienso aún más en un mundo como en el que estamos teniendo que las Naciones Unidas son la única plataforma global existente", agregó.

Uno de los desafíos más urgentes que enfrenta la comunidad internacional es el resurgimiento de la amenaza nuclear, basado en un debilitamiento de los acuerdos de no proliferación y una retórica de confrontación inédita desde 1944, cuando se sentaron las bases del orden internacional que seguiría a la detonación de las bombas nucleares que probaron su potencial amenazante. Sumado a la voluntad de cada vez más países de acceder a arsenal nuclear.

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El exvicecanciller Pedro Villagra Delgado, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi; el presidente del CARI, Francisco de Santibañes y el analista en seguridad y defensa, Fabián Calle

"El régimen de no proliferación probablemente es injusto, discriminatorio a excepción de todo lo demás, que es muchísimo peor, que es tener 25 países con armas nucleares, donde cualquier conflicto regional rápidamente pudiese derivar en un conflicto nuclear", dijo Grossi.

En ese contexto, destacó que cada vez más países expresan su intención de desarrollar armas nucleares, mientras que otros cuestionan la "conveniencia" de seguir dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). La reciente suspensión del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (New START) por parte de Rusia, sumada a los ensayos de misiles en Corea del Norte -el único país que construyó armas nucleares en el siglo XXI- y la modernización de arsenales nucleares en diversas partes del mundo, han encendido las alarmas.

"El desarme nuclear que es algo fundamental y un deseo de todos, no es una meta que vayamos a alcanzar en un futuro previsible. Es un objetivo aspiracional que debe ser mantenido. En este momento lo que tenemos que cuidar es lo que tenemos y que la situación no empeore mucho más de lo que está", dijo.

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La Argentina de Milei: pragmatismo nuclear y tensión con la ONU

Grossi dijo tener una buena relación con Milei y con su canciller Gerardo Werthein. En Buenos Aires, se reunió con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con quien tiene una afinidad semejante. Sin embargo, su postura conciliadora que reivindica el rol de las instituciones globales dista de la del gobierno de Javier Milei, que demostró una postura ambigua respecto al multilateralismo.

Su retórica contra ciertos consensos de la ONU, como el Pacto del Futuro o los derechos humanos; las votaciones en la Asamblea General y las instituciones internacionales podría jugar en contra de la candidatura del diplomático argentino.

En un contexto de ajuste fiscal extremo, el área nuclear ha sido una de las pocas excepciones a la "motosierra" de Milei, según confirmó tanto Grossi como Robert Floyd, el titular de la agencia "hermana" de la OIEA que prohíbe ensayos nucleares y visitó el país la semana pasada. "La aplicación de las normas internacionales en materia de no proliferación en Argentina no han sufrido ningún tipo de delimitación", aclaró Grossi, ante la pregunta de este medio.

En este contexto, el foro de Llao Llao, un mitín empresarial y político organizado por el empresario y dueño de Grupo IRSA, Eduardo Elsztain, será un espacio clave para la discusión de la coyuntura económica argentina en un orden global cambiante. La próxima edición del evento finalmente no contará con el presidente Milei, quien declinó su participación por su viaje a EEUU para cultivar respaldo ante el FMI. No obstante, presencia del diplomático argentino en este espacio no es casual: busca consolidar apoyos y explorar posibilidades para su eventual candidatura a la ONU.

CDI/ff

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