El año de Javier Milei encuentra al peronismo unido pero desorganizado. Con los pocos gobernadores que le quedaron después de las elecciones 2023 tratando de pasar desapercibidos, la centralidad se la lleva la provincia de Buenos Aires en donde el partido opositor mantiene a sus principales figuras que apenas pudieron sacarse una foto (sin siquiera posar) que está lejos de saldar las diferencias.
La imagen es vieja. El peronismo ya entendió para la elección de 2019 que el único camino era la unidad. Es lo que ahora repiten: unidad, unidad, unidad. Si hay alguna posibilidad de volver al poder, es juntos.
Pero las diferencias existen y el camino hacia las próximas elecciones no es tan claro. Este lunes, en la reunión del PJ bonaerense de la que participaron Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof, se intentó ensayar una escenografía de armonía que tuvo apenas algunos desacoples porque, en realidad, nadie quiso dar un debate genuino. Se pareció bastante a una cena de Navidad en la que ningún familiar está dispuesto a arruinar el encuentro y prefiere callar.
Como invitada al encuentro, la titular del PJ nacional, mencionó la necesidad de entender que el enemigo político a combatir es Javier Milei, pero también habló de la discusión interna en la que está atrapada el kirchnerismo desde hace meses. “Yo he escuchado que muchas veces se me dice que apoye a Axel. Cuando lo puse como ministro lo apoyé mientras la mitad del gabinete me puteaba, cuando lo elegí como candidato a gobernador lo apoyé y la mitad de los intendentes me puteaban”, dijo.
Al terminar su discurso, cuando ya finalizaba el encuentro, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense pidió la palabra. Ya no había micrófonos, pero Máximo Kirchner se la dio. Andrés “El Cuervo” Larroque dijo que “nadie duda del apoyo de 2019, lo que estoy pidiendo es el apoyo ahora con Milei en el Gobierno y Axel aparece como opción de futuro”. Ahí se terminó todo.
Los más críticos a la actual conducción peronista en manos de CFK y de Máximo Kirchner en el territorio bonaerense no estuvieron presentes. Jorge Ferraresi (intendente de Avellaneda) y Victoria Tolosa Paz prefirieron ausentarse. La diputada en la reunión de febrero se había quejado de que Kicillof no tenga representantes ni esté invitado al encuentro. Esta vez sí lo estuvo, faltó ella.
Este sector, que tiene a Ferraresi como la cara más visible pero que incluye otros intendentes como Mario Secco (Ensenada), prometen presentar listas propias en la próxima elección. La unidad en la provincia de Buenos Aires es proclamada, pero no está asegurada.
No solo hay diferencias en la manera de conducir y en el futuro armado electoral. Tal como ya contó PERFIL, los dirigentes no se pueden poner de acuerdo en la manera en la que el año próximo la provincia de Buenos Aires debe ir a las urnas.
Cristina Kirchner cree que la elección del próximo año, en la que la lista de diputados nacionales tiene que ser con Boleta Única Papel, debe realizarse el mismo día que se elijan con el tradicional sistema sábana las categorías provinciales. Lo que plantea la dos veces presidenta es que los comicios deben nacionalizarse para que el ciudadano vaya al cuarto oscuro para revalidar o no la gestión de Milei. Asegura que si la votación se hace con distintas fechas, la mirada se enfocará en la provincia, haciendo eje en inseguridad y otros problemas bonaerenses.
Sergio Massa también asegura que la elección debe ser concurrente. El mismo día con sistemas distintos. Recuerda que si en la elección del año pasado muchas de las provincias no hubiesen desdoblado los comicios, se podrían haber conseguido los tres puntos que le faltaron a Unión por la Patria para ganar en primera vuelta.
En La Plata no creen lo mismo: “16 gobernadores no pueden estar equivocados y ser unos pelotudos”, retrucan sobre los desdoblamientos a los que están acostumbrados. No temen a que la elección se provincialice porque aseguran que en una discusión Kicillof Vs. Milei, el gobernador bonaerense le saca varios cuerpos de ventaja en su propio territorio.
Además, en La Plata detallan que de los 84 intendentes peronistas, todos quieren desdoblar los comicios. Pero ayer en el PJ, hubo silencio. “No era el momento de discutirlo, no sé por qué están tan apurados algunos si esto se puede resolver en abril. Aún no se sabe si va a haber PASO o se van a eliminar y ya quieren imponer una votación que a los bonaerenses solo nos va a ocasionar caos”, dicen desde calle 50.
Mientras tanto, Cristina Kirchner se prepara para asumir de manera formal la conducción del PJ nacional este miércoles 11 de diciembre. En este primer año del gobierno de Milei, el peronismo apenas perdió tres bancas en la Cámara de Diputados y evitó fugas en el Senado (un saldo positivo si se tiene en cuenta el desprendimiento que sufrió tras la derrota contra Mauricio Macri). Pero la titular del PJ tiene el objetivo de ordenar a aquellos que en las últimas votaciones, estando en el bloque opositor, beneficiaron al gobierno de Milei con ausencias y votos.
No será fácil. Algunos de esos legisladores responden a los gobernadores peronistas que hasta acá prefirieron mantener un buen vínculo con la Casa Rosada. Unión por la Patria apenas conserva seis provincias y de ellas, solo cuatro jefes provinciales resisten: Axel Kicillof, Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), y Sergio Ziliotto (La Pampa). En cambio, Osvaldo Jaldo (Tucumán) supo entregar sus diputados al servicio de la Casa Rosada de inmediato y Raúl Jalil hizo lo propio ya sobre el cierre del año.