Integrantes de organismos de Derechos Humanos, estudiantiles y sociales, y partidos políticos rindieron este domingo en varios puntos del país sendos homenajes a la figura de Rodolfo Walsh, periodista, escritor y militante de la organización armada Montoneros, al cumplirse 30 años de su desaparición durante la última dictadura militar.
Este mediodía, la ex diputada nacional e hija del escritor, Patricia Walsh, encabezó un acto en la puerta del inmueble en el que funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en el barrio porteño de Núñez.
Entre otros, asistieron los periodistas Osvaldo Bayer y Vicente Zito Lema, el diputado nacional Carlos Tinnirello, el legislador porteño Héctor Bidonde, la dirigente del MST Vilma Ripoll, y Marcelo Parrilli, abogado querellante en la causa abierta por la desaparición de Walsh.
Por la mañana, en el partido bonaerense de Morón, hubo actividades culturales, una prueba atlética, muestras de arte y proyecciones en el ex centro clandestino de detención "Mansión Seré" y sus inmediaciones. Para las 19 está previsto el recital de Arbolito y el cierre del homenaje con la presentación de León Gieco, para las 20.30.
El Foro de Comunicación Santafesino FOCOS concretó esta mañana una Radio Abierta en la plazoleta que lleva su nombre en la capital provincial.
Perfil. A 30 años de haber escrito la "Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar", difundida un día antes de su asesinato, su vida de periodista y escritor es considerada un ejemplo cuando se habla del compromiso del militante y del intelectual de izquierda.
Tal como ha sucedido con otros ilustres del gremio, como Osvaldo Ardizzone u Osvaldo Bayer, Walsh fue también el periodista a seguir por sus investigaciones profundas que dieron testimonio de una época, como "Operación Masacre", "¿Quién mató a Rosendo?" y el "Caso Satanowsky".
Con esas obras, fue el hombre que abrió nuevos caminos para la literatura usando el periodismo como instrumento. Y, a la vez, fue también el autor de textos más tradicionales, como sus "Diez cuentos policiales" y "Los oficios terrestres", entre otros libros de relatos.
Su estilo fue definido en una primera etapa como borgeano. Pero Walsh luego giró a la narrativa testimonial, tomando muchos elementos del realismo de Ernest Hemingway, a quien admiraba -en su casa del Tigre tenía una foto que se habían sacado juntos en Cuba-, y del desaparecido periodista y escritor estadounidense Ambrose Bierce.
Su prosa ha resistido el paso del tiempo y, por ese motivo, no es casual que su cuento "Esa mujer", sobre la desaparición del cadáver de Eva Perón, haya sido elegido como el mejor cuento argentino del siglo pasado.
Nacido el 2 de enero de 1927, en Choele Choel, Río Negro, Walsh era hijo de un mayordomo de estancia descendiente de irlandeses. Estudió en un colegio de monjas irlandesas y permaneció internado en una congregación de curas de esa nacionalidad.
Cuando tenía 17 años comenzó a trabajar como traductor en Editorial Hachette y en 1953 publicó su primer libro de cuentos "Variaciones en rojo", con el que ganó el Premio Municipal de Literatura. Sin embargo, la obra que cambiaría su vida, como él mismo admitiría, fue "Operación masacre".
En el prólogo de dicha obra testimonial, Walsh confiesa que la noticia sobre los fusilamientos de José León Suárez, del 9 de junio de 1956, le llegó en forma casual, mientras estaba jugando al ajedrez, otra de las grandes pasiones de su vida. El fusilamiento del general José "Valle no me interesa (Juan Domingo) Perón no me interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo volver a jugar al ajedrez", confiesa el autor en el prólogo de "Operación masacre".
Luego de publicar esa novela, considerada una de las primeras del género "no ficción", y "El caso Satanowsky", Walsh viaja a Cuba, donde había triunfado la revolución encabezada por Fidel Castro.
Junto al escritor Gabriel García Márquez y sus compatriotras, Jorge Mascetti y Rogelio García Lupo, entre otros, funda la agencia de noticias Prensa Latina y luego, con sus conocimientos de criptógrafo, descubre la invasión a Bahía de Cochinos, instrumentada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Walsh, que se definía como un hombre de izquierda, se inició en la política en la Alianza Libertadora Nacionalista, en el llamado "Pelotón de los irlandeses".
En 1969, en Madrid, Perón le presenta al sindicalista Raimundo Ongaro, secretario general de la CGT de los Argentinos, y el 1ro. de mayo aparece el semanario CGT, que Walsh funda y dirige por pedido del jefe del Justicialismo.
Tras acercarse a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Walsh ingresa en 1973 en la organización Montoneros con el grado de oficial segundo y bajo el alías de Esteban para trabajar en el área de información junto a su amigo, el desaparecido poeta Paco Urondo.
Luego del golpe del 24 de marzo de 1976, encabezado por Jorge Rafael Videla, crea la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) con la que empieza a denunciar los crímenes de la dictadura, tanto en el país como en el exterior.
Pero su honestidad intelectual y militante lo lleva también a plantear diferencias con la línea política de la conducción de su organización, a abogar por un repliegue para evitar la derrota que sufriría Montoneros junto con otros grupos guerrilleros.
"Es uno de los primeros que escribe que esta organización ha sido aniquilada" y que "les dice, además, que corren el riesgo de no poder desandar el camino en una patrulla perdida", dijo una de las hijas del periodista, Patricia Walsh.
Pero Montoneros nunca se hizo eco de las advertencias de Walsh, quien al cumplirse un año del golpe escribió la famosa "Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar". Allí denuncia que ya había en el país por lo menos 15.000 desaparecidos, 10.000 presos políticos, 4.000 muertos y decenas de miles de desterrados.
"Es la cifra desnuda de ese terror", escribe. Un día después, Walsh acude a un cita engañado, con una pistola Walter PPK, calibre 22, oculta entre sus ropas. Al verse acorralado, el escritor hirió a uno de sus agresores, que quedó rengo, y luego murió acribillado a balazos.
Más tarde, su carta a los militares comenzaría a conocerse y su nombre empezaría a ser citado como uno de los ejemplos más dignos del compromiso del militante e intelectual. En su carta de despedida a su hija Vicky, que murió poco después combatiendo también para Montoneros, Walsh escribió: "Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizá te envidio, querida mía".
Causa. Según consta en el expediente judicial generado por su desaparición de Walsh, el 25 de marzo de 1977, el periodista repartía copias de su "Carta abierta a la Junta Militar" cuando un "Grupo de Tareas" lo interceptó en el barrio porteño de San Cristóbal.
La patota represiva lo emboscó a pocos metros de una sucursal del Banco Nación, situada en la esquina de San Juan y Entre Ríos, donde el escritor intentó resistirse, pero fue herido de varios disparos y conducido a la ESMA.
Por el hecho, están imputados los ex represores de la Marina Alfredo Astiz, Jorge "El Tigre" Acosta, Pablo García Velazco, Jorge Radice, Juan Carlos Rolón y Antonio Pernías.
Fuente: DyN y Télam (Alberto Galeano)