En apenas 11 meses, Javier Milei sacudió la política exterior argentina, quizá la única política de estado consistente desde el retorno a la democracia. Como parte de su "batalla cultural", y a contramano incluso de sus aliados, el presidente libertario apuntó contra los principales entes que sostienen el multilateralismo, lo que incluyó un insólito discurso contra la ONU en su discurso ante la Asamblea General, a la que acusó de imponer una "agenda socialista".
Pero el giro que intenta imponer el presidente libertario a la centenaria tradición diplomática no se limitó al plano discursivo. El triángulo de hierro del Poder Ejecutivo -que incluye a Karina Milei y Santiago Caputo- no solo delineó modificaciones en Cancillería (incluida la "persecución ideológica" del cuerpo diplomático) sino que también implementó drásticos cambios a los lineamientos que caracterizaron al país a nivel mundial, como los derechos humanos o el respeto por el derecho internacional.
Este último punto se vuelve crucial para el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, en el que Argentina, un país mediano/emergente, sostiene el principio de integridad territorial frente a una potencia ocupante. En especial luego de que Argentina votara en contra de una resolución de la Asamblea General para proteger los derechos de las comunidades originarias, siendo el único "rojo" en un mar de "verdes" en el tablero, incluido Estados Unidos. Una maniobra que podría tener implicancias en el apoyo al reclamo por Malvinas dado que es impulsada por Bolivia y Ecuador, dos históricos aliados.
El debate del giro en política exterior en el foro de Redappe
En medio de este contexto, excancilleres, diplomáticos y especialistas en relaciones internacionales alzaron la voz en el último foro de Redappe (Red de Profesionales para la Política Exterior), celebrado el pasado lunes en la facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Entre los disertantes estuvo Rafael Bielsa (excanciller de Néstor Kirchner y exembajador en Chile); Raúl Alconada Sempé (exsecretario de Defensa y vicecanciller del gobierno de Raúl Alfonsín), junto a los embajadores Roberto D'Alotto (representante argentino ante organismos en Ginebra) y María del Carmen Squeff (exembajadora y representante argentina ante la ONU).
Con el título "La actualidad de la política exterior: rupturas y continuidades", el debate se centró en el drástico giro de la diplomacia argentina bajo el liderazgo de Milei, en relación con los enfoques históricos que caracterizaron a la Argentina desde la constitución de 1853, exceptuando la guerra de Malvinas. A través de sus declaraciones, los panelistas subrayaron que, en menos de un año de gestión, el actual gobierno rompió con las tradiciones diplomáticas que antes marcaron el accionar internacional de Argentina.
El multilateralismo y la posición argentina en jaque
"Argentina siempre tuvo una actitud respetuosa y constructiva con el multilateralismo", comentó Squeff, advirtiendo que, al tomar decisiones unilaterales, el país podría quedar aislado en una era global cada vez más fragmentada.
Esto quedó reflejado, por ejemplo, con el reciente retiro de la delegación argentina de la cumbre climática COP 29. Se trata de la segunda orden rupturista de la Cancillería comandada por Gerardo Werthein, un foro de debate de un área sensible para actores que le interesan al Gobierno, como la Unión Europea y la OCDE.
Los cambios en el tablero global fueron parte central de la disertación de Rafael Bielsa, preocupado por la inserción argentina en un contexto geopolítico global cambiante que necesitará de una "mayor cooperación multilateral. "El orden internacional liberal se está desmoronando lentamente", advirtió el excanciller (2003-2005).
Para Bielsa, la Argentina de Milei no solo está en camino de abandonar su tradición en favor del multilateralismo, sino que se distancia también de una tendencia global de mayor colaboración entre países, en especial en sectores estratégicos como la inteligencia artificial y las tecnologías verdes. "Nos enfrentamos a una división geopolítica profunda, y si seguimos este camino aislacionista, Argentina quedará sin voz en los grandes debates globales", indicó Bielsa, citando ejemplos como la intervención de los actores no estatales en el nuevo orden económico global.
Rafael Bielsa desea pero duda que Trump beneficie a Argentina
Bielsa también subrayó la importancia de defender los principios democráticos, los derechos humanos y el multilateralismo en un contexto internacional cada vez más fragmentado. "El multilateralismo es esencial para salir de los conflictos globales, y Argentina tiene una gran oportunidad de ser un puente entre las potencias y los países más pequeños", aseguró.
En este sentido, advirtió que "un aislamiento de nuestra política exterior afectaría no solo nuestra imagen internacional, sino también nuestras posibilidades de negociar en cuestiones fundamentales como el desarme, el acceso a vacunas y los desafíos económicos globales".
El "retroceso lamentable" en política exterior bajo el mando de Milei
Los derechos humanos son un pilar de la política exterior durante las últimas décadas, sumó Alberto D'Alotto, exembajador en Ginebra. El diplomático de carrera subrayó la importancia de mantener la postura líder en defensa de los derechos humanos en el escenario internacional.
"Argentina ha sido un líder global en la lucha por los derechos humanos, pero con las decisiones actuales, estamos poniendo en riesgo esta imagen", señaló D'Alotto, aludiendo a la reciente crítica a los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos y las declaraciones tanto de Milei como de la vicepresidenta Villarruel que relativizan el terrorismo de estado.
"Existe un retroceso lamentable desde que asumió el Presidente", afirmó D'Alotto. "Es un abandono que tiende de aislarnos y alejarnos de aquellos países que adhieren a los principios democráticos y de derechos humanos, latinoamericanos y europeos. Es una tradición respetada por todos los gobiernos donde hubo un consenso de que eso fortalecía a la Argentina".
En cuanto al drástico giro discursivo de Milei seguido de las votaciones en foros internacionales, D'Alotto agregó que "un presidente no puede contrarias la CN abandonar principios internacionales contraídos y poner en peligro las relaciones exteriores con países porque es un patrimonio o prerrogativa que no es exclusivo del presidente sino de la nación".
Este retroceso en derechos humanos también afectó las relaciones con el cuerpo diplomático argentino, indicó el diplomático, quien expresó su preocupación por las políticas que perciben como regresivas y peligrosas para la unidad de la diplomacia nacional.
"Hay una campaña macartista de persecución ideológica de los funcionarios que no responden a la mal llamada idea de la libertad", dijo. En este punto coincidió Raúl Alconada Sempé, ex secretario de Defensa y vicecanciller durante el gobierno de Raúl Alfonsín, quien abogó por la mayor participación de los jóvenes en este tema y que "es importante que se respete las opiniones de los diplomáticos" a la hora de dirigir la política exterior.
El posible impacto de este giro en la política exterior sobre el reclamo de soberanía de las Islas Malvinas también fue un tema recurrente entre los disertantes. Los exdiplomáticos advirtieron que el alejamiento de Argentina de las alianzas tradicionales y la falta de coherencia en su política internacional podrían poner en peligro el apoyo de países clave que históricamente han respaldado la causa argentina en foros internacionales, como la ONU y la OEA.
Alconada Sempé, por su parte, expresó que el actual enfoque podría dificultar las futuras negociaciones. "El multilateralismo es crucial para el reclamo de Malvinas. Si seguimos por este camino, corremos el riesgo de quedar aislados en un tema tan sensible para nuestra soberanía", dijo. El excanciller radical se refirió al histórico apoyo de países no alineados, como Bolivia, Cuba y Nicaragua, en el Comité de Descolonización de la ONU, donde la resolución sobre Malvinas fue aprobada por consenso. Sin embargo, hubo una coincidencia de que la tendencia del gobierno libertario a alinearse con posiciones unilaterales podría comprometer este respaldo.
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