La reciente intervención del presidente Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos generó repercusiones de todo tipo. Su discurso, cargado de fuertes críticas hacia lo que denominó la "agenda woke", despertó reacciones encontradas en los diversos espacios políticos, incluyendo al PRO, su principal fuerza aliada.
En su discurso, Milei criticó al feminismo, la diversidad sexual, la inmigración y la equidad de género. Calificó al "wokismo" como “la epidemia que hay que curar y el cáncer que hay que extirpar”, apuntando contra el feminismo, la diversidad sexual, la inmigración y la equidad de género. Según Milei, estas agendas representan una imposición ideológica que busca expandir el Estado y socavar la libertad individual. Recurrió a ejemplos polémicos, como un caso de abuso infantil en Estados Unidos, para generalizar sobre parejas homosexuales, calificándolas de "pedófilos embanderados en la ideología de género". También arremetió contra las personas trans, denunciando lo que describió como "mutilaciones irreversibles" promovidas por legislaciones estatales.
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Además, afirmó que el feminismo radical busca privilegios y no igualdad, mientras que cuestionó la existencia de la brecha salarial, argumentando que las diferencias se deben a elecciones profesionales y no a desigualdades estructurales. Sobre la inmigración, describió a los migrantes como una "horda" que amenaza a las sociedades occidentales, alimentando un discurso xenófobo.
Tras las primeras críticas, reafirmó su postura en las redes: “La libertad avanza y nada impedirá que lo siga haciendo”, posteó en X.
Aunque el PRO no emitió un comunicado oficial, el impacto de estas declaraciones generó una serie de manifestaciones individuales que evidenciaron tensiones internas en el espacio político.
Entre quienes se desmarcaron de los dichos del Presidente estuvo la diputada Silvia Lospennato. Mediante una publicación en redes sociales, expresó su compromiso con “la pluralidad de voces” y “el respeto irrestricto al proyecto de vida de cada persona”. Además, agregó: “Voy a seguir apoyando un programa económico imprescindible para reducir el déficit fiscal, pero también voy a defender con la misma convicción las políticas que disminuyan desigualdades y permitan que las circunstancias en que alguien nace no determinen el resto de su vida”. Aunque evitó menciones directas al presidente, su declaración marcó una clara distancia con las afirmaciones de Milei.
Por otro lado, Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, también tomó distancia del discurso presidencial al señalar en declaraciones por Radio Mitre que “tomar un caso y generalizar a todos es una injusticia brutal”. “Me gustaría ver un Presidente que abogue más por la unidad de los argentinos en lugar de profundizar divisiones”. Además, sostuvo: “Amo la diversidad que representa la Ciudad de Buenos Aires. Eso es patrimonio nuestro y no lo van a romper, voy a estar defendiéndolo. Yo creo en esto. Creo en la libertad”.
Estos cortocircuitos ocurren en momentos en que las negociaciones entre el PRO y La Libertad Avanza para conformar listas unitarias de cara a las elecciones legislativas están empantanadas. Además de las diferencias ideológicas, Macri apunta a conquistar a un sector del electorado con una fuerte sensibilidad hacia las problemáticas de género y diversidad.
Firme en su postura, el Gobierno amenaza con avanzar con un paquete de medidas "antifeministas", como la posible eliminación de la figura del femicidio como agravante en los homicidios contra mujeres por el hecho de ser mujer.
En respuesta, cientos de personas se congregaron en el anfiteatro del paseo de San Telmo este fin de semana para realizar una “asamblea anifascista LGBTQ+”, en repudio a los dichos del presidente en Davos. Desde el espacio impulsaron una movilización para el próximo primero de febrero.
FM
