Poco se conoce del exjefe de la Quinta de Olivos Daniel Rodríguez a nivel público, algo que suele ocurrir con otros confidentes de figuras con poder. La mano derecha del expresidente Alberto Fernández no tiene un perfil en LinkedIn ni se comunica a través de redes sociales, algo común en la clase política de la última década.
Rodríguez, conocido en su círculo íntimo como "el Gordo", tampoco suele responder a las consultas de la prensa en lo que son reiterados intentos de armar el rompecabezas de su historia y su paso por la rosca política, conociendo los distintos roles que ocupó para servir al expresidente a lo largo de los años: pasando de ser su custodio personal a su cadete, su chofer e incluso cuidador de su perro Dylan, entre otras funciones.
La figura de Rodríguez, un exbombero de la Policía Federal, volvió a cobrar notoriedad en los últimos días dado que la próxima semana irá a los tribunales porteños de Comodoro Py para declarar ante el juez Julián Ercolini. Su testimonio es considerado fundamental en la causa por violencia de género iniciada por la exprimera dama Fabiola Yañez.
El celular del exintendente de Olivos y amigo de Alberto, pieza clave
Como exintendente de la Quinta de Olivos durante la presidencia de Fernández, es uno de los testigos clave por la cercanía que mantenía con la expareja en las causas judiciales contra el expresidente. Tanto que permanece bajo la mira de la Justicia también en el expediente conocido como causa Seguros, que investiga a Fernández, otros funcionarios y allegados por la supuesta corrupción en la contratación de pólizas.
El vínculo entre Rodríguez y Alberto Fernández
El vínculo entre Rodríguez y Alberto Fernández se remonta a los años de Néstor Kirchner, cuando Rodríguez formaba parte de la custodia del entonces jefe de Gabinete. Originario de la Policía Federal, en la rama de Bomberos, Rodríguez logró hacerse un lugar en el círculo más íntimo de Fernández, inicialmente como chofer, luego como asistente personal y finalmente como su custodio.
Su lealtad y proximidad a Fernández, uno de los armadores del peronismo durante el inicio del kirchnerismo, le valieron un lugar destacado en la vida del exmandatario, y con la victoria electoral de 2019, Rodríguez fue designado como intendente de la Quinta de Olivos.
Este cargo le otorgó un acceso sin precedentes a la residencia presidencial y le permitió manejar todos sus aspectos, desde el personal de mantenimiento hasta el cuidado del perro presidencial, Dylan. Su cercanía con Fernández se hizo evidente durante los preparativos para la asunción presidencial, cuando Rodríguez estuvo presente en el departamento de Puerto Madero de Fernández, días antes de su toma de posesión.
Ya instalado con su esposa, en diciembre de 2019 Rodríguez se hizo cargo de las tareas administrativas y de gestión de la Quinta de Olivos. Era el responsable de varios contratos, como el de los servicios de limpieza, y decidía quién podía entrar a la residencia oficial y quién no. "Todo a través del terror, porque era muy corto", indicó un allegado a Rodríguez, según detalla La Nación. "Nadie sabía tanto de Olivos como él".
De esta forma, Rodríguez, cuyo rostro sigue siendo casi una incógnita, se convirtió en un testigo clave de esos años marcados por la pandemia de coronavirus, las visitas a la Quinta de Olivos, el escándalo por el festejo de cumpleaños de Yañez durante la cuarentena, el vacunatorio VIP y la presunta violencia familiar que se conoció en el último mes.
La intimidad de la caída de Alberto Fernández: "Es una canallada"
Su vínculo con la causa Seguros y la "fiesta de Olivos"
El rol de Rodríguez en la Quinta de Olivos no se limitó a cuestiones administrativas y de protocolo. En los últimos meses, su nombre surgió en el contexto de la causa que investiga la corrupción vinculada con los contratos estatales, y que involucra a Héctor Martínez Sosa, el marido de María Cantero, la histórica secretaria privada y amiga de Alberto Fernández.
Rodríguez, en tanto, fue uno de los nombres mencionados en chats y documentos relacionados con Martínez Sosa, dueño el broker vinculado con la gestión de seguros del Estado a través de la caja de ANSES y cuyas actividades están bajo investigación.
Uno de los puntos más controversiales es el secuestro del celular de Rodríguez durante un allanamiento en una propiedad de Martínez Sosa. Este dispositivo es ahora parte crucial en la investigación, ya que se sospecha que contiene información relevante para los casos de corrupción y tráfico de influencias.
Otra causa que puso a Rodríguez en el centro de la atención judicial es la investigación sobre la "fiesta de Olivos" de Fabiola Yañez durante la cuarentena estricta en 2020, el escándalo que fue señalado como el que pudo haber sellado el destino fallido de la carrera presidencial de Alberto Fernández.
Rodríguez estuvo implicado en la confección de permisos de circulación apócrifos para varios de los asistentes a la fiesta, incluyendo a Sofía Pacchi, amiga de Fabiola Yañez, otra que también fue citada a declarar la próxima semana por Ercolini. Estos permisos, que utilizaban el logo presidencial y la firma de Rodríguez, permitieron la circulación de personas durante el confinamiento estricto de la pandemia de Covid-19.
De esta forma, Rodríguez se convirtió en un actor clave en el entramado político de los últimos años, y su historia es un reflejo de las tensiones y controversias que marcaron la presidencia de Alberto Fernández. En varias oportunidades, fue señalado como el intermediario entre la Quinta de Olivos y los empresarios y amigos cercanos a Fernández y su rol para la Justicia es crucial, dado su conocimiento detallado de lo que ocurría en la residencia presidencial.
cd CP
