Twitter, espionaje, amenazas y fiscales. Todos estos elementos se conjugan en una confusa trama de supuestas denuncias y pedidos de información a Estados Unidos que, según el Gobierno nacional, forman parte de "otra mentira de Clarín".
Todo comenzó en enero, cuando Cristina Caamaño -reemplazante del suspendido José María Campagnoli en la fiscalía de Núñez y Saavedra- presentó una denuncia contravencional por supuesto hostigamiento de parte de usuarios de la red social Twitter.
"Hice una denuncia contravencional en la época de los linchamientos porque me empezaron a escribir que me iban a venir a buscar, que sabían dónde encontrarme y que me iban a linchar. Me dio temor. Es normal decir cualquier cosa desde el anonimato. Soy una funcionaria pública y es mucho más fácil encontrarme. Yo hice la denuncia y estoy muy convencida de lo que estoy haciendo y el medio no me paraliza. Sigo adelante”, explicó la funcionaria en diálogo con Radio América.
La causa cayó en manos de la fiscal Daniela Dupuy, quien -según el diario Clarín- solicitó a Walter Bernal, jefe de la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal Argentina, que arbitre“todos los medios a su alcance” para conocer la identidad de los hostigadores.
Los tuiteros acusados serían @SergioFDoormann, @richito18, @eleduMOP, @ProcuLegitima, @Vigoroth92, @CarlBonifatti, @mariaFerrante, @anamagarupestre, @scarlet1864, @anabelochio, @IgnacioRodrigu1 y @andres_rimoldi, según el matutino.
La lista es curiosa: La mayoría de los usuarios son tuiteros anti-K. Dos de ellos, @andres_rimoldi y @IgnacioRodrigu1, son exempleados de Campagnoli, que reclaman su reestitución. La usuaria @mariaFerrante no publicó nada desde que abrió la cuenta en 2011. Y la cuenta de @anabelochio ni siquiera existe.
Según Clarín, la Cancillería argentina hizo un pedido formal al Departamento de Homeland Security, encargado de la seguridad interna de Estados Unidos, para que reclame a Twitter la información de los usuarios en cuestión. Incluso publicó una foto, difundida por el usuario Sergio Doormann, del supuesto facsímil que el organismo envió a la red social, que, a su vez, notificó a los tuiteros.
No era necesario acudir a Estados Unidos. En su política de privacidad, Twitter informa: "Podemos difundir información de un usuario si es necesario para cumplir con una ley o pedido de un juez o para proteger la seguridad de alguna persona".
La Cancillería desmintió formalmente el supuesto pedido en un comunicado intitulado "otra mentira de Clarín": "En forma recurrente el diario Clarín y sus satélites informativos inician campañas de difamación. La de hoy es una más, seguramente no la última, que luego se demuestra están basadas en datos falsos o, directamente, inventados", reza el comunicado que publicaron en su sitio web.
"El presente comunicado, a la vez que sirve para informar que la Cancillería no ha realizado las gestiones ante el gobierno de los Estados Unidos descriptas por Clarín, sirve para alertar a la población que no se deje engañar por campañas de medios y personas que invocando poseer información tienen como único objetivo engañar a sus consumidores", agrega el texto.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores lamenta que el sitio Infobae, el diario La Nación, y algunos políticos oportunistas repitan la falsedad de Clarín haciéndola propia mostrando que con tal de denigrar a la Cancillería no les molesta convertirse en voceros oficiosos del Grupo Clarín", concluyó el comunicado.
Perfil.com se comunicó con la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires para verificar lo dicho por Cancillería, sin obtener respuesta.