La continuidad de Ignacio Yacobucci, titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), quedó en duda en las últimas horas. A los cuestionamientos internos sobre su gestión al frente del organismo dedicado a combatir el lavado de dinero, se sumaron recientemente sospechas por el rol de la UIF en causas vinculadas al narcotráfico y al blanqueo de capitales.
Estas tensiones también generaron diferencias con el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien había impulsado su designación.
El malestar en la Casa Rosada hacia el funcionario no es algo nuevo, pero los últimos hechos precipitaron rumores sobre una posible renuncia. Desde el Gobierno no confirmaron ni desmintieron estas versiones. Según fuentes consultadas, la definición podría tomarse en las próximas horas, cuando el ministro de Justicia regrese del exterior.
Yacobucci asumió como titular de la UIF en febrero del año pasado y trabajó en coordinación con Cúneo Libarona, además de designar a un estrecho colaborador para supervisar las tareas del organismo. Durante su gestión, actuó con autonomía y reportó directamente al ministro, incluso en momentos clave como la decisión del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) de mantener a la Argentina fuera de la lista gris.
Las tensiones más recientes tienen antecedentes en la actuación de la UIF durante las gestiones del Gobierno para evitar sanciones del GAFI, que buscaba garantizar que Argentina no tolerara el lavado de dinero ni el financiamiento al terrorismo.
Fuentes oficiales recordaron que, en ese contexto, Yacobucci propuso contratar como asesores a Mariano Federici y Eugenia Talerico, exfuncionarios de la UIF durante el gobierno de Mauricio Macri, a cambio de un alto honorario en dólares. “A Yacobucci se le dijo que no y se avanzó con el personal profesional de la UIF y del Ministerio de Justicia”, señalaron las fuentes.
Las otras diferencias entre Yacobucci y Cúneo Libarona
Este episodio no fue el único observado con recelo desde la Casa Rosada. Sin embargo, lo que marcó un quiebre con su "mentor" político, Cúneo Libarona, fue la detección de que la UIF se retiró de una causa por narcotráfico, mientras que en paralelo agentes del organismo denunciaron un supuesto caso de lavado de dinero contra el dueño de un corralón en Mar del Plata.
Las preocupaciones aumentaron al analizar los profesionales que brindaron asesoramiento jurídico en ambos casos. Por la gravedad de los procesos, las fuentes prefirieron no brindar más detalles.
Aunque las últimas acciones de la UIF desataron los rumores, las críticas hacia Yacobucci también se centraron en su demora para adecuar el organismo a los estándares exigidos por el GAFI. Esta inacción fue especialmente relevante en octubre pasado, cuando Argentina estuvo cerca de ser sancionada por ese organismo internacional.
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También se le reprochó no cumplir con la política de austeridad del Gobierno, que exige a los funcionarios viajar en clase económica. “Fue el que más viajó y siempre en primera clase”, afirmaron fuentes oficiales. Esta actitud generó tal inquietud que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, llegó a indagar sobre sus pasajes, algunos de los cuales se realizaron de manera extraoficial y sin autorización previa.
Otro punto de conflicto fue su negativa a que la UIF participara como querellante en causas relacionadas con hechos de corrupción de gobiernos anteriores. Según la política oficial, esas tareas corresponden exclusivamente a los fiscales, mientras que los organismos deben limitarse a proporcionar informes y respetar la división de poderes. Además, se informó que Yacobucci resistió la plena incorporación del vicepresidente Santiago González Rodríguez tras la salida imprevista de Manuel Tiesso.
Las crecientes tensiones, diferencias y críticas hacia Yacobucci terminaron en roces con Cúneo Libarona. Según fuentes cercanas, el ministro podría tomar una decisión definitiva sobre el futuro del titular de la UIF en las próximas horas.
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