Omar Perotti dio un primer paso para conseguir lo que tanto le cuesta a Axel Kicillof. El gobernador santafesino destrabó una negociación áspera con un sector díscolo del PJ. Así, el peronista consiguió media sanción en el Senado para dos paquetes de leyes: reforma tributaria y declaración de cinco emergencias. Esta primera victoria no significa que vaya a lograr un triunfo definitivo: el lunes, ambos proyectos se tratarán en Diputados, donde el socialismo tiene mayoría.
¿Qué harán los legisladores comandados por el ex gobernador Miguel Lifschitz, actual diputado y presidente de la Cámara? Hasta anoche, se inclinaban a acompañar las subas impositivas, pero a rechazar el paquete de emergencias sociales, alimentarias, económicas, sanitarias y de seguridad. Cerca de Perotti apuntan a seducir al Frente Progresista en las próximas horas. No será fácil. En caso de fracasar, el gobierno peronista llamaría a sesiones extraordinarias para enero. En Diputados, el socialismo cuenta con 28 sobre 50 bancas. Perotti requiere sí o sí del aval opositor.
Ayer, el vocero del gobierno, Leonardo Ricciardino, aseguró que “son medidas basadas en un fuerte compromiso social y solidario”. La reforma tributaria incluye un aumento importante de Ingresos Brutos para las 18 empresas cerealeras ubicadas en Santa Fe: el impuesto subiría del 0,25% al 2%. En paralelo, los bancos pasarían a pagar el 7%. Además, aumentaría el Impuesto Inmobiliario, Patentes Automotores y Sellos, entre el 10 y el 40%. Así fue aprobada ayer en el Senado. El lunes, los socialistas también la votarían. Cerca de Perotti admitieron: “Si no nos acompañan, no arranca la colonia para 35 mil pibes que están inscriptos. También se complica el funcionamiento de los comedores”.
Un dirigente leal a Lifschitz revela que darán su aval. La quíntuple emergencia, sin embargo, pinta mucho más improbable. Los socialistas se resisten a conceder “superpoderes” a Perotti. Los peronistas contraatacan: plantean que el rechazo se debe a que el Frente Progresista no quiere admitir su propio fracaso, tras 12 años de gobierno.
Ricciardino remarcó que “es un claro programa de austeridad y equilibrio fiscal que tiene como objetivo disponer de los recursos necesarios para garantizar los programas sociales y alimentarios, priorizar el correcto funcionamiento del sistema de salud y brindar mayor seguridad”. El vocero oficialista concluyó: “Es una excelente noticia para el sector agropecuario y el de las pymes industriales, comerciales y de servicios, ya que no tendrán modificaciones en su tratamiento de Ingresos Brutos”.
Para alcanzar el voto en el Senado, Perotti debió involucrarse personalmente en la negociación. El jueves a la noche se reunió con los seis senadores peronistas encabezados por Armando Traferri. La relación entre Perotti y Traferri pasó de fría a malísima hace poco más de un mes. Fue durante el período de transición entre el mandato de Lifschitz y el del gobernador peronista. Pese a que ambos habían pactado consensuar el presupuesto 2020, el socialista mandó el proyecto al Senado. Ahí se potenciaron las acusaciones y desconfianzas cruzadas. Con el voto de seis sobre 11 senadores peronistas, con Traferri a la cabeza, el Frente Progresista lo aprobó sobre tablas. Los senadores opositores priorizaron garantizar obras para sus departamentos. El vínculo entre Perotti y Traferri quedó cortado. El jueves a la noche se empezó a recomponer.