El escándalo político que vive Neuquén sigue creciendo. La vicegobernadora Gloria Ruiz fue suspendida de su cargo por treinta días por “inhabilidad moral” y su lugar quedó pendiendo de un hilo luego de que se conocieran una serie de denuncias por presunta corrupción. A ello se le suma un dato clave: el gobernador Rolando “Rolo” Figueroa se apuró a soltarle la mano y la dejó sin apoyo rápidamente.
La ahora suspendida vicegobernadora tuvo que desplazarse después de que la Justicia reveló que su hermano, Pablo Ruiz, quien tenía un cargo de director del complejo cultural Casa de Leyes, había realizado transferencias irregulares por unos $ 30 millones a su cuenta bancaria personal desde la Legislatura neuquina. La Justicia allanó y se encontró con que el dinero lo retiró en efectivo o invirtió en plazos fijos, pero no lo declaró. Por este motivo se lo acusa de presunta defraudación al Estado.
La vicegobernadora lo echó de su cargo, pero no fue suficiente. En su descargo, Ruiz dijo que su suspensión fue inconstitucional y que se trata de una persecución política. Con el patrocinio del abogado, Francisco Oneto, llevó su planteo a la Justicia. Es el mismo abogado que ha prestado servicios para el presidente Javier Milei y fue candidato a vicegobernador bonaerense el año pasado.
Mientras tanto, una comisión investigadora de legisladores analiza contratos y licitaciones que firmó Ruiz. Ya salieron a la luz compras extrañas: por ejemplo, una camioneta Toyota de alta gama, y la adquisición de bombones con dinero del Estado por una suma de $ 4.120.000.
Por su lado, a pesar de que fue su compañera de fórmula y él mismo la eligió, el gobernador Figueroa viene fingiendo demencia. Dijo que no cederá ante casos de corrupción. Y políticamente se corrió del tema. De hecho, en la política neuquina ya se habla de la chance de que, si avanza la Justicia, finalmente Ruiz sea destituida.
A este cuadro de situación, ayer surgió que Ruiz desembolsó $32 millones para un evento de la sanadora rosarina Leda Bergonzi.