Javier Milei y Donald Trump comparten una afinidad ideológica inédita que impactará en la relación entre Estados Unidos y Argentina. El presidente libertario y su flamante par estadounidense intercambiaron elogios a lo largo de la presidencia del primero y mostraron los rasgos en común: desde su pasado como "outsiders" de la política tradicional hasta librar la "batalla cultural" contra la agenda progresista.
Apenas Milei asumió la presidencia argentina, una de las primeras medidas que tomó fue dictar el alineamiento estratégico e irrestricto con Estados Unidos en materia de política exterior, emulando en varios aspectos a la época del Consenso de Washington y las "relaciones carnales" durante el menemismo. Ahora, con Trump al mando de la Casa Blanca, el presidente libertario e invitado estelar del traspaso presidencial en Washington se prepara para capitalizar al máximo la agenda bilateral. Sin embargo, en materia de cooperación económica y comercial, así como el posicionamiento argentino frente a China, existe una serie de interrogantes respecto al futuro de la relación.
Milei, el presidente "favorito" de Donald Trump
"Javier, te quiero felicitar por el trabajo que has hecho, por hacer Argentina grande de nuevo. Es increíble cómo la estás arreglando y es un honor que estés aquí", le había dicho Trump a su "presidente favorito", Milei, en una reunión informal en su residencia en Florida.
El encuentro ocurrió poco después de haber ganado las elecciones el 5 de noviembre y ratificó que la admiración del presidente argentino, demostrada en la cumbre de CPAC en febrero, era correspondida. Milei, por su parte, aprovechó el momento para volver a elogiar al magnate por su desempeño electoral frente a Kamala Harris, luego de que llevara a cabo la que describió como "la remontada política más grande de la historia".
Uno de los ejes de la afinidad entre ambos líderes es el ideológico, luego de que reforzaran una postura combativa contra lo que denominan la "ideología progresista" (woke, en inglés), que cuestiona las identidades de género y propone visión restrictiva del derecho al aborto.
Ambos también promueven una fuerte desregulación del Estado, aunque desde perspectivas ideológicas diferentes: mientras Trump se definió en el pasado como un defensor del "patriotismo" anti-globalista, Milei se identifica como un anarcocapitalista libertario. Esta afinidad en la agenda de desregulación se refleja en la creación, por parte de Trump, del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge, en inglés), similar al ministerio de Desregulación y Transformación del Estado argentino, a cargo de Federico Sturzenegger. Liderado por Vivek Ramaswamy y Elon Musk, su objetivo será "desmantelar la burocracia gubernamental" y "reducir los gastos innecesarios", siguiendo una lógica que Ramaswamy calificó en X como "recortes al estilo Milei, pero con esteroides".
Sin embargo, las diferencias ideológicas y contextuales podrían marcar las limitaciones prácticas de la afinidad entre los presidentes argentino y estadounidense que remite a tiempos del expresidente Mauricio Macri. Mientras Trump busca restaurar una industria nacional fuerte y consolidar el liderazgo estadounidense a través de políticas proteccionistas, Milei adoptó un enfoque más radical en favor del libre mercado, incluso eliminando aranceles y proponiendo la dolarización de la economía argentina.
En tanto, habrá que esperar para ver cómo estas discrepancias podrían influir en la relación bilateral y el círculo que rodea al flamante presidente estadounidense. Mientras figuras como Marco Rubio, designado para el Departamento de Estado, elogian a Milei como un aliado clave para Estados Unidos en la región, otros cuestionan la viabilidad de su programa económico. Entre ellos, el extitular del BID, Mauricio Claver-Carone, designado por Trump enviado especial Departamento de Estado para América Latina, un área clave de lo que será su gobierno.
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"Con el presidente Trump nosotros apoyamos a la Argentina en un momento, pero había una confianza y una relación de más de 30 años", había sostenido Claver-Carone en agosto de 2024 en relación al vínculo con el expresidente Mauricio Macri durante la primera presidencia de Trump. Sin embargo, en ese momento acusó a Milei de ser "más de lo mismo" e implementar "políticas peronistas". "La política de ganar tiempo pensando que con Trump va a conseguir más dinero del Fondo es una ilusión, es ilógica y va a llevar al fracaso. Porque primero no funciona de esa manera. Y segundo, Milei y Trump todavía no tienen relación", dijo en aquel momento.
La relación de Trump con Macri y Milei
Trump visitó Buenos Aires en 2018 cuando gobernaba Mauricio Macri. Durante su primer mandato, el expresidente estadounidense hizo frecuentes referencias a la situación económica de Argentina, mostrando interés en apoyar a su nuevo aliado en el hemisferio sur. En ese momento, el gobierno cambiemita negociaba el desembolso de 44 mil millones de dólares con el FMI. Desde entonces mantuvieron una relación amistosa y se volvieron a encontrar en 2022 en la residencia del magnate en Florida, cuando dialogaron "sobre la realidad mundial y la relación entre ambos países".
La sintonía que tuvo Macri con Trump la continuó su aliado de La Libertad Avanza. Antes de asumir la presidencia, Milei manifestó su afinidad por el expresidente norteamericano. Ambos líderes, aunque con diferencias ideológicas, compartieron una retórica anti "clase política" (establishment, en Estados Unidos) que resonó en sus respectivas campañas.
Desde su llegada al poder, Milei dejó claro su alineamiento con la característica agenda MAGA (acrónimo de Make America Great Again) utilizada por el equipo de campaña de Trump. El presidente argentino hizo lo propio adaptando el slogan de campaña: "Hagamos grande a Argentina otra vez". Trump, por su parte, elogió el "trabajo fantástico" de Milei respecto al ajuste y la baja de la inflación.
Por su parte, el ala económica de su gobierno, encabezada por Luis Caputo, también siguió de cerca el desarrollo del escenario político en Estados Unidos, pensando en el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de las negociaciones que siguieron al expirado Acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en marzo de 2022 por Alberto Fernández. Tal como ocurrió con el gobierno de Macri, se espera que la afinidad entre Milei y Trump permita a futuro el desbloqueo de entre 10 y 15 mil millones de dólares pensando en la salida del cepo cambiario.
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Más allá del favoritismo de Milei hacia la figura del magnate estadounidense, recién se vieron cara a cara en febrero de 2024, poco después de haber asumido la presidencia. Fue durante un evento de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), donde se vio a un Milei muy efusivo abrazando a Trump, a quien llamó "un gran presidente".
Este encuentro fue interpretado como un intento de alinearse con un fenómeno global "anti progresista" ("woke", en inglés), donde compartió escenario con figuras como el presidente salvadoreño Nayib Bukele y con Santiago Abascal, el líder del partido español de ultraderecha Vox, reforzando su imagen ante una audiencia internacional.
La apuesta de Milei por Trump en las elecciones en EEUU
A poco de cumplirse un año del gobierno libertario, la relación con Estados Unidos perfiló la política exterior argentina luego de que Milei manifestara su alineamiento incondicional con ese país e Israel. Lo demostró a nivel discursivo y con políticas de estado, como la compra de los aviones caza F16 estadounidenses que le ganaron así la pulseada a los JF Thunder de origen sino-pakistaní, una opción contemplada por el gobierno de Alberto Fernández.
En la previa a los comicios estadounidenses, el gobierno de Milei se mostró cauto frente a la contienda electoral entre Trump y Joe Biden. Sin embargo, rompió el protocolo indirectamente al replicar una sugerente foto publicada en X a finales de octubre. En la imagen, originalmente publicada por el legislador libertario Agustín Romo, se vio a un grupo de universitarios junto al asesor de máxima confianza, Santiago Caputo. En la mesa visiblemente colocada hay una gorra con la inscripción "Trump 2024, Make America Great Again", utilizada por los seguidores del candidato republicano.
La perspectiva geopolítica
Las diferencias discursivas respecto al panorama internacional es otro de los puntos a tener en cuenta en relación al lugar que ocupará EEUU en el tablero global y cómo se adecuará Argentina al respecto. Trump se destacó como un crítico feroz de la participación estadounidense en las guerras de Ucrania y Gaza, sugiriendo que, de haber estado en el poder, conflictos de esas dimensiones no habrían ocurrido.
Además, su manifiesta simpatía hacia el presidente ruso Vladimir Putin y sus críticas al ucraniano Volodímir Zelenski sugieren que podría forzar un cambio de la postura del país respecto a ese conflicto. La lógica de Trump, en tanto, podría repercutir en la forma en que Milei mira al mundo en medio de su alineamiento irrestricto con 'los valores occidentales', llevando a adoptar una posición de equidistancia entre Washington-Bruselas y Moscú.
Este enfoque también resonó con otros líderes con quienes Milei simpatiza, como Viktor Orban y Giorgia Meloni. Sin embargo, el presidente argentino, al expresar su disposición en favor de Ucrania y al iniciar el trámite para la adhesión de Argentina a la OTAN, podría encontrarse en una posición potencialmente incómoda. Especialmente por la postura crítica de Trump hacia los socios de la alianza militar transatlántica.
Por otro lado, la relación de Milei con el presidente chino, Xi Jinping, podría generar interés en el contexto de la competencia estratégica que mantienen las dos superpotencias en la región. En busca de financiamiento, el mandatario argentino moderó su retórica divisiva hacia el principal socio comercial del país; por lo que deberá ponderar su vínculo con Trump, quien ya anticipó que intentará controlar el Canal de Panamá y Groenlandia, entre otras medidas, para sopesar la influencia china.
Más allá de la simpatía personal entre ambos líderes, el vínculo con Estados Unidos será un factor decisivo para el futuro de Argentina. Si bien se podría esperar que la sintonía política entre Milei y Trump podría facilitar un alineamiento más fuerte entre Buenos Aires y Washington, lo cierto es que habrá que ver cómo afectará la visión proteccionista de Trump a nivel sistémico, considerando que el flamante presidente anticipó un aumento de los aranceles a las importaciones partiendo de un piso del 10%, lo que repercutiría en todo el mundo y en Argentina particularmente.