Javier Milei ejerce una diplomacia presidencial. Es por ello que retomará sus vuelos al exterior, visitará la cumbre de la CPAC la semana próximo en Florida en la que se reunirá con Donald Trump, mientras que la Cancillería trabaja para una foto con Xi Jinping.
El Presidente sorprendió a propios y extraños en la entrevista con Susana Giménez semanas atrás, cuando elogió al régimen chino, luego de haberlo vituperado en reiteradas ocasiones durante la campaña.
En el gobierno y en la Cancillería están trabajando con miras al G20. La próxima cita de líderes mundiales. Es de hecho, uno de los desafíos que rápidamente tuvo que asumir el flamante ministro de relaciones exteriores, Gerardo Werthein, tras la traumática salida de Mondino.
La idea que recorre las cabezas de las principales figuras del Gobierno es que Milei pueda tener una foto con el presidente chino, como una forma de reforzar la relación bilateral que había comenzado tensa, pero que se moderó con el correr de los meses y las necesidades financieras de Argentina. Es que lograr una cumbre con el líder de la segunda economía global no se consigue de la noche a la mañana. Mucho menos, luego de haberlos ofendido.
China es el segundo socio comercial de la Argentina, y es el principal destino de las exportaciones primarias, fuente clave de divisas. Pero además, Milei ha recibido pedidos de muchos mandatarios para poder avanzar en acuerdos con el gigante asiático, que está especialmente interesado en la energía y en la minería.
Hay un tercer tema clave: el swap de monedas que tiene la posibilidad de ser ampliado y que en junio de 2026 deberán ser cancelados los cerca de US$ 5 mil millones que fueron renovados en junio de este año.
La cumbre de las veinte economías más grandes del mundo a la que además están invitados otros países será el próximo 18 de noviembre en Río de Janeiro, en donde Lula Da Silva oficiará de anfitrión.
En la Casa Rosada reconocen que se trabaja en el acercamiento a China, aunque intentan bajarle el tono al viraje discursivo del Presidente. “China es un socio comercial muy interesante porque no exigen nada, solo piden que no los molesten”, había dicho el Presidente.
Al mismo tiempo, reconocen que no se está trabajando para tener una foto ni una reunión con Lula, pese a que Brasil es el principal socio comercial de la Argentina. ¿Vínculo irreconciliable?
Milei tendrá en las próximas semanas una agenda internacional agitada. El 14 y 15 de este mes estará en Palm Beach, en la localidad de la residencia del presidente electo norteamericano. En Casa Rosada no tienen certezas sobre si habrá una reunión entre ambos, pero esperan que sí.
En concreto Milei disertará en la reunión de fin de año de la CPAC, pese a que no pudo comunicarse telefónicamente con Trump luego del triunfo del martes pasado.
Con todo, su participación en la cumbre la semana próxima es leída en la Casa Rosada como un acercamiento del futuro ocupante de la Casa Blanca a Milei, lo que podría ser clave teniendo en cuenta la delicada situación financiera entre la Argentina y el FMI.
Por delante, el mandatario argentino y su gobierno tendrán la difícil tarea de hacer equilibrio entre ambos países que pujan por la hegemonía global. Es que para Trump el verdadero “enemigo” de los EE.UU. es China.