El presidente Javier Milei y la comitiva argentina participaron ayer de las exequias del papa Francisco en el mediodía de Roma, en una Plaza de San Pedro colmada por una multitud que los medios estimaron en 250 mil personas, antes de la partida del Santo Padre a la Iglesia Santa Maria Maggiore, en donde descansarán sus restos.
En la ceremonia de la explanada, Milei estuvo en la primera fila junto a Karina Milei. Por tratarse del presidente del país en el que Francisco nació, tuvo un lugar privilegiado. Allí, Milei y las delegaciones de todo el mundo escucharon la homilía de Giovanni Battista Re, el decano del Colegio Cardenalicio que despidió a Francisco.
Al lado de los hermanos Milei se encontraba Sergio Mattarella, el presidente italiano. Detrás de Milei, en la segunda y tercera fila, se encontraba el resto de la comitiva: Patricia Bullrich, Sandra Pettovello, Gerardo Werthein, Guillermo Francos, Manuel Adorni y el embajador argentino ante el Vaticano, Pablo Beltramino.
Milei participó de una ceremonia junto a otros cincuenta jefes de Estado y cerca de una decena de monarcas que se acercaron hasta Roma para despedir a Francisco. No tuvo ocasión de cruzarse con Donald Trump; sin embargo, se fundió en un abrazo con Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia. También intercanbió saludos con Emmanuel Macron dentro de la Basílica de San Pedro.
La presencia de Milei y de la inédita y nutrida comitiva (siete funcionarios del alto rango) no estuvo exenta de polémicas. Es que el Presidente no llegó al “adiós final” a Francisco antes de que se cerrara el austero y modesto féretro hecho en madera que Bergoglio había estipulado.
La ausencia de Milei contrastó con la presencia de líderes que durante la jornada del viernes tuvieron la posibilidad de despedir a Francisco cuando el féretro aún estaba abierto. Entre ellos, Lula Da Silva, Macron y los reyes de España, Felipe VI y Letizia, entre otros.
Con todo, la comitiva argentina pudo brindarle un saludo final a Francisco una vez que el féretro estuvo cerrado y antes de su traslado en el papamóvil, cuando se encontraba aún en el interior de la Basílica de San Pedro en la mañana del sábado. Junto a los funcionarios argentinos se encontraba Guillermo Karcher, el sacerdote argentino que cumple funciones de protocolo en el Vaticano desde hace años. El secretario de Culto, Nahuel Sotelo, le agredeció sus accciones.
Las fotos fueron difundidas por Adorni y por el “cineasta de Milei”, Santiago Oría.
Hasta el sábado por la mañana, ni Milei ni la comitiva tuvieron participación alguna en la despedida del “argentino más importante de la historia”, tal como el propio Milei lo calificó.
El revuelo causado por la ausencia de Milei motivó que el viernes por la noche, y desde Roma, él mismo saliese a aclarar que la “invitación oficial” fue para el sábado y que “la misa del velorio” comenzaba a la 10 de la mañana (hora italiana). No dejó pasar la ocasión para despotricar contra periodistas. Lo mismo hizo en redes.
El Presidente también confesó que le pidió perdón al Papa por sus dichos cuando lo visitó en febrero de 2024, y dijo que Francisco le respondíó: “No te calentés, son errores de juventud”. A su vez, dijo que tomó dimensión de la responsabilidad del Sumo Pontífice una vez que llegó a la Casa Rosada: “Tomé conciencia al llegar a ser presidente de la responsabilidad sobre 46 millones de seres humanos. (…) Imagínese la responsabilidad de una persona que sus fieles oscilan los 2 mil millones de seres humanos”.
Pese a que el papa Francisco era crítico de la política social del Gobierno, Milei a su vez contó que la ministra Sandra Pettovello mantenía diálogo una vez por mes con el Sumo Pontífice, pese a que no se filtraba a la prensa.
Hoy llegará al país en horas de la mañana, para luego participar de un nuevo homenaje al teórico liberal Jesús Huerta de Soto.