El presidente Javier Milei decidió enviar un fuerte mensaje político y estampará su firma en el decreto de veto total a la fórmula de actualización jubilatoria impulsada por el kirchnerismo y sectores de la oposición, luego de reunirse con diputados oficialistas y aliados en la Casa Rosada entre los que se encontraban Cristian Ritondo (PRO), Gabriel Bornoroni (LLA), Oscar Zago (MID) y José Luis Espert (LLA), entre otros.
El Presidente utilizó el cónclave para explicarles a los diputados los fundamentos de la decisión, además de avanzar en la agenda legislativa. Legalmente, el Gobierno tiene hasta el martes próximo para que salga su publicación pero el veto total ya se encuentra encaminado.
Ayer en la Casa Rosada y más específicamente en la Secretaría Legal y Técnica a cargo de Javier Herrera Bravo, se trabajó contrarreloj para plasmar la decisión presidencial que tiene un doble objetivo: por un lado cuidar las cuentas fiscales (el ajuste ha caído mayormente sobre el sistema previsional), por otro, dar una clara señal a todo el sistema político.
Esto último era clave, sobre todo ante la posibilidad de que el Congreso insista con los dos tercios, lo que dejaría al Poder Ejecutivo en una situación de extrema debilidad. De esa manera, el Presidente avanzó en la intención de blindar su veto y que la oposición no pueda conformar dos tercios.
Milei ya había decidido en el quincho de Olivos (junto a muchos economistas amigos) que vetaría la ley que obtuvo un triunfo aplastante (61 afirmativos y 8 negativos) atribuyéndole a la oposición la voluntad de “destruir” el programa fiscal del Gobierno. Su posición estaba basada en “4 argumentos”, tal como lo explicó en un boceto a mano alzada que publicó Manuel Adorni.
El área a cargo de Herrera Bravo trabajaba ayer en paralelo en otros proyectos importantes para el oficialismo, por lo que la confección del veto se demoró. Uno de ellos es la reglamentación del capítulo laboral de la Ley Bases, que viene atrasado.
Milei ya había advertido públicamente en más de una ocasión que vetaría la ley si salía y había calificado a quienes la impulsaron de “degenerados fiscales”. Desde la semana pasada se preveía que el veto sería total pese a que habían circulado algunas versiones que indicaban que sería parcial. Con todo, según explican desde el entorno presidencial, el veto total nunca estuvo en duda.
En Casa Rosada advirtieron que haber hecho un veto parcial podría haber sido un signo de debilidad, sobre todo luego de las reiteradas expresiones del Presidente.
Además agregan que la medida no tiene ningún costo político para el Presidente dado que se trata de una agenda de la que el mandatario nunca se movió, que es la de las cuentas fiscales.
Al mismo tiempo destacan que las jubilaciones (las mínimas, que son la mayoría) se vienen recomponiendo contra la inflación y terminarán el año en niveles superiores a los de la gestión anterior.
El veto a la fórmula jubilatoria sancionada por la oposición también les abre la puerta a futuros vetos, sobre todo en leyes que tengan un alto impacto fiscal como el de la actualización del presupuesto universitario, que tiene media sanción.
En la jornada en la que Milei terminó de plasmar el veto mantuvo una jornada cargada de reuniones en la Casa Rosada.
Estuvo con diputados entre los que se encontraban Nadia Márquez, José Peluc, Pablo Ansaloni, Nicolás Mayoraz, Lisandro Almirón, César Treffinger y Alberto Benegas Lynch, además de Bornoroni y Espert.
Por parte del PRO estuvieron María Eugenia Vidal, Luciano Laspina, Silvana Giudici, Diego Santilli y Alejandro Bongiovanni, además de Ritondo.
A la reunión también se sumó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien da señales de volver a inmiscuirse en las discusiones legislativas. También hubo senadores de LLA.
