“Escollo para los argentinos”. De esa manera definió el presidente Javier Milei al bloque regional Mercosur ante sus pares y socios en la cumbre que se desarrolló ayer en Montevideo, en la que además se avanzó en la firma de un acuerdo con la Unión Europea de libre comercio, negociación que se dilata desde hace 25 años.
En efecto, se trató de la 65° cumbre de países del Mercosur, en la que además, Milei y la Argentina asumieron su presidencia protempore en un clima de tensión con el socio regional más grande, Brasil.
Es por ello que el escenario sirvió para que se reediten tensiones justamente con Lula Da Silva, quien se ausentó de la “foto de familia” en la que Milei asumió la presidencia del organismo.
Además, fue todo un gesto luego de que Milei encabezase la CPAC en Buenos Aires con un video de salutación de Jair Bolsonaro, y la presencia de su hijo Eduardo.
Milei llegó al país vecino en donde lo esperaba la comitiva argentina integrada por el canciller, Gerardo Werthein, la secretaria general, Karina Milei (quien viene desplegando cada vez más agenda internacional) y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
En un breve, pero contundente mensaje Milei solicitó liberar “las ataduras” comerciales que pesan sobre el bloque regional y reclamó la flexibilización del acuerdo tal como está para poder avanzar en mayores niveles de integración comercial con otras regiones del mundo.
Esbozó un breve balance: “… quisiera hablar principalmente como economista y aprovechar (el día de la fecha) habiéndose cumplido ya más de 30 años, desde su fundación”, a las “instituciones no hay que evaluarlas por sus intenciones, sino por sus resultados”, dijo.
Con todo, Milei estuvo lejos de dar un portazo, asumió la presidencia protempore del organismo e incluso acompañó la firma del acuerdo de libre comercial del bloque regional con la Unión Europea, que es resistido tanto por Emmanuel Macron como por Giorgia Meloni, dos mandatarios que visitaron recientemente el país y mantuvieron cumbres bilaterales con Milei.
El acuerdo Mercosur-UE deberá ser refrendado por la mayoría de los Parlamentos de los países para ser puesto en marcha, e implica la posible integración de un mercado con 700 millones de consumidores.
“Tanto por la rigidez del arancel externo común, como por las innumerables barreras para-arancelarias, que hemos inventado a lo largo de los años tanto el comercio del Mercosur con el mundo, como el comercio inter-Mercosur se han visto deteriorados”, sostuvo.
En esa línea, agregó que hace 30 años la incidencia comercial del Mercosur representaba el 1,8% del comercio global, mientras que actualmente representa el 1,6%.
Con quien sí mostró buena sintonía el Presidente fue con su par saliente, Luis Lacalle Pou, quien le hizo el traspaso de la presidencia protempore del organismo. El derrotado presidente uruguayo ya había propuesto (sin éxito) la flexibilización del Mercosur años atrás. Milei aprovechó y envió unas felicitaciones a Yamandú Orsi.
Sentados en la cabecera de la mesa, Lacalle Pou le entregó el martillo a Milei, símbolo de la presidencia del organismo. “Todo lo que sea para romper me encanta”, bromeó el argentino, ante la sonrisa cómplice de su par uruguayo. Sin embargo, Milei estuvo lejos de romper y por el contrario, ratificó el rol de la Argentina en el bloque y hasta fijó objetivo para su presidencia al frente del mismo.
“Queremos revisar el arancel externo común, que es excesivamente alto”, sostuvo y agregó: “Nuestra presidencia explorará un régimen de mayor flexibilidad y autonomía comercial para los integrantes del bloque para que cada uno pueda entablar acuerdos comerciales que le resulten convenientes”.
Desde hace días, las usinas comunicacionales de la Casa Rosada habían dejado trascender que el presidente argentino propondría una flexibilización del Mercosur que permita a los países miembros realizar acuerdo de libre comercio con otros países, sin necesidad de tener aprobación del bloque.
“Tenemos dos caminos: o aceptamos que el Mercosur no funciona y lo disolvemos, o los adaptamos”, aseguró el mandatario argentino al tiempo que aclaró que su voluntad no es la de disolver el Mercosur.
Además, el Presidente aprovechó la ocasión para hablar temas de narcocriminalidad. “La Triple frontera se ha convertido en un colador para las bandas narcoterroristas expanden más su mancha de influencia en la región”. La Argentina propondrá la creación de una agencia para la investigación del delito la que aclaró, no será “burocrática”.
A su vez Milei aprovechó la visita a Uruguay para disertar frente a la Asociación de Dirigentes de Marketing, ADM, en donde recibió el “Premio al Liderazgo Regional”.
“Los valores de Occidente son los valores de la libertad y si nosotros abrazamos esos valores, que son los del capitalismo de libre empresa”, sostuvo ante empresarios.
Lula se bajó de la foto
El mandatario brasilero, Lula Da Silva tuvo su venganza. Es que Javier Milei asumió ayer la presidencia protempore del Mercosur tras la cumbre desarrollada en Montevideo. Pero a la “foto de familia” final, el mandatario brasilero se ausentó.
Fue una devolución de gentilezas luego de Milei hubiese hecho lo propios días atrás, en la cumbre del G20 que se desarrolló en Río de Janeiro, en la que Lula Da Silva fue anfitrión.
Las tensiones entre Argentina y Brasil se vienen repitiendo. Es que Milei se expresó en durísimos términos para con Lula durante la campaña, y luego le envió una carta solicitando una audiencia que no se concretó.
Desde entonces, los cruces han sido permanentes. En la Cancillería argentina acusaron al gobierno brasilero de operar en los medios por la firma del documento final del G20. Lula a su vez, lo saludó con frialdad calculada.
Ayer, mientras Milei asumía la presidencia del bloque regional y se dispensaba buenos tratos con Lacalle Pou, Lula aprovechó para retribuir el desplante. Tampoco lo saludó en su discurso como sí hizo con el resto de los mandatarios.
En la foto, también se encontraba el presidente de Panamá, José Raúl Mulino; de Bolivia, Luis Arce; Milei y Lacalle Pou; el ministro de Relaciones Exteriores brasilero, Mauro Vieira, y el presidente de Paraguay, Santiago Peña.