“La extrema derecha encabezada por un ‘nazi sionista’, un ‘sádico social’ llamado Javier Milei, junto al imperio norteamericano, cree que le puede imponer a Venezuela un presidente. A Venezuela no le impone un presidente nadie en este mundo”, afirmó Nicolás Maduro en el discurso que realizó tras asumir su tercera presidencia. Esa frase resultó tan contundente que, desde la oposición, aseguran que ahora hasta ni los ciudadanos de ese país ponen a sus propios presidentes.
El autodenominado presidente Maduro finalmente asumió en medio de una serie de reclamos internacionales para que transparente el resultado electoral, con actas que nunca presentó, y una ofensiva opositora local e internacional liderada por la dirigente María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quien aseguran es el verdadero presidente electo.
El sábado pasado el mismo González Urrutia estuvo en la Casa Rosada junto al presidente Milei, en una abierta demostración de apoyo y solidaridad.
La referencia y calificaciones de Maduro contra Milei reafirmaron que es el presidente latinoamericano elegido para confrontar en Latinoamérica.
Una construcción de la propia polarización ideológica en la región que no consigue con otros líderes.
Además, de sumar la imagen que el argentino quiere demostrar como referencia de la derecha en el mundo. En julio de este año, luego de las elecciones venezolanas, el propio Maduro echó a todo el cuerpo diplomático argentino.
En la embajada se alojaban, y hoy todavía lo hacen, cinco asilados políticos.
Por este motivo, el edificio quedó a cargo de Brasil para su cuidado. Más reciente, un día antes de la asunción el gobierno argentino emitió un comunicado en repudio al intento de secuestro de María Corina Machado por parte de fuerzas partidarias al líder chavista.
Pero sin dudas, el capítulo de mayor tensión entre los dos países comenzó el 8 de diciembre con la detención del gendarme Nahuel Gallo, cuando viajó a ver a su familia, acusado por el régimen de ser un espía primero y después de tener la misión de asesinar a la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez.
Ante las calificaciones de “nazi sionista” y “sádico social”, el presidente argentino optó como es su costumbre por exponer su reacción en su cuenta de X, retuiteando un mensaje que decía: “Dime quién te ataca y quién te defiende, y a quién atacas y a quién defiendes, y te dire quién eres. PD: aplica también para nuestra política local”.
Atento a esta última frase, Milei le respondió un tuit a Ricardo Alfonsín en donde expresaba su preocupación por la democracia en Venezuela. La respuesta del libertario fue: “Zurdo de manual. El ladrón cree a todos de su misma condición. El texto muestra la forma siniestra con la que opera la izquierda. En función de ello, Ricarguito hace una pregunta, la cual nos regala una confesión. Parece que nunca me escuchó cómo defino liberalismo”.
Otros referentes de la Libertad Avanza también reaccionaron en las últimas horas a lo que ocurre en Venezuela: el intelectual libertario Agustín Laje afirmó en un stream que “no son nuestros adversarios, son nuestros enemigos”.
Nicolás Marquez, biógrafo de Milei, subió a sus redes una foto de Maduro junto al papa Francisco con la leyenda “Venezuela: Un país bendecido por el demonio”.
Por su parte, el portavoz Manuel Adorni indicó también en sus redes sociales que “los dictadores además de ser cobardes, son profundamente mentirosos”.
Según Daniel Parisini, más conocido como el Gordo Dan: “Para voltear una dictadura marxista hay que estar dispuesto a dejar la vida, porque ellos están dispuestos a dejar la suya para defenderla”.
