El funeral de Jorge Mario Bergoglio corrió todos los tiempos de la política argentina. El impacto llegó a la Cámara de Diputados, que sesionó para homenajearlo, y también al Senado, donde esta semana estaba previsto el tratamiento de la media sanción de la nueva versión del proyecto de Ficha Limpia. Esta semana, antes de la sesión, en la reunión de labor parlamentaria, el acuerdo apuntó a realizar el homenaje y pasar a un cuarto intermedio hasta el martes 7 de mayo, donde el oficialismo volvería a intentar la aprobación de la iniciativa que podría impedir la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones generales del 26 de octubre.
Sin embargo, en esa reunión de autoridades parlamentarias, distintas fuentes confiaron que el jefe de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche, dijo que no querían avanzar con Ficha Limpia porque significaba beneficiar a la diputada nacional del PRO, Silvia Lospennato, que encabeza la lista de candidatos a legisladores porteños por el macrismo. El sincericidio del legislador jujeño disparó las sospechas que ya se vienen respirando en la Cámara Alta sobre el poco interés del oficialismo para conseguir la sanción de esta iniciativa. En la Casa Rosada insisten en que no tienen los votos y que el PRO está exigiendo llevar el tema al recinto como parte de la estrategia electoral que está enfocada en las elecciones capitalinas del 18 de mayo.
Las señales del oficialismo en el Senado confirman que sus escuderos están buscando ganar tiempo, con muy poco interés en conseguir los respaldos necesarios. La otra pieza está en manos de la UCR, cuyo bloque también está dividido al respecto, aunque sus integrantes aseguran que llevarán los votos necesarios. Cerca de la vicepresidenta Victoria Villarruel sostienen que harán todo lo posible para lograr la sanción, pero los movimientos del resto del oficialismo sugieren que el presunto empeño podría quedar entrampado por la guerra abierta entre el PRO y La Libertad Avanza, en la previa de las elecciones donde los hermanos Milei juegan abiertamente en contra de los primos Macri.
Con este escenario, los escuderos de LLA reconocen que no hay una línea clara del Gobierno y algunos deslizan que prefieren mantener la indefinición que ofrecerle una victoria simbólica al partido que conduce Mauricio Macri en vísperas de una batalla crucial, donde la Rosada está mas empeñada en evitar la victoria del macrismo que en lograr la derrota del panperonismo.
