“Pedimos que se incluya en el Presupuesto; ahora depende de ellos”, dijo Jorge Macri al terminar la reunión. Una frase que resume el espíritu del encuentro y reordena la ecuación política: el apoyo de los diputados porteños al Presupuesto ya no llega gratis. Llega condicionado. Llega con factura.
La reunión entre el Jefe Jorge Macri, Manuel Adorni y Diego Santilli en la Casa Rosada no fue una cita más del almanaque político: fue, en los hechos, la formalización de una presión que el jefe de Gobierno porteño venía deslizando en voz baja y que ahora decidió explicitar sin rodeos. La Ciudad quiere que la deuda por coparticipación figure, con nombre y apellido, dentro del Presupuesto nacional 2026. Y el mensaje, esta vez, llegó sin matices.
De la reunión participaron, por parte de la Ciudad, Jorge Macri, Gabriel Sánchez Zinny y Gustavo Arengo; y por parte del Gobierno nacional, Diego Santilli, el jefe de Gabinete-vocero Manuel Adorni y Pilar Ramírez, figura en ascenso dentro del esquema político.
Día 724: Del bipartidismo al rejunte
La composición no fue casual: Adorni garantiza que lo conversado se alinee con la narrativa presidencial, mientras que Sánchez Zinny y Arengo representan la insistencia técnica de la Ciudad en exigir certezas. Santilli hace de puente, pero no tiene el poder absoluto para cerrar la negociación.
La llave del Presupuesto: apoyo sí, pero con cláusula
La Ciudad no oculta ya su estrategia: si el Gobierno quiere garantizarse los votos porteños para aprobar el Presupuesto 2026, deberá mostrar voluntad real de saldar la deuda. No alcanza con promesas, ni con mesas técnicas eternas que no resuelven lo urgente.
Jorge Macri lo dijo con claridad inusual para un funcionario que suele preferir el tono moderado: “Pedimos que se incluya en el Presupuesto. Ahora depende de ellos.”
La frase, repetida por su entorno, marca un punto de quiebre. La Ciudad deja de esperar y empieza a exigir. Y esa exigencia viene acompañada de números: sin deuda reconocida, no habrá apoyo legislativo.
El encuentro fue apenas la escenografía. El contenido verdadero —la inclusión de la deuda en el Presupuesto— sigue en disputa. Lo que hizo Jorge Macri fue correr el eje y dejar expuesto lo que muchos en la Casa Rosada preferían evitar: que el conflicto ya no es técnico, sino político, y que el costo de no resolverlo será visible y directo.
El Gobierno nacional necesita votos; la Ciudad necesita cobrar. Ambos lo saben.