El enfrentamiento entre la educación y el turismo abrió un nuevo capítulo en la política de gestión entre la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno nacional. La propuesta de Daniel Scioli, secretario de Turismo de la Nación, de retrasar el inicio de clases para fomentar el turismo nacional, fue categóricamente rechazada por la administración de Jorge Macri. La respuesta, cargada de firmeza y datos concretos, buscó subrayar el valor que la educación tiene para la gestión porteña.
La vocera del gobierno de la Ciudad, Laura Alonso, fue clara: “La educación es prioridad indiscutida” y el inicio del ciclo lectivo, previsto para el 24 de febrero para inicial y primaria, “no es negociable”. Alonso también destacó en su cuenta de X que “la inversión educativa prevista en la ley de presupuesto 2025 es el área de mayor participación, con el 20,1%”. Además, confirmó que “las clases comenzarán el 24 de febrero en inicial y primaria, mientras que el nivel secundario lo hará el 5 de marzo”.
En una conferencia de prensa celebrada este martes, Alonso reforzó la postura del Ejecutivo porteño, insistiendo en que “en la Ciudad, la educación y cumplir con el calendario escolar son una prioridad. Fundamentalmente, no negociamos fechas de clases por algún beneficio. Hay muchísimos chicos que tienen derecho a acceder a la educación y estar en la escuela. Y vamos a cumplir, como siempre, nuestro calendario oficial”.
El argumento de Scioli y el cruce con la gestión porteña
La solicitud de Daniel Scioli fue directa: retrasar el inicio de las clases para después de los feriados de Carnaval (lunes 3 y martes 4 de marzo) con el fin de potenciar el turismo. “Hablé con el secretario de Turismo de la Ciudad, Valentín Díaz Gilligan, le transmití la preocupación y se iba a ocupar, iba a hablar con el Jefe de Gobierno”, aseguró Scioli en declaraciones radiales. El funcionario nacional sostuvo que no se trata de una contradicción entre “educación o turismo”, sino de “integrar” y “aplicar sentido común”. En ese sentido, afirmó que postergar el inicio de clases “merece el esfuerzo” y que “armonicemos en todo el país el comienzo de las clases apenas termine el Carnaval”.
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Sin embargo, la respuesta de la Ciudad no dejó espacio para el consenso. El eje central del rechazo reside en una posición institucional: el calendario escolar como política de Estado y como elemento no negociable. Desde la gestión porteña se subraya, además, que los padres y alumnos ya organizaron sus actividades en base a las fechas previstas.
Revisión de la Educación Sexual Integral en las escuelas porteñas
En paralelo a la discusión sobre el calendario escolar, el gobierno de la Ciudad anunció este lunes una “revisión exhaustiva” de los contenidos utilizados para la enseñanza de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas porteñas. Este análisis tendrá lugar durante el receso de verano y bloqueará temporalmente el acceso a la web donde se encontraban alojados dichos materiales.
“Las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires han decidido comenzar una revisión exhaustiva de los contenidos involucrados en la ESI. Todos los documentos, imágenes, videos, cursos, actividades y bibliografía de esta materia serán objeto de un estudio neutral”, explicó la administración porteña mediante un comunicado en la web.
Esta decisión, aunque presentada como una medida técnica, también adquiere una carga política en el marco de la gestión de Jorge Macri, que parece buscar un mayor control sobre los contenidos educativos en la Ciudad.
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