Quedarse quieto en el pago chico. La política argentina se mueve al ritmo de los deseos de Javier Milei, y los gobernadores entienden que no es momento de pegar un grito en el cielo. "Aunque vengan degollando", se ríe uno de ellos que gestiona en el litoral argentino. El ajuste para lograr un superávit fiscal lo aportaron, sobre todo, jubilados, transferencias a provincias y obra pública. Y esa motosierra no parece frenar. Tiene nafta de sobra.
Por eso ahora también se ajusta el PAMI al recortar la entrega de medicamentos gratuitos a jubilados. ¿De cuánto hablamos? 250 mil millones de pesos por mes, sobre un total de 1 billón. Es decir que se recortó un cuarto del presupuesto total. Lo confirmó el titular del organismo Esteban Leguizamo. Y nadie parece reaccionar. Los mandatarios se quejan por lo bajo. Un peronista aliado de Milei hasta llamó al entorno de Cristina Fernández de Kirchner para contar la sangría constante que tiene su provincia del norte. Le ofrecieron una reunión. Se negó.
Qué dicen las encuestas a un año de gobierno de Javier Milei
Mientras tanto, el Presidente sale a romper el Mercosur para avanzar con su agenda bilateral con Estados Unidos. Si bien el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, intentó bajarle el precio a la versión, en Montevideo los diplomáticos argentinos saben que Milei llegará a Uruguay el viernes con ánimos combativos. Y con la venia de Donald Trump detrás.
Más tensión entre Milei y Macri
Milei también está detrás de lo que pase con la Hidrovía. "Ya te lo dijimos Mauricio, no te la vamos a dar", dispararon Las Fuerzas del Cielo (desde Twitter). Por eso Macri está enojado con Milei. Es la teoría de Santiago Caputo. El asesor estrella del Presidente sigue sumando enemigos, al punto que muchos esperan algún paso en falso para ir a Comodoro Py.
Pasaporte en mano, Macri está más afuera que en Argentina. Entre viaje y viaje, pisa el país para bajar una orden. O intentarlo. El problema es que llega cada vez con menos fuerza. Días atrás cuando recibió a dirigentes del PRO de Santa Fe uno de ellos lo notó "sin entender la velocidad de los acontecimientos".
Son muchos los que le responden al expresidente, pero que cada vez más critican su lejanía y falta de fuerza para torcer el rumbo de alguna negociación. A tal punto hay mareos que un senador que le responde casi de manera ciega no podía creer cuando vio el recorte de Marcos Peña hablando de la "honestidad intelectual" del kirchnerismo. "Nos convertimos en los tibios que siempre denostamos, es insoportable".
El ruido de la interna peronista
En el peronismo también agota el ruido. Sergio Massa leyó el fin de semana que lo querían instalar como "interlocutor" entre Cristina y Axel Kicillof. Más allá de los gestos que tuvo o de cierta negociación entre las partes, mandó a los suyos a dejar un mensaje para que llegue a los dos lados: "Ya lo fue con Alberto y ella. Que se dejen de romper las pelotas", fue el mensaje que recibió un ministro de Kicillof.
Eso, aclaran en las oficinas del Frente Renovador, no significa que el tigrense se preste a la conversación. "Ahora no tiene que aparecer. Lo van a usar para la campaña del Gobierno". También avisó que no iba a votar para que vuelvan las reelecciones indefinidas de los intendentes. El tema es transversal a todos los partidos. Y como los espacios están con internas, cada legislador atiende su juego.
Quién es quién en el clan Caputo, una familia siempre vinculada a la política y el poder
Kicillof ya avisó que no tomaría el tema de las reelecciones municipales como propio (no tiene intendentes propios 100%) y le avisó a los jefes comunales que se hicieran cargo. Lo avalaría a cambio de reformas que tiene pensado más cuestiones de nombramientos de jueces.
Mientras tanto, abajo suyo la interna no descansa y los camporistas acusan a los laderos del gobernador de seguir rompiendo consejos deliberantes con el objetivo de abrir crisis en pagos de dirigentes de Máximo Kirchner. El 9 de diciembre, para mostrarse como el gran opositor a Milei, Kicillof hará un acto en San Martín. El anfitrión será Gabriel Katopodis.
Bromas e insultos hacia la UIA
Por último, el Gobierno de Milei hizo con la UIA lo que suele hacer con sectores de poder que busca controlar. Para calmar los ánimos de los industriales los invitó a una reunión para escuchar propuestas. Así, ganó tiempo tras el "vayanse a cagar" de José Luis Espert.
Un empresario de medios lo definió así ante PERFIL: "Le tienen terror. Es como Kirchner en 2004". Más allá de la anécdota, entre risas, un funcionario de Casa Rosada mandó a un ministro un sticker con un libro en blanco. Abajo escribió "el libro Blanco de la UIA sigue igual". No se los toman en serio.
RI/ff