POLITICA
Entrevista exclusiva

Jaime Duran Barba: "El gobierno genera escándalos para debatir cosas que a la gran mayoría no le importa"

El histórico consultor político de Cambiemos opinó sobre la gestión de Santiago Caputo y Manuel Adorni, y definió el "nuevo idioma político" que hablan Trump y Milei. "Es Macri 2.0".

Jaime Duran Barba
Jaime Duran Barba | CEDOC

El histórico asesor de Mauricio Macri y todo el armado político dentro del PRO y la coalición de Cambiemos, Jaime Duran Barba, dialogó en exclusiva con PERFIL para analizar la comunicación del gobierno de Javier Milei, plagada de frases vulgares que llaman la atención. Asimismo, analizó la gestión del asesor Santiago Caputo y elogió desde el punto de vista técnico la estrategia comunicacional del gobierno. "Es un Macri 2.0", agregó. 

—¿Usted nota las particularidades del nuevo idioma en el que habla Milei, donde enfatiza con algunos términos vulgares, donde usa malas palabras? Es algo que en el mundo de la política no estamos tan acostumbrados a escuchar.

—El lenguaje de Milei es un nuevo idioma que está más allá de las palabras, que tiene que ver con las imágenes. Un idioma que también practica Trump en Estados Unidos. 

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Milei usa también el lenguaje con el que Boric ganó las elecciones en Chile, con el que Daniel Noboa ganó las elecciones en Ecuador, con el que Guillermo Lasso también había ganado las elecciones en Ecuador y con el que Trump llega al poder nuevamente. Son varios personajes que, indiferentemente de la ideología, tienen en común una nueva forma de comunicar. 

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—Entonces usted considera que Milei no es exactamente un precursor de este idioma…

—No. Viene desarrollándose desde hace rato. En Argentina ya hubo una cosa semejante con Macri desde 2005, pasando por sus elecciones en la Ciudad hasta el fin de su presidencia que fue la primera vez que perdió. Lo que buscaba ese lenguaje es comunicarse con la gente. Y cuando Macri dejó de hablar ese idioma le ha ido como le ha ido. 

—Así como trabajó en ese aspecto con Macri, hoy es Santiago Caputo a quien entendemos lidera la estrategia de comunicación, alguien con quien entiendo que usted trabajó y conoce bien. ¿Cómo lo ve en esa gestión?

—Conozco a Santiago desde 2007, que era jovencito. Siempre fue muy inteligente, y muy preocupado por estudiar. Trabajamos bastantes años cerca. Y bueno, tiene sus puntos de vista. Desde el punto de vista técnico, es un gran consultor. 

—Pero es particular el caso de Caputo porque no da entrevistas, se lo conoce muy poco públicamente, sólo tiene un cargo como asesor, pero sin embargo todos sabemos el peso y el rol que tiene en este gobierno. Muchos incluso le endilgan el manejo de un aparato paraestatal de trolls, la SIDE, etc. 

—Cada uno estructura un espacio en el poder y el suyo no es el de ser un personaje público. Pero ha generado una imagen de personaje detrás de las bambalinas que ha sido útil. Estoy seguro que él está detrás de muchas de estas cuestiones y con gente muy competente. 

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—¿Y en ese trabajo sobre la oratoria del Presidente también se piensan los detalles como cuando Milei enfatiza la flatulencia subacuática para graficar el estado de la economía o directamente cuando le preguntan por su ministro Luis Caputo dice que ‘nadie le va a tocar el culo’, sin ningún tipo de filtro?

—Hay una línea que es llamar la atención. Algo de esto cuento en “El arte de ganar”, uno de mis libros. Si no llamamos la atención de la gente, perdemos todo el espacio. Nadie lee programas de gobierno ni páginas enteras de periódicos. La masa de lectores se comunica con mensajes cortos, usa más TikTok, Instagram. Con imágenes, con música, con chistes. Los memes hoy son más importantes que un manifiesto político. No digo que es el mundo que me gusta a mí, pero es el mundo en el que estamos. 

La comunicación es fugaz, rápida y masiva. Hoy recibimos cientos de mensajes todos los días. El mundo se hizo horizontal, mandan las relaciones entre personas comunes. Por ejemplo, un estudiante me consulta para que lo ayude con una biografía, algo que en mi época era imposible: se rompieron las barreras. Ahora es posible, a mí me hace gracia y por supuesto que lo ayudé. 

—Entiendo completamente esos cambios y los siento de la manera que los describe pero sin embargo hay un sector importante que en las redes sociales no deja de mostrar su sorpresa con los insultos, con los términos vulgares, algo que va más allá…

—Es que la comunicación tiene que ser divertida, pero luego sí hay distintos estilos. Boric por ejemplo no dice malas palabras. El ex candidato Ojeda en Uruguay tampoco. Es algo más propio de Milei, pero son modalidades de un tipo de comunicación que busca llegar a la gente. 

Hay que tener en cuenta que Argentina tiene más malas palabras que el resto de los países de la región. Los mexicanos no toleran el lenguaje argentino porque son muy educados. Pero en las elecciones se matan. Literalmente murieron 53 personas en las últimas elecciones. La cultura ‘tana’ en Argentina trae más gritos, pero nunca se matan. Es una cultura bulliciosa.

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Sobre esto se ha estudiado muchísimo. Hemos practicado esto. La comunicación de Milei es un Macri 2.0. Y hay que entender que la pandemia agudizó la hiperconectividad, y Milei sabe expresarse en eso. Es el jefe, con la ayuda de Caputo, seguramente también de Karina, tiene gente muy brillante como Sturzenegger, una persona muy preparada. Milei ha demostrado que sabe dirigir. 

—¿Entran en esta misma lógica de ‘llamar la atención’ las últimas posturas del gobierno en las votaciones de la ONU, votando contra derechos de indígenas, contra derechos de las mujeres o contra el bloqueo a Cuba, siendo la Argentina el único país entre los más de 170 que votan con esa posición?

—Eso ya tiene que ver con ideología. Milei tiene una ideología muy de derecha y muy propia del siglo pasado. Lo de la última votación de Mondino es discutible, por razones estratégicas, que se diga que en Cuba no respetan los DDHH me parece más razonable. Pero votar en contra de indígenas y mujeres… que haya una diputada terraplanista en el gobierno justo cuando se siguen descubriendo cosas asombrosas del universo. Trump también tiene algunas cosas del siglo pasado que sorprenden. Es una Ideología troglodita. 

Los seres humanos están evolucionando de una manera fenomenal. Ha cambiado lo que se pensaba sobre el ser humano. Los animales también, ya no son lo que parecía hace 20 años. Ahora hay una visión más budista de que son como nosotros los animales, menos leídos, pero a la par. 

—Hay una dinámica bastante propia de esta gestión que es que todos los días se instala un tema en agenda, que los medios tocan casi siempre los temas que el gobierno busca que se toquen, que hay conferencias de prensa casi todos los días. ¿Esto afecta que se hable de otros temas que importan a la sociedad?

—¿Cómo sin problemas económicos un gobierno eficiente debe controlar la agenda mediática? Provocar escándalos, noticias, es algo que técnicamente se ha estudiado siempre. La ministra de Comunicación de Clinton estudió eso, y explica cómo hacían ellos para bajarle el escándalo de Lewinsky: bombardearon una aldea en Irak. Así manejaban los medios. Dedicarse a discutir algo que a la gran masa no le importa.

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Es propio de la sociedad efímera del internet. Un presidente que tiene popularidad excelente es AMLO (Andrés Manuel López Obrador, de México) que todos los días daba una conferencia de prensa durante 6 años. ¿Que hacía con eso? ponía el debate donde él quería. Adorni lo hace bien, no significa que esté de acuerdo con lo que dice.

—¿Y eso es lo que hace este gobierno para que no se hable de otros problemas más graves?

—Una de las cosas que hizo técnicamente muy bien este gobierno es el tema de Alfonsín. Yo viví la década del 80', y la actitud de Alfonsín fue excelente, yo lo admiro. Me fastidia mucho que hayan dicho lo que dijeron de Alfonsín. Pero reconozco que fue hace 50 años y que sobrevivimos pocos de los que vivimos eso. No es un tema que mueve el amperímetro, pero cuando atacan a Alfonsín distraen con un tema que no tiene importancia. Es una técnica de manejo. 

Una vez le dije a Andrés Manuel López Obrador que mientras tengas buena cara, no importa que digas algo genial, los debates no se leen, se ven. Andrés se sabía todos los datos, estudió mucho para ese debate. El día del debate había una chica con un cuerpo espectacular que cada vez que entraba la miraban todos. El debate se concretó en que todos la miraban a ella. Y terminaron discutiendo si había que reglamentar las faldas de las edecanes. Era una modelo argentina. Los temas son superficiales pero aplastan a los temas de fondo. 

 

 

Gi