Tal como anunció este diario el último fin de semana, las provincias de Buenos Aires y Río Negro se disputaban palmo a palmo una inversión millonaria para poner en marcha en su territorio la instalación de una planta de gas natural licuado (GNL) para exportar: esta "pelea" se resolvió finalmente a favor de la localidad gobernada por Alberto Weretilneck, lo que significó un duro revés para Axel Kicillof por no haber adherido al régimen de inversiones (RIGI) impulsado por el Gobierno. El proyecto, anunciado como la “inversión más grande en la historia” del país, involucra entre 30.000 y 50.000 millones de dólares.
La planta conjunta de GNL entre YPF y la estatal malaya Petronas se construirá en Río Negro y no en la provincia de Buenos Aires, la otra localidad que disputaba la llegada de la megainversión. De este modo, se desvaneció la chance de que la ambiciosa obra de infraestructura se instale en Bahía Blanca, uno de los escenarios que se barajaban hasta entonces.
Por la envergadura del proyecto y el potencial económico para la región, esta definición implica un golpe de magnitud para el gobernador Kicillof.
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De hecho, el propio presidente Javier Milei había insinuado en una entrevista que la provincia de Buenos Aires podía sufrir este revés, con fuertes críticas al gobernador, a quien rotuló con el epíteto de "expropiador serial".
Cuando todavía Bahía Blanca era uno de los posibles escenarios para el ambicioso proyecto, Milei remarcó que la provincia “tiene el lastre de tener a Kicillof" y luego reflotó las tensiones con el mandatario provincial por su rechazo al régimen de inversiones previsto en la Ley Bases. “Si hubiese querido hacer las cosas bien, se hubiera adherido al RIGI nacional”, subrayó el jefe de Estado.
En el marco de las negociaciones, Kicillof lamentó dichas declaraciones y apeló a que este trasfondo de tensiones políticas con el Gobierno nacional no tuviera un impacto negativo en la localidad que propuso su provincia para recibir esta inversión millonaria.
“Espero que YPF y Petronas manejen el tema con seriedad y profesionalismo, sin dejarse influenciar por los comentarios trasnochados que escupe a diario el Presidente y que ya nos hicieron entrar en conflicto con nuestros socios comerciales más estratégicos como China, Brasil, España, Colombia y Francia”, manifestaba en aquel entonces el gobernador bonaerense.
La decisión fue tomada por las empresas teniendo en cuenta que mientras Río Negro ya adhirió al régimen de grandes inversiones RIGI, la provincia de Buenos Aires aún está definiendo qué camino tomar, trascendió de fuentes interiorizadas en la reciente medida.
La planta estará ubicada en la zona de Punta Colorada, en la localidad rionegrina de Sierra Grande, donde también se llevará a cabo la puesta en valor y modernización de un viejo puerto en desuso con salida al océano Atlántico.
Tras un estudio encargado a una consultora internacional para garantizar la transparencia de la operación, la elección que primó fue instalar la planta en Río Negro, por sobre la propuesta inicial de construirla en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires.
El gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, ya había adelantado más temprano que hoy podía ser "un gran día para los patagónicos. El puerto en Río Negro será una gran oportunidad para la región".
Si bien el RIGI es nacional y constitucionalmente no necesita de la adhesión de las provincias, el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, exigían un gesto de buena voluntad a ambas provincias en disputa.
Mientras Alberto Weretilneck, de Río Negro, manifestó su adhesión sin condicionamientos al RIGI y movió sus influencias para que la Legislatura provincial y distintos municipios también lo aceptaran y prometieran amplias exenciones de impuestos -Ingresos Brutos, Sellos, tasas y demás-, Kicillof solo atinó a poner las fichas en la Ley de GNL, con media sanción de Diputados en 2023 y bastante menos generosa que el RIGI, según fuentes del sector petrolero.
En el proceso de evaluación intervino la consultora estadounidense Arthur D. Little, que evaluó las condiciones técnicas y económicas de ambas locaciones.
Horacio Marín, presidente de YPF, ya había advertido que "sin RIGI, no hay GNL", en lo que se interpretó como un pedido al gobierno bonaerense de que se plegara a dicho régimen en la Legislatura provincial.
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Analistas explicaron que el RIGI fue el factor definitivo que inclinó la balanza para Río Negro.
Es que las empresas prestan especial atención a la prórroga de jurisdicción, para que cualquier diferendo legal se resuelva en la justicia de Nueva York, Estados Unidos, o en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, en reemplazo de la Argentina.
Río Negro, por su lado, obtuvo el apoyo político de los gobernadores de la Patagonia y de los sindicatos que representan a los trabajadores petroleros.
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La planta de GNL se instalará en la localidad de Punta Colorada, frente al Golfo San Matías, a partir de 2031.
Antes, se colocarán dos barcazas que funcionarán como unidades flotantes de licuefacción.
En total, el proyecto abarca exportaciones de 460 barcos anuales por unos 120 millones de m3 diarios (MMm3/d) de gas natural y un volumen de US$ 15.000 millones en ventas al exterior.
Para eso, YPF y Petronas tienen que conseguir un comprador (off taker) y financiamiento a gran escala.
La actual producción de la Argentina alcanza los 135 a 140 MMm3/d de gas natural, por lo que se deberá casi duplicar en 7 años.
Además, a principios de julio, Pan American Energy (PAE) anunció un acuerdo con la noruega Golar LNG para empezar a desarrollar el GNL por unos 11 MMm3/d, y también podría definir su ubicación en Río Negro, para eventualmente escalarlo a futuro después de 2027 a unos 27 MMm3/d.
CA / ds
