Mientras el gobernador José Luis Gioja sigue internado tras el grave accidente que sufrió al desplomarse a tierra el helicóptero que lo transportaba, la interna por la sucesión del poder se adelantó en San Juan. Nadie imaginaba este escenario; por el contrario, los justicialistas esperaban que, luego de terminado su tercer gobierno, el gobernador señalaría con su dedo al heredero. Gioja pasó una semana de leve mejoría, abrió dos veces los ojos y reconocía a un familiar, aunque ayer el parte médico señaló que presentaba fiebre tras nueve días en terapia intensiva y su pronóstico seguía siendo reservado.
La interna justicialista provincial tiene dos nombres clave. Walter Lima, hoy secretario general de la Gobernación, y Sergio Uñac, vicegobernador de la provincia.
El primero quiere que su hermano, Marcelo Lima, hoy intendente de la capital de San Juan, sea el próximo gobernador. El otro, Sergio, era –se dice– el preferido de Gioja para sucederlo en el sillón que alguna vez ocupó Sarmiento.
“No hay que almorzarse la cena”, solía decir el gobernador. Pero la cena se anticipó, está servida y en la cabecera de la mesa hay una silla aún vacía.
Walter Lima ocupó ese cargo clave en los 90, durante el gobierno del menemista Jorge Escobar, y luego fue convocado por Gioja desde su asunción. Maneja una cifra cercana a los 11 millones de pesos mensuales en concepto de pauta oficial a los medios locales. Es criador de caballos peruanos de paso, y los medios locales le rinden pleitesía obligada. Lima ha puesto sobre la mesa del justicialismo la intención de que sea Marcelo Lima, su hermano, el sucesor natural. El intendente es el vicepresidente del partido y un hombre respetado por los compañeros, pero, se dice, no era el elegido por la mano absoluta de Gioja.
El otro hombre en cuestión es el actual vicegobernador, Sergio Uñac, un muchacho de familia política, dócil y fiel con el gobernador. Esa cualidad es la que pesó para que Gioja lo eligiera como compañero de fórmula. Es más: en el anterior período, el vice fue su hermano, Rubén Uñac, hoy diputado nacional. La historia de Gioja con los Uñac viene de lejos. El gobernador fue amigo de Joaquín Uñac, el padre de ellos, y hasta militaron juntos: Joaquín fue intendente del distrito Pocito, hasta que falleció hace años y lo sucedieron sus hijos.
Dicen en el peronismo local que en 2015 no quedará otra que ir a una interna abierta, algo que en San Juan, como en todo el país, no ocurre desde hace más de una década. La única a quien Gioja alguna vez le consultó decisiones cruciales es Flavia, su hija monja. A Sergio Uñac lo apoyan unos 11 intendentes justicialistas de la provincia.
Por su parte, Marcelo Lima, el intendente, cuenta con algún apoyo dentro del Partido Justicialista y la ayuda de su hermano, Walter. Todos juegan ya sus cartas, y por ello la interna se ha vuelto cruda, alocada y voraz. Los días pasan, y la política no entiende de posoperatorios.