El periodista de política, Claudio Mardones, contó en Longobardi, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) los pormenores de la sesión de Diputados que aprobó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las consecuencias nueva fractura dentro del bloque de Unión por la Patria.
Bueno, Claudio, ayer vimos un espectáculo bastante degradante sobre todo con el caso de la diputada Pagano y su megáfono. Este es el tema número uno que te planteo. Y segundo, el 3 de abril, la sesión en el Senado convocada por la vicepresidenta Villarruel para discutir los pliegos de los jueces de la Corte, Lijo y García Mansilla.
Empecemos por el final. La decisión de la vicepresidenta Victoria Villarruel le puso fecha a un momento clave para definir el futuro de Ariel Lijo, que no ha renunciado al frente del Juzgado Federal n°4, y de Manuel García Mansilla, que ya está estrenando el gancho como cortesano, cortesano frágil, que juró todavía sin contar ni con el acuerdo del Senado ni con un dictamen de mayoría de la comisión de acuerdos.
Lo cierto es que ahora sí tiene el dictamen. Ariel Lijo también lo tiene desde diciembre y todo parece encaminado para que el 3 de abril se concrete un rechazo que viene preparando el peronismo. Pero acá hay un dato muy importante: Villarruel convocó a la sesión que le había pedido el panperonismo, el bloque Unión por la Patria, pero luego de que ayer se oficializara el nacimiento de una nueva fractura dentro del bloque.
Porque el bloque Unión por la Patria arrancó el año con 34 bancas, es decir, a tres del quórum. Eso fue posible después de la expulsión de Edgardo Kueider y su reemplazo por Estefanía Cora. Y ahora se cristalizó el nacimiento de un nuevo bloque de cuatro bancas. El kirchnerismo pierde cuatro bancas. Este bloque se llama ahora "Convicción Federal" y tiene cuatro figuras claves, entre ellas a la jujeña Carolina Moisés.
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Entonces, ahora el bloque de Unión por la Patria tiene 30 bancas, cuatro que pueden jugar como punto de fuga para los votos peronistas a favor de Ariel Lijo. Así es que estemos atentos a ver qué es lo que pasa de acá al 3 de abril, porque este dato de la fractura del bloque de Unión por la Patria en el Senado tiene que ver con el peso de distintos gobernadores, que hicieron valer su peso ayer también en Diputados.
Ahora sí, vamos rápidamente al recinto de la Cámara de Diputados, escenario ya de momentos degradantes desde la semana pasada. Y en ese contexto, veamos el poroteo: 129 votos afirmativos, se aprobó casi con lo justo. Con un voto menos no habrían logrado que una de las dos cámaras del Congreso convalidara este Decreto de Necesidad y Urgencia que ahora le permite al gobierno explorar qué va a pasar en el board del FMI.
No es un hemiciclo, es una mesa larga en Washington en la que el gobierno espera contar con esta victoria, que ha sido realmente muy finita, muy sobre lo justo. Y como dice la periodista Laura Serra del Diario de la Nación en la edición de hoy, dice: "El oficialismo logró una victoria, pero a pesar de sí mismo. Y a pesar de los propios errores cometidos”.
Así que repaso: 129 votos afirmativos, 108 negativos, 6 abstenciones, y 13 ausentes, especialmente de Catamarca, del peronismo catamarqueño, que responde al gobernador Raúl Jalil, uno de los interlocutores del gobierno nacional, entre otros, y también diputados riojanos.
Y además, seis abstenciones, entre las de Martín Tetaz, del radicalismo, y de Emilio Monzó. Hubo, votos divididos: el bloque Democracia para Siempre, que le decimos de radicales libres, porque es el sector que se separó del bloque que conduce Rodrigo de Loredo, bueno, también tuvo votaciones divididas.
Encuentro Federal de Miguel Pichetto, que criticó muy duramente a Martín Menem. Le dijo: "Esto no va más". Tampoco va más que Luis "Toto" Caputo no venga al Congreso a dar explicaciones, sin embargo aportó su uno de los votos de Encuentro Federal a favor del DNU. En la misma línea, por orden de Elisa Carrió, la Coalición Cívica ya el viernes había anticipado su voto favorable.
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Al comienzo de la sesión, Germán Martínez le empieza a repasar al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, cómo había arrancado la sesión y cuáles eran las esquirlas de la anterior. En ese momento, se estaban definiendo cuáles iban a ser los mecanismos para llevar adelante el debate. El acuerdo fue reducir todo a 6 horas, rápidamente tratar de votar lo más pronto posible.
Lo que dijo Germán Martínez, jefe de la bancada Unión por la Patria, no solamente fue recriminarle a Martín Menem lo que había pasado en la sesión anterior, sino que, aparte, ese fue el punto de fuga para lo que vino después. Le mencionó dos temas calientes que estallaron después en el recinto y fueron los ejes del escándalo: Marcela Pagano, que había reclamado la presidencia de la comisión de juicio político, y que después, cuando Martín Menem le corta el uso de la palabra, usa el megáfono.
Y el otro punto, Lisandro Almirón, protagonista de la escena de pugilato con Oscar Zago, que desde esta semana preside la comisión bicameral de trámite legislativo, una de las más importantes del Congreso de la Nación, que funciona todo el año y puede guardar silencio todo el año.
Lo cierto es que, en el caso específico de Lisandro Almirón, otra vez los gritos en el recinto de la Cámara de Diputados, con un Martín Menem casi sacado que lo llama al orden y se origina este otro momento inolvidable, pero amargamente inolvidable.
Esta es la foto, pero también es el preludio de lo que vino después: un Lisandro Almirón que fue ordenado por Martín Menem, muy incómodo, y en otra situación, una interna más a cielo abierto del oficialismo, en un momento en donde la Casa Rosada celebró, pero a pesar de su propio bloque en Diputados.
MC
