POLITICA
mesa de negociación

El Gobierno intercambia reproches con la CGT, que espera un gesto para destrabar

La central obrera decidió abandonar la instancia de diálogo con los empresarios, que se sorprendieron por la determinación. Reclama actualización del salario mínimo más acorde con la inflación acumulada, que acelere el envío de fondos para las obras sociales y la rediscusión de las escalas de Ganancias. Desde el oficialismo creen que ya dieron varias medidas a favor, como la eliminación de parte de los artículos de la reforma laboral. La amenaza de un paro.

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Plan de lucha. Daer, Moyano y Acuña refrescan los pedidos en una conferencia el jueves pasado. | CGT

La relación entre el Gobierno y la CGT ingresó en un punto muerto, con pedidos que no tienen ejes de contacto y con reproches mutuos en superficie. Un vínculo que puede seguir resquebrajándose, con otro paro nacional de por medio, si no hay acuerdos en las próximas semanas.

En la Casa Rosada, el día posterior a la determinación de la central de abandonar el diálogo social que propuso el oficialismo con los empresarios, se mostraron sorprendidos por la determinación. “Deciden salir a criticar y no participar de una mesa justo cuando el salario le está ganando a la inflación, es increíble”, se quejó una fuente del oficialismo.  

La misma fuente precisó ante PERFIL que el Gobierno “fue más que generoso” al ofrecer una versión “light” de la reforma laboral que terminó plasmada en la ley Bases. Bajo esa dirección, remarcaron que “de 78 artículos del proyecto original, quedaron 14, no se pueden quejar”. E insistieron en que los caciques deben participar de la discusión sobre las modificaciones laborales que aspiran a poner en práctica.

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Pero las distintas tribus que forman parte del ecosistema sindical creen que hasta el momento lo que ofreció la administración Milei para apaciguar el conflicto no fue suficiente. Es más, señalan que presentaron una serie de cinco pedidos, que existieron charlas extraoficiales con Santiago Caputo, el asesor todoterreno del Presidente, y que no fueron correspondidos.

Las solicitudes de la calle Azopardo, que como recalca un integrante del consejo directivo está “totalmente unida” y no tiene divisiones entre “dialoguistas” y “duros”, son cinco específicamente. El primero, que el oficialismo no apele el fallo de la Cámara Nacional del Trabajo que declara inconstitucional la reforma laboral del DNU 70/2023. Después, que se acelere el envío de fondos para las obras sociales gremiales, una promesa libertaria que, dicen, no tuvo correlato con la realidad.

También, que se actualice el salario mínimo, vital y móvil con una cifra que al menos se acerque a la inflación (quedó en $ 254.231,91 para julio y subirá a $ 271.571,22 en octubre, pero en la CGT quieren que suba a $ 500 mil en tres meses), que al momento de reglamentar la reforma laboral se quite el protocolo “antibloqueo”, entre otros puntos, y que se debata a fondo las escalas de Ganancias.

Un dirigente de peso remarca que “la pelota la tiene el Gobierno” y que una medida de fuerza puede ser realidad si la agenda “no se transforma”. Por lo pronto, en la central habrá debate de la situación en un plenario de delegados en las próximas semanas y escucharán a los cuadros regionales de todo el país. Una manera de ganar tiempo a la espera de un gesto oficial. Y mostrarán músculo, una vez más, el próximo 7 de agosto, cuando participen de una marcha por San Cayetano en compañía de las dos CTA y los movimientos sociales.

Omar Plaíni, del gremio de Canillitas y directivo de la central, señala que no van a seguir tolerando “la violencia de verbal de Milei”.

 

“El diálogo sigue abierto”

R.P.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, señaló que “el diálogo con la CGT sigue abierto. Nosotros consideramos que este es un momento para no levantarse de ningún lado y para sentarse a debatir”.

De esta manera, el funcionario rechazó la postura adoptada por la central obrera que toma distancia de las conversaciones con el gobierno nacional.

“Este es el momento precisamente de encontrar consensos y de avanzar. Hay que hacer que los trabajadores estén cada vez mejor y no cada vez peor, como viene ocurriendo desde hace muchísimos años en la Argentina”, profundizó Adorni en conferencia de prensa.

En la misma línea, el secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Julio Cordero, había pedido el jueves a la CGT que “reflexione” tras haber anunciado que se retiraba del diálogo social.

“Ojalá (la CGT) reflexione sobre esta posición, debemos avanzar en normativas y consensos que son esenciales para una Argentina que convierta en realidad sus propios sueños de grandeza”, indicó el funcionario.

Asimismo, indicó que “es tiempo de deponer los intereses sectoriales en pos del bien común, y el diálogo es el camino”.

A través de un comunicado, Cordero remarcó que “la mesa del diálogo se mantendrá siempre abierta a todos los que quieren formar parte de ella”, aunque aclaró que  “debe conformarse sin exigencias previas”.