Los bloques parlamentarios de La Libertad Avanza comenzaron un proceso de reconfiguración tras las salidas del espacio, con escándalo incluido, de la diputada Lourdes Arrieta y del senador Francisco Paoltroni. Pero los ruidos persisten gracias a reclamos de algunos integrantes que todavía no encontraron resolución a los problemas que vienen arrastrando.
El caso del senador Bartolomé Abdala no parece el único. Son varios los dirigentes de LLA que pretenden contar con recursos y cargos para cobrar peso político. En concreto, en la Cámara baja aparecen dirigentes con intenciones de sumar contratos de asesores y solicitaron puestos en organismos públicos con dependencias en provincias, como la Anses.
Uno es César Treffinger, quien ya peleó para ser gobernador de su provincia, Chubut, en 2023, con magros resultados, y quiere revancha. Otro es Nicolás Mayoraz, que aspira a ser el dirigente que reemplace a Maximiliano Pullaro en la conducción del Ejecutivo provincial de Santa Fe y tener incidencia en el armado de las nóminas del año que viene.
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Ambos quieren sumar recursos para trabajar en sus territorios en pos de futuras candidaturas, como confesó esta semana el senador Abdala, quien en una entrevista dijo que posee una larga lista de asesores en su provincia, San Luis, para fortalecer su proyecto político: ser gobernador del distrito. Incluso, el puntano, que fue parte del PRO, fue denunciado por afiliar muertos para conseguir la personería jurídica de la agrupación local que se dedicó a edificar. El legislador eligió el silencio y evalúa realizar un descargo en los próximos días.
Ante la versión que corre con fuerza entre los bloques violetas sobre los pedidos de recursos para construir postulaciones, Treffinger no respondió ante la consulta de PERFIL y cerca de Mayoraz descartaron la posibilidad en lo inmediato.
El escenario complejo en los bloques tiene impacto en la Casa Rosada. Un funcionario reconoce que es un punto “a mejorar” y que la situación todavía es endeble, con internas sin saldo, como la que protagonizan Marcela Pagano y Lilia Lemoine, quienes intercambiaron vía redes sociales acusaciones de toda índole.
“La pelea entre Marcela y Lilia es con final abierto”, grafica un dirigente involucrado en el diálogo con distintos sectores del oficialismo y que transita los pasillos de Balcarce 50. La misma voz también anticipa que las disputas van a permanecer en el corto y mediano plazo por un motivo: no existe cohesión entre los integrantes. “Es lo esperable de una fuerza nueva cuyos integrantes se conocieron el 30 de noviembre del año pasado; ya estamos trabajando para armar mejores listas para 2025”, justificó el referente de libertario.
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En la fuerza libertaria conviven integrantes que piden que en la cúpula de los bloques tomen nota de todo lo sucedido y abran los diálogos, se escuchen pedidos y que estos sean acompañados de directivas claras. En las últimas semanas, hubo voces de LLA que solicitaron mayor presencia del titular del bloque, Gabriel Bornoroni, para imponer armonía. Quienes están cerca del referente señalan que, más allá de los ruidos, el cordobés (cuestionado además por el macrismo) está sólido y trabajando en coordinación con Martín y Eduardo “Lule” Menem, todos con el aval de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. “No tiene sobresaltos, tiene el acompañamiento de la totalidad del bloque y la banca de Martín Menem y la Casa Rosada”, aseguraron.
A su vez, se desmarcan de lo que pasó con Abdala y subrayan que no hay diputados que tengan 20 asesores, como sucede en el Senado. Otra fuente del oficialismo agrega que quedaron “golpeados” tras los escándalos. Sin embargo, nota que se empezaron a tomar medidas para generar disciplina. “Aunque todavía resta un largo camino para encontrar un buen funcionamiento, para que todos entiendan cuál es su lugar y su función. Los diputados oficialistas tenemos que seguir la línea del Ejecutivo”, determinó.
