El oficialismo buscará avanzar este jueves en la Cámara de Diputados con un dictamen del proyecto de Presupuesto 2025, que La Libertad Avanza procura sancionar la semana próxima. Están a solo dos firmas de lograr el despacho de mayoría sobre el proyecto de gastos y recursos para el próximo año. Por su parte, tras fracasar con el quórum, la oposición no volvió a pedir la sesión por ley de DNU y estudia los pasos a seguir.
El texto de la ley de leyes se debatirá mañana a las 10 en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, que preside José Luis Espert, y quien junto a funcionarios del Gobierno fue el que encaró las negociaciones con los bloques dialoguistas. En caso de no poder alcanzar el dictamen de mayoría, el esquema diseñado por la LLA es citar nuevamente para el martes próximo, a fin de tener el despacho que permita pedir una sesión especial para el jueves 21 de noviembre.
En ese contexto, el debate en el Senado tendría que hacerse en sesiones extraordinarias, porque la Cámara alta siempre demora al menos 15 días para ese trámite y el período ordinario finaliza el próximo 30 de noviembre. En la Comisión de Presupuesto por lo menos habrá tres dictámenes: uno propuesto por la bancada oficialista y dialoguistas, otro impulsado por UxP y un tercero de la izquierda.
Las negociaciones del oficialismo y la oposición “dialoguista”
Las negociaciones se entablaron ayer mientras fracasaba el pedido de sesión especial formulado por Encuentro Federal, Unión por la Patria y Democracia para Siempre para tratar el canje de deuda. Para el Gobierno era central la vigencia del DNU sobre canje de deuda que le permite al ministro de Economía, Luis Caputo, negociar la restructuración de los pasivos sin las condiciones impuestas en la ley de Administración Financiera.
Los legisladores dialoguistas insistieron con las demandas de los gobernadores de Juntos por el Cambio para mejorar los fondos que reciben las provincias por coparticipación federal. El oficialismo prometió analizar algunos de los pedidos de los mandatarios y legisladores de la UCR y del PRO, pero no aceptaron reformar el artículo 1 del Presupuesto. Desde la UCR plantearon que, si la inflación supera la previsión establecida del 18 por ciento anual y, por consiguiente, la recaudación, debe establecerse cómo se utilizan esos recursos excedentes.
Pero desde el Gobierno se niegan a establecer cuál será el destino que tendrán esos recursos excedentes, ya que prefieren no especular con el aumento de la inflación, informaron fuentes del oficialismo. En cambio, el Gobierno se mostró más predispuesto a aceptar algunos pedidos de los bloques opositores como incorporar a la masa coparticipable un porcentaje de la asignación específica establecida en el impuesto a los combustibles que se destinaba al subsidio del transporte del interior del país.
En tanto, sobre los pedidos de sumar también un porcentaje del 1,9 por ciento de la recaudación para sostener la estructura de la ex AFIP y distribuir el excedente de los ATN que no se utilizaron, aún no hubo una respuesta del oficialismo. Otro punto de las tratativas lo constituyen el financiamiento del déficit de las cajas previsionales y el mecanismo de auditorías que se implementarán para que no queden supeditadas a la voluntad del Gobierno. Los pedidos de las provincias implicarían unos 1900 millones de pesos.
Los ejes de las negociaciones también se centraron en las obras públicas y una de las propuestas será habilitar al Jefe de Gabinete a reestructurar partidas para poder sostener algunos de los emprendimientos de infraestructura que realizan las provincias. Fuentes parlamentarias señalaron que en materia de universidades el Gobierno insistirá en poder definir cuál será la partida que se reducirá para mejorar los fondos a las casas de altos estudios, aunque todos coinciden que el aporte para ese sector va a ser superior al monto de 3,8 billones propuesto por el oficialismo. También los bloques dialoguistas piden que se aumenten los fondos de la ley de Bosques y que se mantenga la ley de financiamiento docente que establece que se debe destinar el 6 por ciento del PBI a la educación.
Diputados: tras fracasar con el quórum, la oposición no volvió a pedir la sesión por ley de DNU y estudia los pasos a seguir
Luego de haber fracasado por la falta de quórum en el recinto, los bloques de la oposición en la Cámara de Diputados aún no presentaron el pedido de una nueva sesión para tratar la reforma del régimen de DNU y el decreto sobre canje de deuda, pendientes de las negociaciones abiertas por el Presupuesto 2025. Ante la certeza de ayer de que no estaban los números, los bloques de Encuentro Federal, Unión por la Patria y Democracia para Siempre circularon una nota en la que informaban sobre una prórroga de la sesión para el jueves 21 de noviembre.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, desconoció esta postergación y declaró caída la sesión, lo que obliga a los bloques opositores a hacer una nueva convocatoria. El revés sufrido en el recinto producto de las presiones de la Casa Rosada sobre los gobernadores con el Presupuesto como carnada fue un cimbronazo que sacudió fuerte a los opositores. Ya probaron en carne propia que la pileta a la que se tiraron no tenía la suficiente agua y no podían dar un salto al vacío.
Con las barbas en remojo, estudian los pasos a seguir. Si en la negociación con los gobernadores por el Presupuesto 2025 la Casa Rosada ofreciera un mínimo de concesiones que alcanzara para bajar las defensas de los diputados que responden a esas terminales provinciales, la sesión del jueves próximo quedaría neutralizada. Exponerse a una nueva derrota no sería negocio para nadie, y menos para Encuentro Federal y Democracia para Siempre, que vienen de pagar el precio de mostrarse en una alianza incómoda con el kirchnerismo, a cambio de nada. Si al menos esa sociedad redituara en sanciones de leyes relevantes, el precio a pagar tendría sentido desde una lógica de costo-beneficio.
El traspié de ayer demostró que la apuesta no tenía sustento político y da una pista concreta de que el frente "anti Milei" en el Congreso tendría prácticamente los días contados. La fortaleza que viene mostrando el oficialismo a partir de su habilidad para desarmar las rebeliones legislativas es inversamente proporcional a la capacidad que tienen los bloques opositores para sostener en el tiempo su inusitada alianza política.
El Gobierno ya venía de mostrar credenciales de triunfo al construir mayorías superiores al tercio de los votos cuando le tocó resistir la ofensiva opositora contra los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y financiamiento universitario. El PRO volvió a sacar chapa de aliado estable del Gobierno y no volverá a diferenciarse por lo menos hasta marzo del año próximo. La bancada que preside Cristian Ritondo había dado algunas señales equívocas con respecto a la ley de DNU: se había negado a firmar el dictamen de rechazo de La Libertad Avanza.
Milei confirmó que buscará avanzar en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos
Esta actitud levantó alguna suspicacia y no faltó quien especulase con que el PRO podía abstenerse en la votación, en el hipotético caso de que la oposición consiguiera el quórum. Ese amague de autonomía fue una forma de subirse el precio en su relación con el oficialismo, y vaya si lo logró. Como premio a la lealtad, el macrismo consiguió que LLA diera su apoyo y aportara firmas para el pedido de sesión especial del miércoles próximo, con Ficha Limpia como tema cabecera, sumado al voto postal de argentinos residentes en el exterior. Eran temas que el oficialismo no tenía apuro en sancionar este año pero cedió para que el PRO tuviera su merecida recompensa.
El apoyo del bloque de la UCR, en cambio, no tuvo una contrapartida. Fue ayuda a título gratuito y puramente vocacional. Antes del éxodo de los radicales díscolos, Rodrigo de Loredo tenía que "remar en dulce de leche" para unificar posturas de colaboración con el oficialismo. Ahora el alineamiento se produce casi automáticamente.
ML