En el acto por el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo que se desarrolla en el Teatro Argentino de La Plata, la expresidenta Cristina Kirchner y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se reencontraron en público en medio de una tensión creciente dentro del peronismo.
Se trata de la primera oportunidad en la que ambos dirigentes comparten escenario desde que estalló la interna por la conducción del Partido Justicialista (PJ), donde el kirchnerismo le reclama al gobernador bonaerense que apoye explícitamente a la exjefa de Estado en su disputa partidaria con el mandatario de La Rioja, Ricardo Quintela.
Sobre el final del acto y ante la insistencia de la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, ambos expresaron breves palabras. "Ustedes saben que es una noche especial", sostuvo la expresidenta. Y luego, en una crítica dirigida hacia el Gobierno de Javier Milei, subrayó: "Tenemos que tener memoria. Los que quieren que nos olvidemos de lo que pasó, es porque nos quiere joder en el presente y robarnos en el futuro, no lo vamos a permitir".
El mandatario bonaerense fue aún más escueto y se refirió a la celebración del acto y el cumpleaños de Carlotto. "Memoria, verdad, justicia, hasta la victoria, gracias compañeros", cerró.
La previa del acto aniversario de las Abuelas de Plaza de Mayo
Cuando la expresidenta hizo su entrada al Teatro Argentino de La Plata, se produjo el esperado encuentro entre las dos de las figuras del peronismo. Mientras saludaba a los presentes en su llegada, la exvicepresidenta saludó con un beso en el cachete al mandatario provincial.
Ambos se sentaron en la primera fila delante del escenario, separados por Carlotto. Allí también estaban Taty Almeida, en representación de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Buscarita Roa, vicepresidenta de Abuelas, además del senador Eduardo “Wado” de Pedro y el exsecretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti.
Por su parte, Carlotto manifestó este miércoles sus deseos de reunirlos. "En La Plata vamos a recordar a las 20 la fecha de Abuelas, va a venir Cristina y Kicillof me dijo que va a tratar de llegar", expresó en declaraciones radiales.
En tanto, durante una entrevista con C5N en el acto, la presidenta de Abuelas sostuvo que fue "la mediadora" entre ambos dirigentes, pero que la asistencia fue "voluntad de ellos". "Me parece que es un signo muy bueno político porque son dos personas admirables y las necesitamos mucho", manifestó.
Consultada sobre qué deseo tiene para la ocasión, aseguró que "ya está cumplido" por la presencia del gobernador y la expresidenta en el acto. "Que estén Axel y Cristina creo que fue el mejor regalo para mi cumpleaños, que fue ayer", subrayó.
Las idas y vueltas entre Cristina Kirchner y Kicillof
El encuentro entre ambos dirigentes se dio en medio de las acusaciones de Cristina contra Kicillof por su postura prescindente en la interna por la presidencia del PJ, que se encamina a elegir autoridades el próximo 17 de noviembre.
En ese sentido, el gobernador había pedido el sábado pasado por la "unidad" en el peronismo y llamó a dejar de "reproducir" las "metodologías y conductas" que llevaron al espacio opositor a la derrota en las elecciones presidenciales del año pasado. "Encontremos la unidad y dejemos de reproducir metodologías y conductas que nos trajeron hasta acá", sostuvo, en una carta que hizo pública para responder a los cuestionamientos de la facción del peronismo que respalda a la exmandataria.
CFK aceleró contra Kicillof y lo acusó de jugar con Quintela
En el mismo documento, el mandatario provincial se refirió a la figura de Fernández de Kirchner, quien lo había acusado de ser "Poncio Pilatos" y un "Judas" por respaldar, de forma solapada, la candidatura de Quintela. "Cristina está en el corazón del pueblo, también en el mío y no tengo que rendir examen de ese sentimiento", subrayó Kicillof acerca de la exvicepresidenta.
Con relación a los desacuerdos dentro del PJ, el gobernador manifestó que nadie espera que "libre una guerra interna; la historia no nos lo perdonaría y el futuro tampoco". En tanto, sostuvo que no quiere "estimular peleas entre compañeros", pero tampoco puede "convalidar el equivocado mecanismo de que cualquier diferencia o crítica desate el disciplinamiento".
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