“Te recomiendo que no lo dejes pasar y le contestes”, le escribió Sergio Massa con sus habituales mayúsculas a Axel Kicillof 15 minutos después del tuit de Javier Milei sobre el asesinato del repartidor de Moreno, Lucas Aguilar. El gobernador bonaerense le respondió que lo estaba por hacer. Ya había visto el posteo del jefe de Estado y había empezado a ensayar una respuesta: “Me banco todas, pero esta ya no”, le había dicho a su equipo. “El carancheo” tal como lo describieron en la Gobernación a lo que no dudaron en describir como la utilización política de una muerte también sorprendió al diputado Máximo Kirchner, quien decidió hacer un gesto en medio de discusiones internas para apoyar al gobernador a través de la cuenta del PJ bonaerense.
A los dirigentes del peronismo bonaerense no les sorprende la fuerte repercusión de casos de inseguridad en pleno año electoral. Pero sí se quedaron asombrados al ver que el propio Presidente y su “brazo armado” libertario de las redes sociales comandado por Daniel Parisini (“El Gordo Dan”) se pusieron al frente del ataque al gobernador por el asesinato de Lucas en posteos para los que utilizaron el hashtag #KicillofAsesino y la imagen falsa del jefe provincial con las manos ensangrentadas.
“En 2021 el PRO utilizó la muerte del kiosquero Roberto Sabo, en 2023 lo hicieron con el asesinato de Morena Domínguez en Lanús y del colectivero Daniel Barrientos en La Matanza, esto no es nuevo. Lo que sí es una novedad es que los propios dirigentes lo hagan sin tapujos, porque hasta acá se veía esto a través de medios amigos que le daban masividad al tema o de frases que mostraban preocupación por los casos de inseguridad remarcando que no era una utilización política”.
Esto fue lo que encendió señales de alerta en un espacio que en el último año no pudo más que mostrar discusiones internas. Elecciones desdobladas, armado de listas y fondos para el 2025 quedaron de lado por unas horas. “Si la discusión en campaña va a ser en este tono, perdemos todos”, admiten.
El “garantismo kirchnerista”, tal como lo llamó el ministro de Justicia nacional, Mariano Cúneo Libarona en las últimas horas, volvió a la agenda. Para dar esta pelea, el kirchnerismo sabe que arranca con desventaja ya que arrastra un debate que durante sus años en el gobierno nacional les resultó incómodo y esquivo. Tanto lo sabe que en su primera carta Cristina Kirchner buscó dejar en claro que ahora sí entendieron que una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía debe ser atendida y planteó avanzar con un plan de seguridad moderno.
CFK siguió de cerca los movimientos en Moreno después del asesinato. Aunque el vínculo con Axel Kicillof es nulo, la Provincia es el territorio que ella misma entiende que no debe descuidar. Esto se suma a que el crimen del delivery se dio en Moreno y los incidentes fueron en la Municipalidad, a cargo de una de las dirigentes que ella misma bendice: Mariel Fernández.
Fue Máximo Kirchner el que sacó la bandera blanca en medio de la interna y compartió el posteo de Kicillof, quien acusó a Javier Milei de “hacer marketing con el dolor y la tragedia”. Massa aconsejó al gobernador contestarle al Presidente y prometió el apoyo de sus dirigentes del Frente Renovador recordando que “las leyes penales de la Provincia son de Daniel Scioli y María Eugenia Vidal, deberían marchar al departamento de Recoleta malhabido o a la secretaría de Turismo”. Después de todo, ninguno parece estar dispuesto a perder el territorio que les queda.