Luego de la primera audiencia pública en la que Ariel Lijo, candidato a la Corte Suprema de Justicia propuesto por Javier Milei, expuso en la Comisión de Acuerdos del Senado, en el Gobierno ratifican la postulación del juez federal y rechazan todas las críticas y suspicacias que se generaron en torno al magistrado de Comodoro Py.
“Los votos van a estar”, repiten una y otra vez en la Casa Rosada mostrando optimismo ante la negociación que viene avanzando desde hace semanas y que días atrás sufrió un punto de inflexión cuando los voceros del peronismo dejaron la puerta abierta a la negociación. Además, sostienen que los votos para el otro candidato, el catedrático ultraconservador Manuel García Mansilla, también están y gana cada vez más adhesiones. García Mansilla tendrá audiencia el próximo miércoles.
Las impugnaciones de distintas asociaciones civiles o de colegios de abogados además de las protestas del peronismo son tomadas en Gobierno como turbulencias naturales de la discusión por una silla clave en el nuevo esquema de poder. “Mostrarán los dientes todos”, desliza una fuente al tanto de las negociaciones, al mismo tiempo que explica que nombrar un juez para el Máximo Tribunal es un “trámite largo, difícil, que obliga a negociar con todas o casi todas las fuerzas políticas”.
En Gobierno sostienen que hablan con todo el arco opositor a sabiendas de la debilidad numérica que ostenta el oficialismo en la Cámara alta. Máxime cuando a Francisco Paoltroni (quien mostró su encono personal con Lijo durante la audiencia) se le podría sumar el riojano Juan Carlos Pagotto.
Las dificultades que atraviesa el oficialismo, quien dejó al viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, a cargo de la negociación están más vinculadas a los planteos y pedidos de la oposición para ampliar la negociación que a la figura de Lijo propiamente.
Esta semana el peronismo se mostró dispuesto a negociar y sostiene en público lo que dice en privado: que nadie desde el Gobierno se puso en contacto con ellos. Con todo, desde senadores de UP dejan trascender que quieren un acuerdo político más amplio que implique discutir desde la ampliación de la Corte, hasta el procurador, pasando por el defensor del pueblo o la Defensoría de la Nación.
Con todo, según pudo reconstruir este diario, desde el oficialismo no han hablado con Cristina, aunque Eduardo “Wado” De Pedro ha formado parte de las conversaciones.
Milei gestó el veto en una cena en Olivos y evalúa ir a la Justicia
El peronismo mayoritariamente votaría a favor del pliego del juez federal. Algo similar podría suceder con el radicalismo, pese a que algunas voces ya adelantaron su rechazo, como Carolina Losada y el fueguino Pablo Blanco. Este último fue corrido de la Comisión de Acuerdo y reemplazado por Eduardo Vischi, un gesto que explica que Lijo cuenta con el apoyo de los gobernadores del radicalismo.
El juez federal también tiene vínculo con el radicalismo porteño. El jueves, Emiliano Yacobitti sostuvo públicamente que a Lijo se lo investigó pero que la causa “se cerró”. Todo un gesto que se suma a los vínculos que Lijo tiene con Daniel Angelici.
En el Gobierno también consideran que habrá un apoyo mayoritario por parte del PRO, si bien Luis Juez adelantó su rechazo: “Pareciera que no fue a la Facultad de Derecho”, ironizó el cordobés.
Pese a las declaraciones del jefe de bloque y de Mauricio Macri, quien impugnó la postulación de Lijo (el juez tiene en sus manos la causa del Correo) el bloque amarillo se inclinaría mayoritariamente por el apoyo a ambos pliegos. Incluso la larretista Guadalupe Tagliaferri, quien preside la comisión, es tenida en alta consideración en el universo libertario.
En donde hubo satisfacción tras la audiencia fue en el despacho de Lijo. El juez federal quedó conforme con su exposición en la que pudo responder preguntas difíciles y dar a conocer su voz públicamente.
