Un “autonomista”, un opositor, un enemigo y una aliada ocasional. Son pocas las garantías que quedarán para el oficialismo en la Corte Suprema de Justicia una vez que se concrete la salida de su emblema judicial, Raúl Eugenio Zaffaroni, el ministro que ofició de “thing-tank” jurídico en todas las batallas que el kirchnerismo libró en Tribunales.
Su renuncia, anunciada para enero de 2015, llega en el peor momento y de la forma más perjudicial. Es que Zaffaroni se irá durante el año que el kirchnerismo estará en retirada del Ejecutivo, justo cuando encuentra cada vez más dificultades en el Congreso, a donde necesita de sus aliados para imponerse. Para el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que siempre gobernó con una amplio dominio en los tres poderes, empieza el momento de mirar el partido con un marcador en desventaja.
A partir de febrero de 2015, seis meses antes de las PASO, con causas por corrupción que tienen cada vez más en vilo a la Casa Rosada, la Corte Suprema estará conformada por el presidente del tribunal, Ricardo Lorenzetti, que siempre tuvo un perfil “autonomista”; Elena Highton de Nolasco, una independiente que en ocasiones vota en coincidencia con el Gobierno, pero que no representa una garantía como lo es Zaffaroni; Carlos Maqueda, designado por Eduardo Duhalde y eternamente opositor; y Carlos Fayt, más que un opositor, un enemigo.
El panorama cambió muy rápido. En enero de este año la Corte todavía contaba con María del Carmen Argibay y con Enrique Petracchi, ambos fallecidos. Pero, por sobre todas las cosas, con siete integrantes, dos más del mínimo que indica la ley 26.138. El primero en anticiparse a esta situación fue el propio Zaffaroni, al momento de confirmar su renuncia: “Ahora por desgracia quedamos los cinco (jueces) que prevé la ley. Yéndome yo quedaría una vacante, bueno eso es un problema político”.
Sin embargo, donde hay un problema, también hay una oportunidad. El secretario de Justicia Julián Álvarez, se encargó de abrirle la puerta a una eventual derogación de la ley sancionada durante el gobierno de Néstor Kirchner al afirmar que “se abrirá la discusión” sobre la cantidad de ministros. Esta opción, viable si es que el kirchnerismo consigue dos tercios del Senado, le permitirían al oficialismo irse del Ejecutivo con una Corte afín.
La posición de la Corte Suprema, y de su presidente Ricardo Lorenzetti, fue contundente. Sin tiempo para lutos, en el funeral de Petracchi, los ministros se encargaron de dejar en claro que el máximo tribunal “puede funcionar sin trabas” aún sin Zaffaroni y sin reemplazo.
En ese caso, si se da la situación soñada por el kirchnerismo, que Lorenzetti y Nolasco voten a su favor y Maqueda con Fayt en contra, el desempate estará en manos de un conjuez, surgido de una votación entre presidentes de las cámaras federales, explicaron fuentes judiciales a la agencia DyN.
Fayt, el eterno. Mientras Eugenio Zaffaroni reconoce “estar ido” de los procesos políticos y judiciales de la Corte Suprema después de 11 años en el máximo tribunal, hay un miembro que sobrevivió a nueve presidentes y a once mandatos, que acumula casi 31 años como ministro de la Corte Suprema, y que a lo largo de su estadía en la Corte, compartió el estrado con otros 21 jueces. Y, más sorprendente aún, dice que le queda “un tiempo más”.
Se trata de Carlos Fayt, el longevo juez de 96 años, que supera por 21 la edad en la que los jueces deben jubilarse. La legalidad de que esté en su cargo radica en una acordada firmada por los miembros de la Corte en 1994, donde se señala que los jueces que se encuentren en el cargo desde antes de la reforma constitucional quedan exceptuados de la jubilación.
Mientras se extendía la cautelar que favorecía al Grupo Clarín en tanto la Corte fallaba sobre la constitucionalidad de la Ley de Medios, la propia Cristina Fernández de Kirchner eligió a Fayt como modelo de “corporación judicial”. Durante un acto, la mandataria señaló que “no podía ser” que haya un ministro centenario ya que "la Constitución establece un límite de 75 años".
La lista de jueces que vio pasar Fayt es extensa: Genaro Carrió, José Severo Caballero, Augusto César Belluscio, Enrique Petracchi, Jorge Bacqué, Julio Oyhanarte, Ricardo Levene (Hijo), Mariano Cavagna Martínez, Rodolfo Barra, Julio Nazareno, Eduardo Moliné O'Connor, Antonio Boggiano, Guillermo López, Gustavo Bossert, Juan Carlos Maqueda, Elena Highton de Nolasco, Carmen María Argibay, Ricardo Lorenzetti y Eugenio Raúl Zaffaroni.
Fayt llegó al máximo tribunal en épocas de Raúl Alfonsín. Continuó con otros ocho compañeros durante las dos presidencias de Carlos Menem, durante el mandato de Fernando De La Rúa, y la posterior crisis que dejó a Ramón Puerta, Rodríguez Saá, Eduardo Caamaño, y a Eduardo Duhalde como presidentes. A juzgar por sus propias palabras, mientras la naturaleza lo permita, Fayt verá en ese mismo estrado pasar los tres mandatos del kirchnerismo y, quizás, ser protagonista de sus derroteros.