El peronismo comienza a despedir 2024 con cada uno de sus dirigentes atendiendo su juego. Y el año próximo no será distinto ya que las elecciones legislativas aún no los obligarán a buscar una estrategia común. De eso saben los gobernadores que, desde hace meses, prefieren no asomar la cabeza ante el gobierno de Javier Milei pero tampoco frente a la interna peronista. Cristina Kirchner no logró movilizarlos. Ni para que se definan en la pelea por el partido a nivel nacional, ni para que la legitimen el día de su asunción. Ya asumió que será ella quien deberá ir provincia por provincia en 2025.
Esta semana, un histórico dirigente encolumnó a los jefes provinciales bajo la agrupación “animémonos y vayan”. Y así están. Gildo Insfrán (Formosa) y Sergio Ziliotto (La Pampa) no aparecen. Ricardo Quintela (La Rioja) lo hizo al principio de la gestión y hasta peleó contra CFK pero ahora entendió que es momento de volver dentro del alambrado riojano. Un aliado como Gerardo Zamora (Santiago del Estero) recibió a la ahora titular del PJ y hasta ahí llegó porque sabe mantener buen diálogo con la Casa Rosada libertaria.
A Gustavo Sáenz (Salta) ya no se lo cuenta en estas filas aunque en su territorio el próximo año juegue un poco con el peronismo, otro como cuentapropista y otro poco con los libertarios. Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca) son los mejores alumnos de otra frase que los describe: “No importa quién esté en la Rosada, los gobernadores siempre son oficialistas”.
Queda Axel Kicillof (Buenos Aires). Impensado tiempo atrás que fuese quien diera las dos peleas que los otros no están dispuestos a dar: con Milei y con CFK. La agrupación “animémonos y vayan” lo celebra y hasta promete apoyo si se sigue animando.
Al igual que el año pasado, los jefes provinciales (de todos los partidos políticos) se preparan para marcar un récord de desdoblamiento electoral. Y en esa estrategia, algunos dirigentes peronistas que desde hace años se mantienen en la frontera con el kirchnerismo creen que se pueden ensayar alianzas que a nivel nacional serían difíciles de explicar.
“El año que viene tenés que pensar en sembrar y no cobrar”, dice en algunas reuniones un Juan Manuel Urtubey que volvió a apoyar a Unión por la Patria en la pelea por el balotaje con Javier Milei pero que mantiene diferencias con el protagonismo de Cristina Kirchner. Cree que hay que disputarle el poder a la dos veces presidenta en 2027 por adentro, pero se adelanta y habla con algunos gobernadores para, el año próximo, hacer acuerdos provinciales lo más amplios posible con la consigna de que el enemigo en común sea Milei.
Axel Kicillof se quiere sumar al desdoblamiento pero, tal como adelantó PERFIL, se encuentra con la resistencia de Cristina Kirchner y Sergio Massa. El gobernador bonaerense desafía el argumento de la dos veces presidenta que reza que la provincialización de la elección haría que el protagonismo se lo llevaran los problemas de los bonaerenses. Asegura que si es una pelea contra Milei por su gestión, en su territorio gana con el 55% de los votos. El jefe provincial parece, como nunca, dispuesto a dar la pelea con los dos bandos: el Presidente y la titular del PJ.
La elección concurrente que llevaría a que el mismo día se vote con dos sistemas distintos promete caos en el territorio bonaerense y quien pagaría el costo es el gobernador. Lo descarta. Pero también se muestra molesto por tener que adelantar una definición cuando aún no se sabe si habrá o no PASO. Recién piensa en el mes de marzo para terminar de resolver el modo de votación. Cada uno atiende su juego.