El jefe de la Policía Federal Argentina (PFA), Luis Rolle, tomó su teléfono celular y se lo mostró a Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad venía de escuchar en vivo por televisión que él había sido quien les envió a dos periodistas reconocidos un video en el cual, aparentemente, era una militante vestida de color naranja quien había arrojado gas pimienta a una nena de 10 años. Así lo difundieron. Y eran fake news: un agente usó el gas. Tuvieron que pedir disculpas por el error. Pero los dos periodistas apuntaron al titular de la PFA como quien difundió ese material. Rolle negó haber sido él. Bullrich eligió creerle.
Con todo, para la ministra de Seguridad el operativo en el Congreso el jueves pasado, mientras se discutía el veto a la actualización de la fórmula jubilatoria en Diputados –que salió a favor del Gobierno–, fue muy adecuado. Es más: salvo el affaire por el video, Bullrich se sintió confiada en que el accionar de la Federal había sido el adecuado ante una situación de violencia de los manifestantes de la izquierda y el kirchnerismo que habían llegado a los alrededores del Parlamento.
“El operativo fue un éxito para nosotros. La discusión era qué hacía una nena de 10 años ahí. Terminamos discutiendo un video pero el eje del debate es otro, la madre que lleva a una nena chiquita a un lugar donde se veía la tensión, donde había fuerzas de seguridad y donde no debería haber estado nunca”, le explica a PERFIL una fuente calificada del área de Seguridad.
A pesar de ello, y aunque para Bullrich no hubo mal accionar de los agentes, por protocolo se abrió una investigación en Asuntos Internos para determinar si hubo alguna negligencia. Es un procedimiento de rutina, afirman en Seguridad.
Pero, como indica su histórica posición con respecto a las fuerzas, la ministra respaldó todo el operativo, y en particular esa situación. “Lo irregular era la nena ahí, no los policías avanzando con gas pimienta”, agregan en la cartera.
Conceptualmente, al presidente Javier Milei le importaba que la marcha no cortara muchas calles y que no pudieran pasar hacia la zona de las escalinatas del Congreso. Eso lo impidió la Federal. Para el jefe de Estado también fue un éxito, agregan fuentes oficiales. Y así lo recalcó también el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa que tuvo lugar ayer en Casa Rosada.
La posición de respaldar, ante todo, a las fuerzas de seguridad no es nueva para Bullrich. Ni siquiera para este gobierno: su posición defendiendo a la Gendarmería en el caso Santiago Maldonado –lo que la llevó a enfrentarse a funcionarios del gobierno de Mauricio Macri, como el entonces jefe de gabinete, Marcos Peña– terminó siendo una bandera para su carrera política.
En este marco, una de las banderas libertarias, en particular con respecto a la gestión de Bullrich, es la lucha contra la inseguridad y la noción de orden. De hecho, días antes de la marcha del jueves el Gobierno festejó que habían pasado cuatro meses sin un solo piquete. La ministra se sintió respaldada. Quizá recordó los tiempos de Peña.
LT
