Entre el hermetismo, la superstición y la expectiva. Así transcurren las horas previas a la final mundialista entre la Argentina y Alemania en la Casa Rosada. Si bien no hay confirmaciones oficiales sobre una recepción, sea cual fuere el resultado, en Balcarce 50, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pasará el día posterior al choque definitorio en Río Gallegos festejando el cumpleaños de su único nieto, Néstor Iván, y el martes viajará a Brasilia para participar de la reunión entre los mandatarios del grupo de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los representantes de la región. La pregunta decanta por sí sola, ¿hará un hueco entre sus obligaciones para recibir a la Selección?
En la Rosada deslizan que "el recibimiento depende de resultado del partido" y que todavía no está confirmado qué día la Presidenta recibiría -pese a no haberlos despedido antes de viajar al Mundial- al conjunto de Sabella, salga campeón o no. En función de la suerte de la Selección y de su cargada agenda, según especulan, Cristina podría recibir al equipo a la vuelta de la cumbre en Brasilia. Aunque también, indican con incertidumbre, podría hacer un improbable alto tras festejar el cumpleaños de su nieto en Río Gallegos o hacer una recepción relámpago previo a su despegue al encuentro con el bloque de países emergentes.
Sin embargo, fuentes que revistan a diario los pasillos de Balcarce 50 afirman que "no hay nada armado". Sin embargo, si Argentina se corona campeón mundial, la tentación de recibir al triunfante equipo. "Si llegan a ganar... Nunca se sabe, son imprevisibles", marcaron a Perfil.com desde Gobierno, pidiendo estricta estrica reserva de la identidad.
La Selección Argentina suspendió su vuelta programada para el lunes a la madrugada para retornar al país en horas del mediodía. La idea es que los jugadores reciban un multitudinario reconocimiento de una caravana de hinchas que poblaría la autopista Ricchieri. Todo sería transmitido por la TV Pública.
Se desconoce, a ciencia cierta, el periplo del micro que llevará a los jugadores y que podría tener como corolario, previa escala en la sede de la AFA en Viamonte, la Plaza de Mayo.
En tanto, la Presidenta, según explicitó en una misiva, dejará un vacío en la foto que se tomarán la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, y la canciller alemana, Angela Merkel, en el Maracaná debido a la extensa recuperación de la faringolaringitis aguda severa que la tuvo más de una semana fuera de la escena pública. También hizo referencia a la reunión que mantuvo con el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin y al primer cumpleaños de su nieto Néstor Iván.
Pese a su simpatía por Gimnasia y Esgrima de La Plata y algunas referencias desafortunadas a los barras, la Presidenta no es muy afecta a fútbol. El único partido de Argentina que vio desde un estadio fue ante Francia en 2007, en el marco de su primer viaje internacional antes de ser ungida como candidata del kirchnerismo a la Presidencia.