Cada 17 de noviembre, se celebra el Día de la Militancia en conmemoración del regreso a la Argentina del expresidente Juan Domingo Perón en 1972, tras 18 años de exilio en España luego del golpe de estado denominado como Revolución Libertadora, ocurrido en septiembre de 1955. La fecha fue creada por el empresario papelero y actual dueño de Telecentro Alberto Pierri, que se retiró de la política después de presidir la Cámara de Diputados durante las dos presidencias de Carlos Menem.
En diálogo con Modo Fontevecchia, el exmandatario y referente del Partido Justicialista, Eduardo Duhalde, recordó que el surgimiento de la efeméride se dio porque "en ese momento había mucha gente que quería eso y nosotros lo advertimos". "Fue el momento de darle al razón a la gente, pero nosotros no estábamos habilitados a tomar decisiones. El Día de la Militancia lo creó Alberto Pierri", subrayó.
Sobre el primer festejo, el expresidente contó que llegaron una hora antes "y estaba lleno de gente caminando en las calles". "Lo que más me impactó fue la enorme cantidad y el fervor de la gente, que estaba justificado en ese momento", añadió. En tanto, en otra oportunidad, mencionó que más de 600 mil personas asistieron y que Pierri comenzó su discurso señalando: “Se trata de un día extraordinario, porque vuelve a soplar un huracán, un viento que arrasa con todo cuando la militancia peronista se moviliza y despliega sus banderas”.
El 17 de noviembre de 1972 a las 11:20, el vuelo DC-8 de Alitalia aterrizó en suelo argentino. Perón estuvo acompañado por el secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, y Héctor Cámpora, en una imagen que quedó inmortalizada. Este regreso fue tomado como símbolo de la resistencia y la militancia en los casi 20 años donde fue proscripto. El exmandatario fue retenido en el Hotel de Ezeiza hasta la madrugada del día siguiente, cuando decidieron liberarlo y pudo dirigirse a la casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López.
El presidente de facto, Alejandro Lanusse, había dicho: "No voy a admitir que corran más a ningún argentino diciendo que Perón no viene porque no puede. Permitiré que digan: porque no quiere; pero en mi fuero íntimo diré: porque no le da el cuero para venir". Por ese motivo, el 15 de agosto, desde Madrid, el delegado personal de Perón, Héctor Cámpora, anunció que el dirigente volvería a la Argentina antes de fin de año, consignó la agencia Télam.
El 7 de noviembre, Perón dijo a través de una solicitada: "A pesar de mis años, un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mi no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible". "Tratemos de arreglar nuestros pleitos en familia porque si no, serán los de afuera los beneficiarios", aconsejó al PJ.
El 15 de noviembre, desde Roma, Perón enviaba un mensaje en un carta dirigida a todo el pueblo peronista: "Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra".
El 16 de noviembre, el gobierno de Lanusse tomó medidas extremas de seguridad rodeando el aeropuerto Ezeiza con fuerzas militares para evitar que los militantes se acercaran a recibir a Perón. Sin embargo, miles de peronistas se lanzaron a las calles bajo una fuerte llovizna y algunos lograron cruzar el río Matanza..
Mientras tanto, en el avión, 154 hombres y mujeres, entre ellos 22 presidentes provinciales del Partido Justicialista y del distrito capital; miembros retirados de las Fuerzas Armadas; de la CGT; de las 62 organizaciones; del empresariado; exfuncionarios; exlegisladores; científicos; artistas; profesionales; sacerdotes y deportistas acompañaron a Perón en su regreso.
El exjefe de Estado permaneció en Buenos Aires solo 29 días y volvió a irse a España, de donde retornó definitivamente el 20 de junio de 1973, de la mano del presidente justicialista electo Héctor Cámpora, quien renunció a su cargo para que Perón pudiera asumir, luego de elecciones abiertas, su tercera y última presidencia.