Una denuncia interna en la farmacia de un hospital de Concepción del Uruguay fue la punta del iceberg que permitió descubrir una red de distribución de fentanilo, una droga altamente adictiva que hace unos años provocó una “emergencia sanitaria” en Estados Unidos por la gran cantidad de muertos.
La investigación judicial, que derivó en la detención de un enfermero y ambulanciero, y su hermano militar, se inició a partir de una denuncia realizada por las autoridades del Hospital Justo José de Urquiza, quienes durante un control de caja advirtieron que faltaban ampollas de fentanilo, de uso medicinal en hospitales o clínicas porque se trata de un excelente anestésico.
Por la gravedad del caso, la fiscal federal Josefina Minatta, con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo de Diego Iglesias, dispuso que un “agente revelador” se infiltrara en el hospital para obtener información sobre las personas que podían tener acceso a la droga.
Los voceros explicaron que “en coordinación con otras tareas investigativas, se pudo establecer que el enfermero sustraía de la cadena ilícita de distribución interna del hospital”. “Esas drogas eran destinadas a intervenciones quirúrgicas y a otros procedimientos médicos, para comercializarlas a terceros a través de la plataforma Telegram”, señalaron.
El primer sospechoso identificado trabajaba en la sala de cuidados intensivos del centro de salud y tenía acceso a los medicamentos. Según pudieron determinar los investigadores del caso, el fentanilo que robaba lo comercializaba por su cuenta de Instagram a 35 mil pesos la ampolla. Lo sorprendente es que a veces utilizaba la ambulancia del hospital para realizar las entregas.
El enfermero no actuaba solo: su hermano, un militar perteneciente al Batallón de Ingenieros Blindados 2, habría colaborado en la distribución y venta de las ampollas.
Siguiendo el requerimiento de la fiscal Minatta, el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, a cargo de Analía Graciela Ramponi, ordenó la detención de los dos principales acusados en la causa. Asimismo, dispuso el allanamiento de sus domicilios y de todos los inmuebles a su disposición, incluyendo el Hospital Justo José de Urquiza.
El objetivo de estas medidas fue recabar pruebas que permitieran reconstruir la ruta de distribución del fentanilo, identificar a otros posibles involucrados y determinar en qué momento de la cadena operativa se producía el desvío de las sustancias controladas.
Durante los operativos, que fueron realizados este jueves 20 de marzo por personal especializado de la División Unidad Operativa Federal (DUOF) de la Policía Federal Argentina, se logró el secuestro de un total de 60 ampollas de fentanilo. Este hallazgo se produjo en el contexto de una operación pactada con el agente revelador, cuya intervención fue clave para confirmar la maniobra delictiva.
Además, en el marco de los allanamientos realizados, se incautaron diversas sustancias psicotrópicas que también formaban parte del circuito ilegal de venta. Entre los medicamentos incautados, hay risperidona, carbamazepina y lorazepam, los cuales aparentemente también eran distribuidos de manera clandestina por los imputados.
De acuerdo con la información recabada por el Ministerio Público Fiscal (MPF), cada ampolla de fentanilo tenía un valor estimado en el mercado negro de aproximadamente 35 mil pesos, lo que evidencia la magnitud del perjuicio causado por los hermanos.
A raíz de la gravedad del caso y con el propósito de obtener mayores precisiones sobre el manejo de la droga dentro del hospital, se solicitó la intervención de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), así como del Colegio de Farmacéuticos de la jurisdicción. Ambas instituciones fueron requeridas para colaborar en la investigación y aportar datos sobre los protocolos de control y distribución de los medicamentos en cuestión.
Por otra parte, desde la fiscalía se confirmó que la investigación continúa abierta con el objetivo de identificar a otras personas que podrían estar implicadas en la red de comercialización ilícita. Asimismo, se busca determinar si existieron fallas en los mecanismos de supervisión internos del hospital que hayan facilitado la apropiación indebida de los estupefacientes. En este sentido, los investigadores no descartan la posibilidad de que haya más responsables, incluyendo personal que debía velar por la correcta fiscalización y resguardo de los medicamentos en la institución.
Zombis. El fentanilo, que es muy difícil de conseguir en Argentina, es un opioide sintético cincuenta veces más fuerte que la heroína pura y cien veces más dañiño que la morfina. En Estados Unidos, la aparición de esta droga incrementó los fallecimientos por sobredosis e insuficiencia respiratoria. Una sola dosis de 2 miligramos de fentanilo es letal y provoca una sobredosis mortal.
El fentanilo se inyecta, pero también se aplica en parches y se toma en pastillas. El que se produce en los laboratorios clandestinos, a diferencia del farmacéutico, es el que está detrás de más muertes, ya que se mezcla con la heroína. El cóctel es conocido como As de Corazones.
Las imágenes de los adictos son impactantes. Parecen zombis caminando doblados. Hay barrios enteros en los que la gente vaga por las calles con pasos confusos y la mirada perdida.
Un caso similar en el Hospital Paroissien de San Justo
L.N.
Hace tres meses un enfermero del Hospital Interzonal Paroissien de San Justo fue detenido por la misma razón: el robo de ampollas de fentanilo.
Como en el caso de Concepción del Uruguay, la causa se inició a partir de la denuncia que realizó la jefa de guardia del centro de salud.
La doctora advirtió el faltante de tres ampollas de fentanilo de 10 mililitros y dio aviso inmediato a las autoridades.
Mediante el análisis de las cámaras de seguridad, pudieron identificar a un hombre vestido con un ambo verde que había ingresado a un sector restringido: era Walter Hugo M., de 45 años, enfermero y ambulanciero del Paroissien.
El acusado fue detenido por personal de la Comisaría 2a de Isidro Casanova cuando ingresaba al hospital manejando una ambulancia. En su domicilio particular de la localidad de Rafael Castillo, hallaron las tres ampollas de fentanilo y otros blisters con diferentes tipo de pastillas.
Pese a la gravedad del caso, el acusado fue liberado a las pocas horas y quedó acusado por el delito de “hurto agravado”.