POLICIA
Sentencias para los "hijos del poder"

Tras 19 años, la Justicia condenó a los ex rugbiers acusados por el crimen de Ariel Malvino

Eduardo Braun Billinghurst, Horacio Pozo y Carlos Andrés Gallino Yanzi recibieron una pena de siete años de prisión cada uno por golpear al joven de 21 años hasta la muerte en el balneario brasileño de Ferrugem.

Ariel Malvino
Ariel Malvino fue atacado a golpes y con una piedra de 17,5 kilos. | NA

La Justicia brasileña condenó a los tres ex rugbiers acusados de asesinar a Ariel Malvino, de 21 años, durante la madrugada del 19 de enero de 2006 en el balneario brasileño de Ferrugem, a 80 kilómetros de Florianópolis. De esa manera, Eduardo Braun Billinghurst, Horacio Pozo y Carlos Andrés Gallino Yanzi deberán afrontar la pena en cárceles de Corrientes.

La sentencia estuvo a cargo del Tribunal de Jurado del distrito de Garopabae, un jurado popular, que los encontró culpables del delito de lesiones corporales seguidas de muerte, según informó el Poder Judicial de Santa Catarina a través de un comunicado. Además, se informó que las penas establecidas para los tres totalizan 21 años de prisión en régimen semiabierto.

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Braun Billinghurst fue condenado por tentativa de homicidio, mientras que los otros imputados fueron sentenciados por lesiones seguidas de muerte. En el comunicado se indicó que el Consejo de Sentencia degradó la imputación inicial de homicidio a homicidio en grado de tentativa, lo que transfirió la competencia a un juez único, quien dictó la condena por lesiones con resultado de muerte.

También explicaron que el proceso se extendió a lo largo de estos años debido a una serie de factores, entre los que estuvieron las sucesivas apelaciones de la defensa de los ahora condenados, la pandemia del Covid-19 y las complicaciones derivadas del hecho de que tanto los acusados como los testigos son argentinos, lo que obligó a comisiones rogatorias y traducciones, provocando así dilaciones en los plazos procesales.

Si bien Braun Billinghurst fue condenado por tentativa de homicidio, y Pozo junto a Gallino Yaniz por lesiones seguidas de muerte, los tres deberán cumplir una pena de siete años de prisión. Los imputados no se hicieron presentes en la sala de audiencias y seis abogados defensores estuvieron representándolos.

Ariel Malvino
Horacio Pozo (34), Andrés Gallino (38), Eduardo Braun (33), a once años del hecho.

En un comunicado, los padres de Ariel, Alberto Malvino y Patricia Martin, informaron la noticia y expresaron su agradecimiento a quienes colaboraron en la causa. "Agradecemos a todos aquellos que nos acompañaron en este penoso camino, a los testigos que dieron su aporte decisivo para el veredicto final, a la fiscal Mirela Dutra Alberton, quien hizo su alegato brillante y emotivo por tres horas; a la fiscal adjunta Luana Pereira; al primer fiscal de la causa, Fabio Lyrio y a todo el personal del Ministerio Público de Santa Catarina", manifestaron.

Sobre el final, le dedicaron unas palabras a su hijo mayor: “Querido hijo: mamá y papá, frente a tu tumba, te prometieron que habría justicia; ese día llegó. Descansá en paz, amado Ariel”.

El crimen de Ariel Malvino

Ariel Malvino, estudiante de Derecho de 21 años, se encontraba vacacionando con dos amigos en la playa de Ferrugem. En la madrugada del 19 de enero de 2006, quedó involuntariamente en medio de una pelea entre argentinos que habían salido de un bar. De acuerdo al relato de los testigos, y a lo que luego fue corroborado y establecido por el Tribunal, el joven observaba lo que ocurría entre unas diez personas que peleaban, entre las cuales estaban los condenados, sin intervenir.

En ese contexto, la víctima realizó un comentario en voz alta respecto "a lo mal que hacían quedar a los argentinos" lo que estaba sucediendo. Ese hecho provocó primero la reacción de Gallino (quien tenía 27 en ese entonces), que comenzó a arrojarle piedras que recogía del suelo, ante lo que Ariel retrocedía evitando la agresión. En ese momento, recibió de parte de Pozo (22) un puñetazo en el rostro, arrojado desde atrás, por lo que Malvino no pudo defenderse o evitarlo.

Ariel Malvino
Ariel Malvino (izq.), vacacionando en Brasil junto a un amigo.

De esa manera, cayó con fuerza al piso, golpeando su cabeza contra una especie de empedrado con lozas que cubría la calle. Cuando estaba tirado en el suelo indefenso, Braun Billinghurst (22) tomó una piedra de 17,5 kilos que se encontraba en las inmediaciones y se la arrojó en el pecho. Acto seguido, los correntinos huyeron, mientras Ariel quedó inconsciente. Casi una hora después, una ambulancia lo trasladó al hospital, donde finalmente falleció.

Un peritaje determinó que la causa de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico provocado por energía mecánica y un objeto contundente. En ese sentido, según el Ministerio Público, el desenlace fatal no se produjo por la acción directa de la piedra, sino por el impacto de la cabeza de Malvino contra el suelo al desmayarse, siendo esa la lesión que provocó su deceso.

Ariel Malvino
Horacio Pozo, luego de declarar ante la Justicia en 2006.

Los acusados fueron identificados por testigos como los responsables del crimen. Los tres eran amigos y provenían de familias de clase media alta, con vínculos en la política o en la administración pública de Corrientes. Por esta razón, los medios de la época los apodaron “hijos del poder”.

Cuando comenzó la investigación, la Policía de Garopaba estableció que los sospechosos se trasladaban en un auto que era propiedad de Lautaro Braun Billinghurst, hermano de Eduardo, quién también se encontraba con ellos, pero no habría participado de los hechos. Pronto se comprobó que ya habían regresado a Corrientes.

Ariel Malvino
Los padres de Ariel Malvino calificaron en 2006 el ataque que sufrió su hijo de "cobarde" y "sanguinario"

Durante el proceso judicial, los acusados siempre sostuvieron su inocencia. Aseguraron no conocer a Malvino ni haberlo agredido. La causa avanzó entre demoras y obstáculos burocráticos, y la defensa intentó evitar el juicio oral en reiteradas oportunidades, incluso durante la pandemia. Sin embargo, todos los recursos fueron rechazados. En 2017, al cumplirse once años del homicidio, la jueza Elaine de Souza Freitas sostuvo: “El crimen fue cometido por motivos fútiles –o innobles–: un simple comentario despreciativo hecho por la víctima en relación a la conducta de los denunciados”.

Según un informe publicado por Télam en ese entonces, Braun Billinghurst estaba casado, tenía dos hijos y manejaba una empresa junto a su hermano Lautaro dedicada a la venta de maquinaria pesada como representantes de una marca internacional. La madre de ambos, Nidia Billinghurst, se había convertido en jueza de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la provincia.

Gallino Yanzi ya no vivía en Corrientes, sino que se había mudado a Neuquén y con su pareja tenía una empresa turística en San Carlos de Bariloche, que ofrecía excursiones y actividades como trekking, mountain bike y kayak. Por su parte, Pozo, también casado y con dos hijos, era veterinario, pero trabajaba en una empresa constructora propiedad de su familia. Su papá era diputado provincial del oficialismo.

MB/ds

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