De acuerdo con el informe preliminar de la autopsia del cuerpo de Matías Paredes, el joven de 26 años que fue víctima de otro caso de gatillo fácil por parte de personal policial de civil en la ciudad balnearia de Mar del Plata sufrió dos impactos de bala que le provocaron la muerte.
Según se desprende de la autopsia, “una de las balas ingresó en la escápula izquierda, atravesó la clavícula y rozó el rostro, mientras que la otra lesión se distinguió en el tórax y causó daño letal en Paredes. Los dos proyectiles llegaron en trayectoria de izquierda a derecha”. A partir de esta descripción, se presupone que los policías estaban de ese lado del vehículo donde iba la víctima.
En tanto, también se logró recuperar un plomo de calibre 9 milímetros, por lo cual, en conjunto con el análisis balístico sobre las cinco armas secuestradas, se podrá determinar quién fue el autor de los disparos a partir de la posición que ocupaban los policías al momento de detener el auto en el que Paredes viajaba ocupando el asiento de atrás.
Por otro lado, en las próximas horas se van a cotejar las armas, en especial las Bersa Thunder del oficial principal Emilio Flores (conductor de la EcoSport) y del subteniente Juan Manuel Molina, ya que se sospecha que de esas pistolas salieron los siete disparos que efectuaron los policías de civil. También se analizarán la Bersa Thunder 9 del oficial Javier Yancamil Macías, del sargento Julio Rufino Gerez y del principal Héctor Murray.
Versión “oficial”. Según reveló el diario La Capital, la versión policial del procedimiento justificó el accionar de los policías. Según explicaron, cuando bajaron a identificar a los ocupantes del Fiat Palio, “uno de ellos pareció mostrar un arma y hacer una detonación”.
De acuerdo con el que escribió Molina junto a Gerez, “estaban en la estación de servicio de Polonia y Fortunato de la Plaza en el Volkswagen Bora escuchando la radio policial por un operativo de prevención con orden de detención de Cristian Monje, el sindicado asesino del kiosquero Cristian Velázquez”.
De acuerdo a la versión de Molina, escucharon por la frecuencia policial que “una Ford EcoSport con personal policial venía siguiendo al Fiat Palio por considerarlo sospechoso y en su relato el policía indicó, además, que tenía el dato de que Monje iba a ser trasladado de noche a la ciudad de Miramar, por lo que decidieron sumarse a la interceptación”.
Según se describe en el acta, “nos identificamos como personal policial, observando desde la luneta a un masculino realizar ademanes con un arma tipo revólver color plateado y tras ello se escucha un fuerte estruendo”.
“Acto seguido, el rodado acelera con claras intenciones de fugarse del lugar y esquivando el automóvil en el que nos desplazábamos. Tras haber escuchado la detonación mencionada, el suscripto (Molina) extrae el arma reglamentaria y procede a efectuar varias detonaciones, aproximadamente tres, como así también el principal Flores Emilio, el cual tenía colocado chaleco de transporte mismo reza inscripto ‘Policía’, consecuentemente, el rodado Fiat Palio, sale raudo en fuga, comenzando una persecución”.