La fiscalía que interviene en el juicio contra Isidro Álvarez (64), el portero de un edificio del barrio de Núñez que está acusado de abusar sexualmente de siete niñas menores de 12 años entre 1995 y 2019, pidió que se lo condene a 25 años de prisión.
En un duro alegato ante el Tribunal Oral Criminal y Correccional N° 27 de la Ciudad de Buenos Aires, el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente describió la conducta criminal del imputado, lo acusó de mentir en su relato y aseguró que todas las cosas que piensa de él “son malas”.
“Todas las personas víctimas de abuso sexual en estos siete hechos son niñas. Son niñas cuyas edades van de 7 a 11 o 12 años de edad. Este es el factor común que tenemos en todos estos hechos de abuso sexual que se le siguen al señor Álvarez”, comenzó enumerando el representante del Ministerio Público Fiscal.
“Creo que es agobiante ir describiendo cómo se abusa de una nena, cómo una persona puede ser capaz de sentir placer en abusar de una nena. Cómo una persona está dispuesta a vulnerar la integridad sexual de una nena. Y en realidad no de una, sino de siete, aunque en realidad sabemos que fueron más de siete, pero siete son las que constituyen el objeto de este proceso”, aseveró en el pedido de condena contra Álvarez, quien permanece detenido desde el 27 de octubre de 2023.
Para el fiscal, “en todos los casos hay un denominador común”. “El señor Álvarez era el encargado de un edificio y esa circunstancia era determinante para que pueda llevar adelante los abusos que decidió realizar”, indicó.
Habla una víctima del portero de Núñez: “Jamás me imaginé que les hacía lo mismo a otras chicas”
Sobre la tipificación legal dijo que “el procesado debe responder como autor del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser encargado de la guarda. “Las nenas iban a esa casa para que las cuiden, para que alguien esté cuidándolas, y quien estaba y debía estar cuidándolas era quien abusaba sexualmente de ellas, por lo menos una de las personas que debía estar cuidándolas, porque no se necesita que el cuidado sea exclusivo”, entendió.
En el cierre de su alegato, Pérez de la Fuente se dirigió al acusado, que permaneció todo el tiempo sentado junto a su abogada defensora, y lo criticó por la increíble excusa que brindó en su relato.
En el juicio, que comenzó en febrero pasado, declararon las víctimas y también sus familiares, amigos, psicólogos y especialistas que las asistieron a partir de los abusos que sufrieron entre los años 1995 y 2019. También el acusado, que se declaró inocente y aseguró que lo denunciaron por una cuestión económica.
“Creo que hubiera sido mejor que se quede callado”, le dijo el fiscal al portero. “Porque –agregó– para decirnos que estas denuncias son para que no le pagaran la indemnización es verdaderamente increíble. Si no cabía ninguna duda del relato de las nenas abonado por los psicólogos, abonado porque se refuerzan entre sí, abonado por el componente emocional que cada una de ellas pone, esto es increíble”.

“Si fuera como usted dice –continuó el fiscal en su alocución–, que alguien quería despedirlo sin pagar la indemnización, no iban a convencer a sus hijas para que digan que fueron víctimas de abusos sexuales, cuando en realidad ninguna madre convenció a sus hijas sino que fueron las hijas las que les advirtieron a sus madres que habían sido víctimas de abusos sexuales. Entonces, suponer que pudieron estas chicas haber declarado inducidas, haber declarado una mendacidades un desprecio total hacia las víctimas. Porque las víctimas sufrieron a una determinada edad, sufrieron en la adolescencia posterior y sufren hoy. Y sufren hoy por la conducta del procesado. Así que si era para pagar una indemnización se podía inventar cualquier mentira”.
Acerca de la pena que le corresponde al acusado, el fiscal se preguntó: “¿Cuál es la pena para un hombre que decide victimizar a nenas que conoce desde los 4 años? ¿Cuál es la pena para alguien que decide victimizar a nenas de 8 a 11 años o 12 años? ¿Cuál es la pena para quien decide victimizar a nenas que van a su casa a ser cuidadas por él porque tienen una relación con su hija por ser amiga? ¿Cuál es la pena para un hombre que decide victimizar a sus sobrinas? ¿Cuál es la pena para un hombre que generó en cada una de ellas un trauma tan importante que aún hoy existe?”.
“¿Qué podemos decir a favor de este hombre?”, les planteó a los jueces. “A lo mejor la señora defensora tiene algo para decir pero a mí, la verdad, no se me ocurre nada. Todo lo que se me ocurre es malo. Así que voy a coincidir con la querella y solicitar que se lo condene a la pena de 25 años de prisión, más accesorias legales”, reclamó.
Los duros relatos y las secuelas de las víctimas del portero abusador de Núñez
La querella también pidio 25 años para Isidro Álvarez
Antes del fiscal Pérez de la Fuente, y en dos etapas, la abogada María de los Ángeles Giménez, a cargo de la querella junto Walter Reinoso, pidió la misma pena al entender que Álvarez es responsable por los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante en concurso ideal con corrupción de menores”.
“Las víctimas de estos delitos siguen siendo víctimas toda la vida y esto no va a poder ser reparado. Destaco la necesidad de llegar a este momento, de ser escuchadas y destaco también que las víctimas denuncian y cuentan su hecho cuando pueden y como pueden”, expuso la letrada.
“La situación en que se encontraban estas víctimas, vuelvo a decir eran niñas, lo cual estaban expuestas a mucha vulnerabilidad. Una de ellas quiso contarlo un montón de veces y siempre tuvo el freno de su familia. Otra se tomó el tiempo hasta que un día pudo hacerlo. Y una tercera tuvo que convertirse en psicóloga o estudiar Psicología para entender que estaba sumergida, que había sido víctima de abuso sexual por parte de Isidro Álvarez”, destacó.
Qué dijo durante el juico la defensa de Isidro Álvarez
A su turno, la defensa del acusado pidió la absolución y planteó que los testimonios de las víctimas “fueron inducidos por terceras personas”, en coincidencia con el planteo que hizo el portero cuando declaró ante el Tribunal.
Finalizada la etapa del alegato, el juicio pasó a un cuarto intermedio antes de dar a conocer la decisión final del tribunal. Este lunes 17 de marzo informarán a las partes la fecha y la hora del veredicto.
Álvarez fue detenido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires el 27 de octubre de 2023, tras una investigación judicial que demandó más de dos años y en la que al menos siete de sus víctimas contaron los padecimientos que sufrieron cada vez que entraban a la portería del noveno piso del edificio de la calle Cuba al 2900, en el barrio porteño de Núñez.
Sus víctimas –hijas de familiares, amigas de su propia hija y hasta menores que cuidaba su mujer– tenían entre 7 y 11 años cuando fueron sometidas sexualmente. Muchos de los ataques –según consta en la causa– ocurrieron en el interior del departamento que ocupaba el portero, pero también en el cuartito del edificio donde guardaba los elementos de trabajo, y hasta en el ascensor.
Víctimas asesoradas por la UBA
Las víctimas que dclararon en el juicio contra el portero Isidro Álvarez son asesoradas con el patrocinio gratuito de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Tanto Giménez como Walter Reinoso, a cargo de la comisión 1309 Derecho Penal Juvenil del Centro de Práctica Profesional, acompañaron a las denunciantes desde que se abrió la causa con dos denuncias, y en pocos meses se sumaron otras cinco.
La Facultad de Derecho recibe cerca de 15 mil consultas por año y brinda asesoramiento gratuito los 365 días del año.
“Tenemos en el patrocinio más de 7 mil causas judiciales y administrativas en trámite. Son 105 comisiones y hay aproximadamente 300 docentes y cerca de 2.200 alumnos”, dijo a PERFIL el secretario de Extensión Universitaria de la UBA.
La comisión tiene un papel fundamental al proporcionar un espacio de apoyo y asesoramiento a aquellos que, de lo contrario, se encontrarían en desventaja frente a los desafíos legales.
“Es crucial resaltar que, en el caso particular del portero, algunas de las víctimas residían en cercanías al domicilio del imputado, lo que añadía una capa adicional de angustia a su ya de por sí dolorosa experiencia. Vivir con el constante temor de cruzarse con su agresor, mientras este continuaba con su vida cotidiana en libertad, generaba un estado de vulnerabilidad constante para ellas”, dijeron desde la querella que interviene en el juicio contra el encargado.
LT