"Me podrían haber matado; un paquete de Top Line de menta me hizo de escudo", había contado el año pasado Cristián Javier Velázquez, un kiosquero de la ciudad de Mar del Plata que sufrió un robo que casi le costó la vida. Este lunes, el comerciante que en ese momento se salvó por un paquete de chicles volvió a ser víctima de dos ladrones que lo atacaron y lo asesinaron de un disparo en la cabeza; la crónica de una muerte anunciada que llegó tras denunciar que fue asaltado en múltiples ocasiones.
El hecho ocurrió en Jacinto Peralta Ramos al 700, entre las calles Iralay Ortiz de Zárate y cerca del estadio mundialista José María Minella, donde Velázquez tenía su negocio y en el que se había conocido su caso luego de que una bala quedara incrustada en los chicles que vendía.
Velázquez, que en poco más de una semana iba a cumplir 51 años, en aquel episodio se defendió con un gas pimienta que tenía escondido, luego de ser atacado a balazos. Este lunes intentó protegerse de la misma manera, pero esto habría animado a los delincuentes que habían llegado a su local en una moto a dispararle antes de darse a la fuga.
Según los primeros análisis de los investigadores, los sospechosos serían dos hombres. “Fue una secuencia muy rápida, huyeron sin concretar el robo”, explicó a la prensa el fiscal Alejandro Pellegrinelli, quien está a cargo de la causa caratulada como "Homicidio en Ocasión de Robo" junto a la Dra. María Constanza Mandagarán.
Además, el funcionario judicial confirmó que la víctima murió a raíz de un "único balazo letal con entrada en la zona frontal del cráneo y salida en la parte posterior”. Acerca del arma utilizada en el crimen, detalló que no se encontró la vaina pero "tenemos una trayectoria balística, y sería un arma calibre 32 o 38″.
En las últimas horas, trascendió la grabación de una de las cámaras de seguridad del negocio, la cual registró el momento en que los ladrones llegaron en motocicleta. El momento en que huyeron también estaría captado por otros dispositivos de vigilancia y las autoridades ya habrían identificado al menos a uno de los autores del hecho.
El intento de robo ocurrió antes de las 16 horas y fueron vecinos quienes llamaron al número de emergencias 911 para pedir ayuda inmediatamente. Al lugar asistieron tanto personal policial como de médicos del servicio SAME, quienes constataron que el kiosquero ya había fallecido cuando llegaron.
El local de la calle Jacinto Peralta Ramos se encuentra en una zona muy comercial y transitada de la ciudad balnearia bonaerense. A pesar de ello, Velázquez había relatado durante una entrevista en 2024 que los vecinos "se acostumbraban a que pasen los robos a cada rato".
El otro ataque en el que se salvó de milagro
En abril del año pasado, dos delincuentes armados también entraron a robar pero el comerciante se salvó de milagro por un paquete de chicles ubicado frente al mostrador que se interpuso entre el proyectil y él. “Zafé por los paquetes de chicles”, insistió al decir que, para ese momento, era el sexto ataque que había padecido desde que había empezado el 2024.
"Uno de los malvivientes me pidió plata, no reaccioné y ahí me tiran el primer tiro, que le pega a los chicles y por eso no me da a mí”, dijo al medio La Capital. Entonces, contó que tomò su gas pimienta y roció primero al que le había disparado, y luego al que estaba al lado. "Cuando se están yendo ya con el efecto gas pimienta, me apuntó como para tirarme y como no pudo, tiró para arriba, pegó por ahí; hirió a su secuaz", agregó.
La situación se vio entorpecida por la ineficiencia del botón de antipánico, que no respondió cuando el kiosquero intentó activarlo para solicitar ayuda, pero una mujer que vive por la zona había alertado a las autoridades.
“No tengo miedo, es más impotencia y bronca. Un policía me dijo: ‘Vos no tenés que hacer nada, tenés que llamarnos a nosotros’. Pero yo toqué el botón antipánico y no vinieron. Cuando los llamaron tardaron 20 minutos en llegar y yo no puedo esperar ese tiempo mientras alguien me apunta", reclamó en aquella ocasión.
“Sentí que me podían haber matado, porque es así todo momento, estamos solos, no hay seguridad. Acá siempre pasa algo, en esta cuadra siempre a alguien le están robando”, cerró.
FP