La policía de la Ciudad detuvo este miércoles a Abel Guzmán, el estilista que era buscado desde hacía 70 días por el asesinato de su colega Germán Medina, en Recoleta. Las claves del caso resultaron ser un llamado anónimo por una recompensa millonaria y una “changa” que había conseguido en Paso del Rey. A pesar de que era intensamente buscado y hasta tenía una alerta de Interpol, el hombre no se escondía y confiaba en su cambio de look.
Guzmán, por quien se había ofrecido una recompensa millonaria, fue atrapado en el partido bonaerense de Moreno, donde se habría refugiado en una casa de allegados. El hombre, que era oriundo del distrito de Merlo, se encontraba en una vivienda situada en Miserere al 4.800, de la localidad de Paso del Rey y fue rastreado por las direcciones IP de la activación de sus redes sociales.
Además, "detectives de la División Capturas de Prófugos de la policía de la Ciudad tenían el dato de dónde Guzmán podía estar escondido”, indicaron voceros de la fuerza en referencia a un llamado anónimo, interesado en la recompensa de cinco millones de pesos que había ofrecido el Ministerio de Seguridad de la Nación. “Hicieron una discreta vigilancia hasta que lo vieron salir y lo detuvieron", continuaron.
El homicida no se escondía de forma muy estricta, ya que según informó Clarín, hacía changas para una jubilada y se ofrecía en el barrio para cortar el césped. "Estaba ahí adentro y salió de la casa. Estaba adentro y fue una vecina la que lo reconoció. Ahí vive una señora grande", indicó a la prensa un hombre que vive en la misma cuadra donde se escondía Guzmán. En tanto, una mujer aportó que Guzmán "llegaba de noche" y que lo había llevado a la casa el hijo de la dueña del inmueble. "El hijo de la dueña de la casa es un sinvergüenza y él lo trajo acá", apuntó la vecina.
A mediados de abril, Interpol emitió una alerta roja para dar con Guzmán y el Programa Nacional de Recompensas del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, hizo el ofrecimiento millonario como recompensa por datos que llevaran a su detención. Cuando lo encontraron, el homicida había cambiado su aspecto físico: las fotos de la policía lo muestran con el pelo corto y una barba tupida, sin bigote. Al momento de asesinar a su compañero de trabajo se había rapado por completo, pero solía usar el pelo largo y tenía una contextura física más robusta.
La pareja de Germán Medina reflexionó sobre la metamorfosis física de Guzmán, de 43 años: "Está súper cambiado. Si veo el video y las fotos, era prácticamente imposible encontrarlo. El cambio es muy notable. Está mucho más flaco, la barba, el pelo... Hubo un cambio radical en él", observó Julio Mendoza en declaraciones a TN. Algunos vecinos de la zona aseguraron que no lo habían visto en los días previos y que no lo reconocieron por el cambio físico.
El asesinato de Germán Medina
Abel Guzmán protagonizó el sangriento episodio que derivó en la muerte del colorista Germán Medina en la peluquería Verdini, donde ambos trabajaban, en el barrio porteño de Recoleta. El ataque de Guzmán, quien asesinó al joven de 33 años de un disparo en la cabeza tras una discusión, quedó registrado en las cámaras de seguridad del local, mientras que la víctima fue trasladada al Hospital Fernández, en grave estado, y falleció poco después.
El criminal persiguió al dueño de la peluquería, pero finalmente escapó por una ventana y desde aquel día se desconocía su paradero, hasta que fue apresado este miércoles en una casa ubicada en la calle Miserere, de Moreno, luego de que una vecina alertara a las autoridades. Al día siguiente del trágico episodio, desde el Juzgado N°48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, se firmó el pedido de captura.
Por su parte, el dueño del local —Facundo Verdini—, cerró el negocio durante algunas semanas por temor a una nueva aparición de Guzmán, hasta que finalmente decidió reabrir el 12 de abril, aunque con custodia policial en las inmediaciones. El pasado 20 de mayo se cumplieron dos meses del crimen y la familia de la víctima reclamó justicia y escrachó al salón con carteles que destacaban que “lo dejaron solo” y “ninguno de los de este lugar se acercaron a estar con él, ni se comunicaron con la familia”.
"No tuvieron ni un poco de compasión por él, ni por su familia. Es una vergüenza que siga en pie este lugar. Se cumplen dos meses sin Ger", ahondaron. Marina, hermana de Germán, también realizó un descargo en redes sociales en el que recriminaba que los que “supuestamente querían” al joven “siguieron sus vidas como si nada”. “Tu vida no valió nada para ninguno de ellos”, consideró.
ML / ED
