Breaking Bad significa “corrompiéndose” o “volviéndose malo”. Adrián Alejandro L., un DJ de clase media que organiza fiestas electrónicas, fue detenido el martes pasado durante un operativo que desbarató una banda dedicada a fabricar, distribuir y comercializar pastillas de éxtasis. Para la investigación, el rol de Adrián era clave en la banda: era el hombre a cargo de la producción de la droga. Y lo hacía en su casa de Olivos.
A diferencia de Walter White, protagonista de la serie norteamericana, Adrián, alias “el Tano”, no es profesor de química ni tiene estudios relacionados con la materia, pero conocía la fórmula para fabricar drogas de diseño de forma casera. “Los datos se pasan de boca en boca y hay personas dispuestas a llevarla adelante. Esto potencia la peligrosidad de la droga producida que, además, es de mala calidad”, indicó a PERFIL un alto jefe de la Policía Federal.
En el allanamiento al domicilio del Tano, los agentes de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, a cargo de Néstor Roncaglia, hallaron todos los elementos que eran utilizados en la fabricación de las pastillas: una máquina especialmente acondicionada, dos balanzas electrónicas, sustancias de corte, tinta y varios cuños con el formato de marcas características en las drogas de diseño. En ese domicilio secuestraron 3.228 pastillas de éxtasis, treinta y dos troqueles de LSD, 18.940 pesos y 4 mil dólares en efectivo, 150 gramos de cristal de máxima pureza y sustancia en polvo MDMA para producir unas 40 mil pastillas más.
Laboratorio. Los pesquisas llegaron hasta la vivienda, ubicada en la calle Capitán Bermúdez al 2100, tras las pistas obtenidas de los teléfonos celulares de otros miembros de la organización que también fueron detenidos. Fuentes de la causa indicaron a PERFIL que a lo largo de la investigación el juzgado de Torres dio la orden para intervenir al menos 45 líneas telefónicas, debido a que los integrantes de la organización cambiaban de números para no ser detectados. El operativo, bautizado “Rola Fest”, terminó con 13 detenidos.
En el expediente, a cargo del Juzgado Federal Nº12 de Sergio Torres, figura el análisis sobre datos “sensibles” como mensajes de texto –entrantes y salientes– y las comunicaciones efectuadas desde y hacia esos abonados telefónicos. Incluso, para acceder al núcleo duro de la banda, los investigadores debieron realizar auscultaciones de celulares tipo Nextel, un aparato de telefonía que impide la intervención si la comunicación es vía modulada. Las escuchas permitieron determinar el rol de cada uno de los miembros y sus proveedores. Por su forma de hablar, sospechan que el Tano era uno de los líderes.
Los detectives consiguieron reproducir con claridad la cadena de distribución, cómo respondían al líder y cómo efectuaban las entregas. La organización narcocriminal cayó cuando los investigadores lograron registrar a uno de los investigados con “lo que parecía ser bolsas con sustancias en polvo de distintos colores, similares a las que se utilizan para la fabricación de las pastillas y que le dan la tonalidad”, indicaron las fuentes.
La mayor parte de la banda reside en zonas de alto poder adquisitivo como Vicente López, Olivos, Florida y Parque Leloir, y se movilizaban en vehículos de alta gama.
Fuentes con acceso a la causa indicaron que este jueves llegaron al juzgado los resultados de las pericias sobre las pastillas secuestradas: “Gran parte arrojó como resultado MDMA (sustancia activa del éxtasis), pero unas 2 mil pastillas presentan una sustancia conocida como butilona, similar a la metilona, que tiene efectos similares al cristal de MDMA”, señalaron. Tanto la butilona como la metilona, cada vez más utilizadas en la fabricación de drogas de diseño, no están incluidas en el listado de sustancias prohibidas. La última actualización del Sedronar de listas se hizo en 2010, cuando se incluyó la ketamina.