POLICIA
Bahía Blanca

Investigan por "falso testimonio" a un instructor de perros que intervino en el caso Astudillo Castro

El acusado, Marcos Herrero, se desempeñó como perito en la causa por la desaparición y posterior muerte de Facundo Astudillo Castro. La fiscalía lo acusa por siete procedimientos en los cuales el ahora imputado habría plantado pruebas que alteraron el curso de la investigación.

Caso Facundo Astudillo Castro 20240613
Caso Facundo Astudillo Castro | CEDOC

La Fiscalía Federal N°1 de Bahía Blanca solicitó por intermedio de su titular Santiago Ulpiano Martínez la elevación a juicio por el delito de falso testimonio agravado contra el instructor de canes Marcos Herrero, quien actuó como perito en la causa por la desaparición y posterior muerte de Facundo Astudillo Castro, desaparecido el 30 de abril de 2020 y hallado sin vida el 15 de agosto del mismo año en un cangrejal del estuario de Bahía Blanca.

Herrero es acusado por haber incurrido en la figura de falso testimonio en siete oportunidades, y su situación se agrava porque el comportamiento denunciado se encuadra en una causa criminal contra los inculpados.

Sobre este punto, el fiscal Martínez sostuvo que en esas siete intervenciones el acusado “procuró incorporar a la causa conclusiones mendaces y pruebas plantadas, con el claro objeto de incriminar a los miembros de las fuerzas policiales en la desaparición de Astudillo”.

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El magistrado indicó asimismo que el imputado inducía a sus perros a que adoptaran determinados comportamientos para forzar una interpretación incriminante, manifestando que los animales habían identificado olores de la víctima desaparecida.

En función de lo anterior, se destacó que el acusado “habría sido quien colocó los elementos de prueba en las escenas rastrilladas (un amuleto en forma de sandía y dos piedras turmalinas), todo lo cual vulneró gravemente el sistema judicial al ponerse en marcha el andamiaje judicial a fin de investigar y reprimir un delito inexistente”.

A su vez, el fiscal consideró "contradictorio" el hallazgo de dos piedras turmalinas, siendo que Astudillo sólo portaba una como colgante. 

Por otro lado, se pudo constatar que ambas rocas no pertenecían al mismo cristal y a través de un testimonio se supo que la turmalina que Astudillo llevaba en su collar era de color violeta y no negra. En cuanto al amuleto con fisonomía de sandía, Martínez advirtió que “tres testigos diferentes -muy cercanos a Facundo Astudillo, entre ellos su ex pareja con quien convivió- manifestaron no haberlo visto nunca, lo que permite suponer que no lo portaba consigo habitualmente”.

Caso Facundo Astudillo Castro 20240613
Facundo Astudillo Castro.

De este modo, la fiscalía puso de relieve que los resultados de las diligencias de Marcos Herrero "no sólo van en contra de las reglas técnicas y científicas que rigen las tareas de búsquedas con canes, sino que también desafían la lógica y el sentido común”. Conforme a lo dicho, también se remarcó que la técnica utilizada por el perito en el caso fue “drásticamente derribada por sus colegas”.

El requerimiento también se apoyó en la perspectiva de uno de los especialistas convocados al proceso, en cuya declaración testimonial señaló que “un único perro no puede ser utilizado para buscar drogas, explosivos, seres vivos y/o cadáveres, como el imputado presenta a su can 'Yatel'”, mientras que por otra parte afirmó que “no hay posibilidad de que la esencia de Facundo Astudillo permaneciera en los objetos encontrados, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido hasta su hallazgo”, teniendo en cuenta que “luego de 36 horas es muy difícil que se perciban los rastros odoríferos de la persona”.

La fiscalía subrayó que el acusado procedió de la misma forma en otro caso, que le valió una condena reciente en el fuero provincial de Mendoza. Allí, se resolvió una pena de 8 meses de prisión de ejecución condicional al ser considerado autor penalmente responsable del delito de encubrimiento simple. Al respecto, el fiscal razonó que si bien los hechos no están necesariamente vinculados entre sí, hablan de un "modus operandi claro y reiterado" por parte del instructor de canes: “Si bien el hecho aquí investigado no se encuentra prima facie vinculado al que le importó una condena, no puedo dejar de remarcar que nos encontramos ante un modus operandi claro y reiterado en el tiempo por una misma persona”.

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En qué se basa la acusación de falso testimonio

Las siete intervenciones de Marcos Herrero rotuladas como falso testimonio son las siguientes:

- 22 de julio de 2020, cuando ofició de guía del can “Yatel”, en el momento en que se llevaba a cabo el registro de los vehículos policiales. Allí el perito había indicado que, tras la toma de olor a partir de una prenda que pertenecía al desaparecido, el perro realizó marcaciones sobre posibles esencias y manchas hemáticas en ambos rodados.

- 31 de julio: en el contextó del allanamiento realizado en el Puesto de Vigilancia de Teniente Origone, como guía del mismo perro, el sospechoso dijo haber identificado en el sector trasero de la dependencia policial, en lo que habría sido un calabozo, una bolsa transparente que llevaba un paquete de cigarrillos en estado de descomposición con dos mitades que al unirlas componían un objeto símil a una esfera con dibujo de sandía, que contenía adentro un dije de una vaquita de San Antonio de color verde. La fiscalía consignó al respecto que otros tres canes adiestrados en la búsqueda de restos humanos (“Armis”, “Tom” y “Uma”, pertenecientes  a la Policía Federal Argentina y a la Superintendencia Federal de Bomberos) efectuaron recorridas por la misma zona, sin hacer señalamientos. Apoyado en esta discrepancia, el fiscal llegó a la conclusión de que los supuestos elementos de prueba habían sido colocados en la escena por el imputado.

- El 7 de agosto se realizó un rastrillaje en el que participó el acusado con sus dos canes, “Duke” y “Yatel”. En dicho procedimiento el instructor y perito refirió que el primero habría realizado una marcación de carácter pasivo que podía ser el indicio de la presencia de posible esencia perteneciente a Facundo Astudillo Castro, mientras que el otro can habría marcado un cactus en la zona trasera de una vivienda. Los elementos hallados resultaron ser material óseo y luego del peritaje correspondiente se puso que pertenecían a animales.

- 2 de septiembre: en el marco de un procedimiento de levantamiento de rastros de un vehículo policial, el sospechoso dio a conocer una marcación positiva del perro sobre la butaca trasera en relación a alguna esencia perteneciente a Astudillo Castro.

Semanas más tarde, el 18 de septiembre, se realizaron tareas sobre otro vehículo y el perito aportó la marcación activa de su perro por reconocimiento de aroma en el asiento delantero del lado del acompañante, así como en el área del baúl. En esta instancia llamó la atención sobre varios fragmentos similares a vidrios traslúcidos, algunos con superficie color negro, y sobre otro elemento de color negro de tamaño pequeño, ambos pertenecientes a la víctima.

En otro allanamiento posterior que tuvo lugar el 18 de febrero del 2021 en el Puesto de Vigilancia de Teniente Origone, el can “Yatel” habría identificado, según su instructor, una vez más en el sector del calabozo, el umbral de olor de la víctima, con la marcación adicional de un elemento de color negro.

La séptima intervención considerada falso testimonio ocurrió el 22 de marzo del 2021, en el marco de otra inspección realizada junto al can. Allí el perito efectuó una marcación activa en la caja y la compuerta de un vehículo, que según consta en el acta labrada se correspondería con un patrón de olor de Astudillo Castro.

Caso de Facundo Astudillo Castro

Caso Facundo Astudillo Castro 20240613

Facundo Astudillo Castro desapareció el 30 de abril de 2020 hasta que su cuerpo apareció esqueletizado en el cangrejal del estuario de Bahía Blanca el 15 de agosto del mismo año.

Según las pruebas, la víctima salió a dedo desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca (recorrido de unos 120 kilómetros) para visitar a su exnovia, en el contexto en el que regía la cuarentena estricta como medida sanitaria por la pandemia del coronavirus. La norma decretada por el Ejecutivo prohibía la circulación en la vía pública, salvo que se tratara del personal denominado "esencial", y autorizaba la intervención de las fuerzas de seguridad para hacer cumplir lo dispuesto.

Se pudo saber que el joven había pasado la noche del 29 de abril en la casa de un amigo y en la mañana del 30, a las 5.00, inició el viaje a pie por la Ruta Nacional N°3. Luego de recorrer los primeros 30 kilómetros del trayecto, Facundo arribó a Mayor Buratovich, donde llegó gracias a un automovilista que lo acercó. El joven tuvo allí su primer encuentro con una autoridad policial alrededor de las 10.00.

La mamá de la víctima, Cristina Castro, reconoció a mediados de agosto de 2020 una zapatilla de su hijo en Villarino e insistió en la hipótesis de una desaparición forzada. La mujer aseguró en aquel entonces que a Facundo "lo desaparecieron por romper la cuarentena”.

Sin embargo, las incógnitas del caso empañan la investigación y hasta la fecha requieren esclarecimiento.

La evidencia forense obtenida en diferentes procedimientos, los datos técnicos extraídos de dispositivos de telefonía celular y las declaraciones testimoniales relevadas no han sido suficientes para conformar una reconstrucción uniforme y cronológica del derrotero de Astudillo Castro.

 

CA/HB