El supuesto femicida de Catalina Gutiérrez (21), la influencer cordobesa y estudiante de arquitectura que apareció asesinada en un auto abandonado el jueves 18 de julio pasado, estuvo cara a cara con el fiscal José Alberto Mana. Fue durante 28 minutos. No respondió preguntas, pero confesó que cometió el crimen.
Néstor “Nuni” Aguilar Soto (21), que cursaba con Catalina la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), está acusado por el delito de “homicidio calificado por alevosía y por mediar violencia de género”.
El femicida llegó a los tribunales a la mañana, pero recién cerca del mediodía ingresó al despacho del fiscal. Esposado, con una remera gris y un pantalón oscuro, le dijo al fiscal que mató a Catalina y que estaba arrepentido, aunque no dio más detalles. “Fui yo, la maté. Arruiné mi vida y la de dos familias”, le dijo.
Su abogado defensor, Gastón Schönfeld, explicó a la prensa que antes de presentarse en fiscalía pidieron “verificar las pruebas como condición para declarar, porque él (por Aguilar Soto) no iba a hablar a ciegas”. “Lamentablemente no pudimos acceder a todo el caudal probatorio, que es extenso. Nos han enumerado la cantidad de pruebas”, amplió el abogado.
Schönfeld reconoció que su cliente “realizó una manifestación donde específicamente dijo que había sido él”. “Fue breve y está muy arrepentido”, agregó.
Nuni permanece detenido en el Complejo Penitenciario de Bouwer, donde entre otros presos se encuentra el líder de Generación Zoe, Leonardo Cositorto. Durante los primeros días estuvo alojado en el sector de enfermería, aislado del resto de la población. Sin embargo, cuando iba a realizar una videollamada fue amenazado por otro detenido y días después fue enviado a un pabellón común con presos de “baja peligrosidad”.
Desde que fue encerrado recibió a su madre, una funcionaria municipal que vive en Bariloche y llegó a Córdoba para seguir de cerca el proceso judicial, y a su papá de crianza.
Según su abogado, el acusado “no está bien”, pero viene mejorando gracias al “acompañamiento de un asistente social y de una psicóloga que lo atienden en el penal”. “Su estado anímico ha ido mejorando desde el primer día que lo hemos visto, lo cierto es que él ha recibido asistencia psicológica y de una asistente social. También recibió la compañía de su madre y su padre en crianza, y eso ha permitido que su estado de salud, lógicamente, mejore”, contó Schönfeld.
Sin embargo, el acusado se negó a realizarse las pericias psiquiátricas y psicológicas que pidió la Justicia. “No prestó colaboración por consejo técnico, como parte de la estrategia defensiva y el equipo nuestro de peritos”, argumentó sobre este punto el letrado que lo asiste.
Sobre las pruebas que complican a su defendido, el abogado indicó que los investigadores están analizando el teléfono de Aguilar Soto y apuntó que la fiscalía le confirmó que fueron secuestrados “los registros filmográficos de los domos policiales y municipales”. “El resto nos enteraremos cuando podamos acceder al expediente”, señaló.
El femicidio. El miércoles 17 de julio a la noche, Catalina le pidió prestado el auto a su mamá porque se iba a encontrar con su novio y amigos en el shopping Patio Olmos para jugar al bowling. Nunca llegó.
Con el paso de las horas y la falta de noticias, su familia comenzó a desesperarse y realizó una denuncia por desaparición. El jueves 18 a la madrugada la Policía de Córdoba halló el Renault Clio de la mamá de la chica. Estaba abandonado en un descampado y a medio incendiar. Adentro hallaron el cuerpo de Catalina.
La operación de autopsia reveló que la causa de muerte de la joven fue “asfixia por estrangulamiento”. El informe forense también señaló que el cuerpo presentaba golpes y quemaduras, aunque se cree que esto último fue post mortem cuando el femicida intentó prender fuego el auto para borrar pruebas.
A partir del hallazgo, los investigadores comenzaron a reconstruir las últimas horas de la chica y el recorrido que realizó desde que salió de su casa. Al entrevistarse con sus amigos y compañeros de estudio, hubo uno que despertó sospechas: Néstor Aguilar Soto, al que esa noche Catalina pasó a buscar por su casa para ir al Patio Olmos.
El acusado se quebró ante los policías, aunque sus dichos no pueden ser tomados como una confesión. Dijo que tuvo un desborde emocional y aseguró que la influencer era el “amor de su vida”.
Siguiendo esa pista, la Justicia ordenó allanar su casa y así obtuvo una pista clave: un anillo que la chica había perdido durante el forcejeo. Lo que se cree es que Soto asesinó a Catalina en su domicilio, pero todavía no está claro por qué. Si fue en el marco de un ataque sexual.
Catalina y Nuni eran compañeros de estudio. Ella estaba de novia con otro joven que estudiaba la misma carrera que ellos, y con el que también iba encontrarse la noche que desapareció.
“No es una mala persona, es una bestia”
El papá de Catalina calificó como una “bestia” a Néstor Aguilar Soto, el único acusado por el femicidio de su hija, y reveló que cuando encontraron el cuerpo de su hija el principal acusado consoló a su esposa.
“Yo no creo que sea una mala persona, sino que es una bestia”, dijo Marcelo Gutiérrez sobre el presunto femicida. “Nosotros como familia lo único que pretendemos es que realmente se haga justicia y que le caiga todo el peso de la ley y que por el asesinato por alevosía, le den la cadena perpetua”, agregó en declaraciones al canal A24.
Sobre las pruebas reunidas, señaló que “la Justicia tiene todos los elementos y todos los datos para que esta causa se cierre en el menor tiempo posible”. “Tienen toda la información, todas las cámaras, está todo clarísimo cómo se hizo, quién fue, a qué hora llegó. Es muy contundente lo que hay. Seguramente los defensores irán a dilatar el tema, interponiendo algunas cuestiones, pero días más, días menos, meses más, menos, estoy convencido de que la Justicia va a fallar como corresponde y le van a dar la cadena perpetua”, señaló el papá de la víctima.
Gutiérrez reveló que conocía al acusado porque muchas veces había ido a estudiar a su casa, pero aclaró que nunca tuvo una charla profunda con él. “Era amigo de Catalina, cursaba una materia con ella. Era una persona conocida desde hace más de dos años. Nunca tuve una charla profunda sobre qué pensaba de la vida”, apuntó.
El papá contó que Aguilar Soto actuó con un “cinismo increíble” cuando se supo que Catalina había sido asesinada. “A mi mujer la abrazaba y le decía: ‘Qué le pasó a Catalina, quién fue, por Dios, un horror, un espanto’. La verdad que ni un animal es capaz de comportarse de esta manera”, dijo el hombre.
