A cuarenta y cinco días de la desaparición de Loan Danilo Peña, en las últimas horas se escribieron nuevos capítulos de una saga que, si bien se conoce el principio, el final está lejos de resolverse.
El viernes, por ejemplo, el expolicía Francisco Méndez fue liberado por “falta de mérito”, según el dictamen de la jueza Cristina Pozzer Penzo, quien investiga la desaparición del menor de 5 años en la localidad correntina de 9 de Julio. Es el primero de los detenidos en la causa en ser liberado por la Justicia Federal.
Por la desaparición de Loan Peña la tarde del 13 de junio, la Justicia mantiene detenidos a los tíos del chico, Bernardino Antonio Benítez y Laudelina Peña; al excapitán de navío Carlos Pérez y su esposa, María Victoria Caillava; la pareja integrada por Mónica Millapi y Daniel “Fierrito” Ramírez, y al excomisario Walter Maciel.
Méndez estuvo detenido nueve días por pedido de los investigadores de la Policía Federal. Creían que era el informante del comisario Walter Maciel, quien aún permanece detenido.
La magistrada ordenó su liberación después de haberle tomado testimonio, y consideró que no había elementos para acusarlo por la supuesta sustracción de Loan.
En este sentido, y de acuerdo a versiones periodísticas, el relato pormenorizado de lo que hizo el día de la desaparición de Loan pudo comprobar que estuvo en la casa de su cuñada, y el relato de cómo encontró la zapatilla del nene en el lodazal, más la fragilidad de los testimonios de Walter Adrián Maciel y Laudelina Peña, fueron “las llaves” que abrieron las puertas del calabozo en el que se encontraba detenido en Goya.
Como se recordará, Méndez había sido el último de las aprehendidos tras la declaración de Laudelina Peña, tía de Loan, quien lo mencionó en varias ocasiones al brindar su testimonio ante la jueza.
Por otra parte, a última hora del viernes declaró Alicia Axson, la enfermera que había atendido a Caillava el mismo día de la desaparición de Loan.
La mujer cobró notoriedad en la última semana, luego de que un vecino denunciara el hallazgo de dos teléfonos celulares en un pastizal que posteriormente se prendió fuego.
Sin embargo, la enfermera explicó que había desechado los teléfonos porque “estaban en mal estado”, que “eran viejitos” y negó haberlo hecho para deshacerse de alguna prueba que pudiera incriminarla. “Pueden peritar todo lo que quieran, estoy tranquila”, aseveró la mujer, quien además desmintió tener algún vínculo con Caillava, la exfuncionaria municipal.
Nuevo testigo. El viernes también prestó declaración una nueva testigo, la cual podría complicar la situación del excomisario Walter Maciel, detenido e imputado por el delito de “encubrimiento por favorecimiento real, calificado por la gravedad del delito y la calidad de funcionario público”.
Se trata del testimonio que brindó ante la Justicia Federal Julieta, una mujer que participó de un almuerzo en el mismo lugar que lo hizo Maciel el día en el que desapareció el nene de 5 años, según consignó el portal Radio Dos, de Corrientes.
En este sentido, la importancia del testimonio de la joven vecina de 9 de Julio radica en la confirmación o no de la coartada de Maciel.
Este punto surge a partir de la primera declaración del excomisario –quien estuvo a cargo de la búsqueda de Loan al principio de la investigación– en la cual contó los detalles de sus supuestos movimientos la tarde del 13 de junio.
Según su versión, ese día fue a almorzar a un comedor comunitario para celebrar el día de San Antonio y se fue a su casa a las 14.30 para descansar. En la comisaría, pidió que lo llamaran solo si había una emergencia. A las 15.45, la Policía recibió la denuncia de la desaparición del pequeño.
De acuerdo a la declaración de los subalternos, de inmediato llamaron al comisario, quien no contestó en tres oportunidades. Por este motivo, fueron a su casa y llegaron a las 16.
Luego de ello, Maciel envió a Torres a cubrir el operativo por la procesión del día de San Antonio y pidió que un auto policial lo pasara a buscar a su domicilio a las 16.30. Unos 15 minutos más tarde, el excomisario estaba en la casa de Catalina, la abuela de Loan.
