La Justicia procesó en las últimas horas a los cinco acusados por la muerte de Liam Payne, el excantante de One Direction que falleció el pasado 16 de octubre al caer del tercer piso del Hotel CasaSur, ubicado en el barrio porteño de Palermo. Sumado a esto, a dos de ellos les dictaron prisión preventiva.
La decisión fue tomada por el Juzgado Criminal y Correccional N°34, a cargo de la magistrada Laura Graciela Bruniard, según explicaron fuentes del caso a Infobae. Los dos imputados a los que también les dictaron prisión preventiva son el excamarero Braian Paiz (24) y el empleado del hotel en donde falleció el cantante, Ezequiel Pereyra (21). Además de ser citados para que se presenten en 24 horas hábiles en sede judicial, fueron embargados por 5 millones de pesos.
Por otro lado, el empresario Roger Nores fue imputado por el delito de homicidio culposo. Si bien no pesa sobre él un pedido de detención, se le trabó un embargo por 50 millones de pesos y se le prohibió salir del país.
La jueza también procesó a Gilda Martín, la gerenta del hotel que estaba presente el día de la muerte de Payne y la última acusada por el fiscal del caso Andrés Madrea. Al igual que Nores, fue imputada por homicidio culposo y la embargó por la misma cifra. Lo mismo le achacó al encargado del lugar, Esteban Grassi.
Las acusaciones contra los imputados
Tanto Paiz, quien conoció al músico cuando era camarero en un restaurante del barrio porteño de Puerto Madero, como Pereyra quedaron procesados por el delito de suministro de estupefacientes a título oneroso, que prevé de 4 a 15 años de prisión. Al respecto, los acusaron de proveerle drogas al artista en dos oportunidades.
En esa línea, la Justicia consideró que los chats entre Paiz y Payne fueron la llave de la acusación contra el camarero, así como las cámaras de seguridad que respaldan las conversaciones. “En el chat entre Paiz y Payne del pedido de la madrugada del 14 de octubre hay una foto de la bolsita de cocaína de 5 gramos que le ofrece. En el de la mañana de ese mismo día, le dice al cantante que tiene de 3 gramos y de 7. Payne se toma un taxi y va a buscar la droga”, contaron fuentes con acceso al expediente a Infobae.
En tanto, Pereyra fue imputado por haberle suministrado cocaína los días 15 de octubre a las 7:25 y 16 de octubre a las 15:47. “Recibió 100 dólares y en el chat del día de la muerte, el fallecido le pidió: ‘7 gramos más de lo que me diste ayer’. Luego, le hace entrega trabando la puerta del ascensor en el subsuelo y eso está en video”, apuntaron las fuentes de la causa.
Por otro lado, Nores, que acompañó a Payne mientras estaba en Buenos Aires, había sido acusado por el fiscal Madrea de los delitos de abandono de persona seguido de muerte y facilitación de estupefacientes. Por su parte, la jueza consideró que estaba frente a un homicidio culposo.
En el caso de Martín y Grassi, el fiscal los investigaba por el homicidio culposo de Payne, debido a que cuando llamaron al 911 para pedir asistencia para el cantante, porque cursaba una crisis de salud mental, contaron que lo llevaban de vuelta a su habitación del tercer piso.
La investigación en torno a la muerte de Liam Payne
Payne se hospedó en el CasaSur a la medianoche del 13 de octubre pasado y falleció tres días después producto de una caída desde el balcón de su habitación del tercer piso. La autopsia determinó que el cantante murió a causa de politraumatismos y hemorragias internas y externas. En tanto, los exámenes toxicológicos hallaron alcohol, cocaína y un antidepresivo.
“Los resultados de los estudios toxicológicos revelaron que, en los momentos previos a su muerte, y en el lapso de, al menos, sus últimas 72 horas; Payne solo presentaba en su cuerpo rastros de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado”, detalló el informe oficial.
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Los peritos descartaron cualquier tipo de autolesión o intervención de terceros, abriendo la posibilidad de que Payne cayera ya desmayado: “La víctima no llegó a adoptar una postura refleja para protegerse en la caída, por lo que, de momento, se puede inferir que pudo haberse precipitado en un estado de semi o total inconsciencia”.
“El fenómeno de la falta de defensa o reflejo de conservación en la caída, junto a otros datos relevantes por su consumo, permiten concluir que Liam Payne no estaba plenamente consciente o atravesaba un estado de disminución notoria o abolición de la consciencia al momento de la caída”, continuaron. De esa manera, se descartaría la posibilidad de un acto consciente o voluntario por parte de la víctima, ya que, en el estado en el que atravesaba, no sabía lo que hacía ni podía entenderlo.
MB/ ds