El frustrado golpe al banco Macro de San Isidro dejó varias conclusiones entre los investigadores. Una de ellas es que están frente a una poderosa organización con una logística sorprendente y una inversión millonaria. Otra es que el hallazgo del túnel antes de concretarse el plan permitió sumar varias pruebas para poder identificarlos.
Fuentes del caso citadas por Infobae indicaron que están trabajando sobre un video en el que aparentemente se ve a los “obreros” que participaron de la construcción del túnel de 150 metros, mientras cruzan y analizan otras grabaciones de la zona para marcar vehículos sospechosos.
La investigación está a cargo de los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari. El foco también está puesto en el contrato de alquiler del galpón donde guardaban las herramientas, para saber quiénes prestaron nombres para la garantía.
El pasadizo se descubrió esta semana cuando un repartidor, que estaba estacionado delante del banco de la calle Chacabuco al 400, escuchó un ruido extraño y decidió bajarse a observar. La sorpresa fue grande cuando más tarde se descubrió que a unos cuatro metros de profundidad estaban construyendo un túnel para cometer un robo en la entidad financiera.
El hombre vio cómo se asomaba una gruesa varilla metálica, motivo por el que dio aviso a las autoridades de la entidad. Frente a esta situación, el personal de seguridad del banco avisó a la Comisaría 1a de San Isidro y, a partir de ese momento, comenzaron los trabajos de excavación.
Al mismo tiempo, un analista técnico se acercó a la sucursal bancaria para determinar si los delincuentes ya habían podido acceder al lugar. El especialista realizó un relevamiento visual de las instalaciones, pero no detectó anomalías y constató que las alarmas funcionaban correctamente.
Al retirar la varilla, los investigadores determinaron que estaba conectada por tramos por un largo de, aproximadamente, tres metros y formaba parte de una estructura a través de la cual los delincuentes pretendían ingresar luego al banco.
En paralelo, se estableció un servicio de seguridad en la zona mientras el personal continuaba trabajando para encontrar la entrada del túnel, la cual se encontraba más de 3 metros bajo tierra.
La entrada estaba ubicada en un galpón a una cuadra del banco, donde anteriormente se encontraba un taller de chapa y pintura de autos y ahora se utilizaba para almacenar bolsas con tierra y colchones.
