OPINIóN

Sin Estado no hay Nación

El presidente Javier Milei es jefe e ideólogo del extremo de los que sostienen que no hay nada común entre los habitantes. 

Javier Milei
Javier Milei, Presidente de la Nación | Cedoc

“La Nación es un proyecto sugestivo de vida en común”. Definición de J. Ortega y Gasset. Esenciales: proyecto y común. La nueva grieta es muchísimo más profunda que todas las previas. Nuestras grietas son consecuencia de nuestras desmesuras efímeras. La desmesura entiende “la liberación” como “la demolición de lo anterior". 

Para Milei el Estado “es una organización criminal”. Lo dijo en la televisión italiana y ante sus amigos empresarios, cuando exaltó la fuga de capitales, la evasión impositiva y reiteró que los impuestos son un “robo”. “Se acabó el Estado presente”. Dijo en Italia: “Ingresé a la política para destruir el sistema desde adentro”. El sistema es “la Nación”. Milei es jefe e ideólogo del extremo de los que sostienen que no hay nada común entre los habitantes

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La expresión más nítida de esa ausencia de “común” es de Margaret Thatcher: “la sociedad no existe”, sólo hay individuos que persiguen sus propios fines. Javier es el mayor exponente de esa idea y según todas las encuestas, lo apoya más de la mitad de la población. 

Si no hay común, a cada cual lo suyo y cada uno por la suya. Es lo que sostiene Milei cuando señala que la “Justicia Social” no es más que avalar el robo: la violación de la propiedad privada. Como no existe “lo común” es lógico que para Alberto Benegas Lynch (n) la educación no deba ser obligatoria: invade mí derecho en aras de las pretensiones de otro. 

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Si “no hay común” no puede haber más proyecto que el individual. No puede haber un “proyecto” de y para, la sociedad.

La regla, la única que no remite a la fuerza bruta de manera directa, es el mercado. Transacciones libres entre los individuos acerca de todas las cosas que la voluntad de las partes establezca. No hay razón de introducir juicios morales. Las transacciones son a voluntad. 

Por esa razón, Milei y Diana Mondino sostienen que es beneficioso el mercado de órganos humanos. Todo lo puede y debe resolver el mercado. Murray Rothbard -en la organización política tal como existe- sostiene que el narcotráfico, la prostitución o el juego no son más que operaciones de mercado y toda intervención del Estado atenta contra la propiedad privada. En síntesis, “el proyecto” es el mercado. Corresponde aceptar sus reglas: la oferta y la demanda. 

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Milei ha sido honesto, esto es lo que piensa: el peso de la sociedad y del Estado son una traba para lograr el desarrollo de la astucia darwiniana de los más aptos. La oposición blanda, dialoguista, del PRO, del radicalismo, de la Coalición cívica están por darle a este hombre y a estas ideas “facultades extraordinarias” para gobernar. 

La CN le otorga al presidente las facultades necesarias. Los antecedentes de horrores anteriores no sirven como excusa para otorgarlas ahora. 

Los legisladores de “la oposición” van a votar -en medio de la caída de los ingresos del 90 por ciento de la población- la reducción y desaparición del Impuesto a los Bienes Personales (progresivo), el blanqueo gratuito y la moratoria que ha sido el fomento a la cultura de la evasión y la gambeta tributaria. Empresarios que hicieron sus fortunas aquí y viven en Uruguay, para no pagar impuestos, celebran el festival Milei

La flaqueza de la oposición dialoguista -creyendo que ser fuertes y con convicciones los asemeja al kirchnerismo- terminará peor que la crisis política que puede desencadenar el rechazo a estas cuestiones.

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La ley de promoción de inversiones, tal como está, encierra un ataque inequitativo para muchas de las empresas ya en funcionamiento. ¿Quién instalado podrá competir contra tales beneficios?

En mucho de lo que se va a votar hay improvisación legislativa surgida de personas que no creen en lo común, ni en un proyecto arquitectónico y no creen en la Nación. Los no elegidos por LLA serán los responsables. 

Cerrar el paso al kirchnerismo es hacer leyes para “un proyecto sugestivo de vida en común”. Y no lo es el votar la continuidad de los curros monstruosos del tabaco, Tierra del Fuego, los registros automotores, las fundaciones para la vacunación de aftosa, etc. Escondidos en el mamotreto, continúa lo peor del menemismo y el kirchnerismo. Un Estado para construir la Nación.