OPINIóN
Revolución verdadera

Sarmiento y su cruzada para fortalecer la democracia con el idioma

El estadista que comprendió que la ignorancia, más que una carencia es un enemigo público, fue el primero que entendió que la educación que no fuese para todos no era más que una ilusión de progreso.

2023_09_16_sarmiento_cedoc_g
Sarmiento. | cedoc

Domingo Faustino Sarmiento, proyectado más allá de los confines de su tiempo y espacio, es un faro luminoso en la historia de la educación. Comprendió antes que otros, y quizás con una lucidez trágica, que la ignorancia no es simplemente una carencia, sino un enemigo activo, una suerte de entidad que perpetúa el círculo vicioso de la barbarie y el estancamiento social. 

Para Sarmiento, educar no era una tarea más en el catálogo de actividades humanas, sino una cruzada fundamental. Se podría decir que su ambición pedagógica, que lo acompañó desde las aulas hasta los pasillos del poder, era la de liberar a las mentes, aún inertes, de las cadenas invisibles de la ignorancia.

Sarmiento, en su sagacidad, entendió que la educación es el verdadero motor del cambio social, la única revolución permanente y legítima. Sin embargo, su sueño no era un simple sistema educativo, sino uno inclusivo, plural y democrático en el sentido más amplio del término. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Domingo Faustino Sarmiento

Observaba con perspicacia cómo los progresistas de su tiempo, en su afán por transformar el mundo, concentraban sus esfuerzos en las universidades y descuidaban la educación primaria, donde realmente se forjan los ciudadanos. Para Sarmiento, una educación que no fuese para todos no era más que una ilusión de progreso, una pirámide construida sobre arena, incapaz de sostener un Gobierno verdaderamente democrático.

Pero Sarmiento no se contentó con ser un administrador de edificios o un simple articulador de discursos educativos. Era, y esto es esencial, un pionero de la pedagogía en nuestro continente, un innovador que, desde los 15 años, dedicó su vida a la enseñanza con una visión profundamente reflexiva y propositiva. 

Así es la primera escuela que fundó Sarmiento a los 15 años

Para él, la falta de instrucción no solo condenaba al ser humano al tedio, sino que lo empujaba a la rutina: ese terreno pantanoso donde la experiencia se anquilosa y el progreso se desvanece.

En su contexto histórico, Sarmiento veía en las luchas políticas de su tiempo un reflejo de una confrontación más profunda: la eterna batalla entre el conocimiento y la ignorancia. Y es aquí donde su figura se convierte en algo más que un simple educador; se transforma en un estratega de la mente humana. Para él, un maestro sin vocación era un soldado sin armas. 

El 28 de octubre de 1845 Domingo Faustino Sarmiento inició un viaje para estudiar distintas organizaciones escolares

Y su método de enseñanza, basado en el silabario – mediante el cual las palabras se componen por articulación de sílabas que se aprenden gradualmente - y el de lectura gradual, no era un simple mecanismo de instrucción, sino una herramienta de emancipación. Sarmiento no enseñaba a leer por simple repetición; cada palabra, cada sonido, debía cobrar vida y significado en la mente del alumno y convertirse en un acto de comprensión y liberación.

Hoy, cuando nos enfrentamos a un sistema educativo que, bajo la influencia de tendencias globales, ha abandonado en muchos casos los métodos silábicos, fundados en el aprendizaje de la fonética, en favor de una enseñanza más directa de palabras y frases, es inevitable preguntarse qué diría Sarmiento al respecto. 

Bajo la influencia de tendencias globales, el sistema educativo actual abandonólos métodos silábicos, fundados en el aprendizaje de la fonética, en favor de una enseñanza más directa de palabras y frases"

Los métodos silábicos, que Sarmiento defendía con pasión, han demostrado ser más eficaces y rápidos y, sin embargo, no prevalecen en nuestras aulas. ¿Por qué? Tal vez porque se ha caído en la trampa de creer que los métodos globales son más motivadores para los niños. 

19 ideas de Sarmiento que le cambiaron la vida a los argentinos y que todavía están vigentes

Pero Sarmiento, con su vasta experiencia, nos reiteraría que no hay mayor estimulación que la de un logro real, la capacidad de leer y comprender después de unos meses de esfuerzo. La sensación de dominio del lenguaje es, en sí misma, una fuente de orgullo y satisfacción para cualquier niño.

En una época en la que la educación enfrenta desafíos inéditos, las ideas de Sarmiento resuenan como un eco que nos invita a reflexionar. Nos recuerda que la educación no es solo un derecho, sino una ruta hacia la libertad y la democracia. Porque, como él mismo comprendió, educar no es solo una tarea pedagógica; es, en última instancia, un acto para igualar oportunidades.

*Director del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de UADE